
Cada vez es más claro que Donald Trump puede ser factor decisivo en la elección del 2027 en México. Un día sí y otro también da pases de gol a la oposición. Que los delanteros opositores tengan dos pies izquierdos y fallen goles cantados es otra historia. Para ellos, Trump es un inesperado armador de jugo.
Morena opera para gobernar al país cien años, en una versión recargada de aquel partido hegemónico, casi único, del siglo pasado en el que se formaron políticamente muchos de sus líderes como López Obrador, Ricardo Monreal, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Alfonso Durazo por mencionar algunos de escuela tricolor. Morena ya tiene control de los Tres Poderes de la Unión, de los organismos electorales y de la mayoría de las gubernaturas. Cualquiera diría que su plan de los cien años avanza viento en popa.
Quienes lo dicen no toman en cuenta la aparición en el escenario de un sujeto como Donald Trump que puede dinamitar los cimientos de la 4T operando contra sus mandos. Trump tiene que congraciarse con su electorado atacando a los traficantes de drogas, en particular fentanilo. Por eso designó a los carteles grupos terroristas internacionales, pero el siguiente paso es ir tras los políticos que les vienen dando protección y es ahí donde se puede gestar el colapso.
Ya dio una probadita con el tema de las visas retiradas a la pareja gubernamental en BC. La versión es que al menos otros cinco gobernadores morenistas están en la mira. Lo ocurrido con Vector y otras dos instituciones financieras va en esta ruta. El nombre de Alfonso Romo genera una ola expansiva que llega hasta Palenque. Se le acusa a ayudar a los narcos a lavar dinero sucio y dejarlo rechinando de limpio. Para colmo de males brincó el nombre de García Luna como uno de los beneficiarios. García Luna es villano favorito de la 4Y y ahora resultado que uno de los suyos, uno que tenía derecho de picaporte en Palacio Nacional, le lavaba dinero, de no creerse.
Para atisbar lo que viene es necesario recordar que están en cárceles de Estados Unidos, atenidos a la buena voluntad de fiscales americanos, el Chapo Guzmán, El Mayo Zambada, Ovidio, y muchos otros ex capos que cantan o los ejecutan o les aplican sentencias de prisión perpetua. Conformarán un coro siniestro entonando los nombres de políticos con los que, digamos, se asociaron. La 4T haría bien en contratar un ejército de abogados.
Hay otro factor muy relevante y es que los programas sociales, que han fraguado la clientela electoral de Morena, comienzan a dar señales de agotamiento. Se les ha exigido demasiado. Millones de ciudadanos que reciben esos programas no fueron a las casillas el pasado primero de junio a pesar de que fueron convocados por las figuras principales del morenísimo. Miles de ellos, de los que reciben los programas, votaron en contra de los candidatos morenistas a las alcaldías en Durango y Veracruz. Hay ahí señales que se deben dilucidar y que están conectadas con la fuerza electoral de la 4T.
Trump es inestable. Un día se extralimita con los piropos y al otro su fiscal coloca a México en la lista de adversarios de Estados Unidos, junto a Corea del Norte, Irán o Rusia. Pero un manotazo sobre la mesa allá puede ocasionar un terremoto político aquí. De modo que el gobierno de 100 años podría comenzar a cuartearse en el 2027. Éxitos y fracasos electorales no están escriturados para nadie. Mientras tanto, Trump y sus golpeadores seguirán mandado pases de gol, tal vez algún día un dirigente opositor los aproveche.