
Estamos a unas semanas se iniciar los campos de entrenamiento de la NFL y así abrir de manera formal las actividades rumbo a la pretemporada en agosto, y ya desde este momento resuenan numerosos cuestionamientos que son más curiosidad y a veces hasta morbo, que se quiera o no, son parte de la manera en que se va cocinando otro inicio de campaña.
Y algunas de las preguntas que más revuelo provocan son aquellas en torno a esos jugadores que, por una u otra razón, no tuvieron la temporada esperada, ya sea por lesiones, por baja en su nivel de juego, por problemas extra deportivos y de cualquier otra índole que los dejaron muy por debajo de los de ellos se esperaba.
Quizá ninguna de esas interrogantes causa más polémica que la referente a Christian McCaffrey, el versátil corredor de San Francisco quien, después de su temporada de ensueño en 2023 que le valió ser designado el Jugador Ofensivo del Año, cayó abruptamente en 2024 tras una campaña plagada de lesiones que no le permitieron rendir ni cerca de su nivel.
La tendinitis en el Tendón de Áquies en ambas piernas que lo alejó los primeros 8 juegos de la temporada, aunado a la lesión del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha justo cuando volvió a campo y que puso fin a su año, han puesto sobre la cabeza de McCaffrey un enorme signo de interrogación sobre su futuro en la NFL.
Algunos creen que recuperará su nivel de super dotado y que será la bujía de los 49ers en 2025, otros opinan que no volverá a ser el mismo. Cada grupo tiene su argumento, pero sólo lo que ha demostrado MCC (como le llaman en la NFL) es lo que dará una opinión acertada de lo que lo que podemos esperar de uno los mejores jugadores de la actualidad.
Y es que para quienes lo ignoran o desconocen, así como existen los premios al Jugador Más Valioso, el Ofensivo y Defensivo del Año, el Novato Ofensivo y Defensivo del Año, el Coach del Año, también existe otro que es el Regreso del Año, que se le otorga al jugador que, ya sea por una u otra razón (como las que enumeramos al inicio de este texto) regresa de una temporada de muy bajo rendimiento o peor aún de una lesión que puso en peligro su carrera.
McCaffery se encuentra en esta última categoría. La persistencia de sus lesiones, quizá no graves, pero si muy preocupantes, han llevado a pensar que quizá hemos visto todo sobre él, pero no es la primera ni será la última ocasión que eso suceda en la NFL. A lo largo de la historia hemos testificado el regreso de otros jugadores que vaya que la tenían difícil para volver.
Nombres y jerarquías ha habido muchas en este tema, pero creo que existen tres que sobresalen no sólo por la gravedad de las lesiones, sino por la manera en que regresaron y lo que todavía lograron.
A UN PASO DEL RETIRO
Durante el primer juego de 1986 Joe Montana, quarterback de San Francisco, sufrió una grave lesión en la columna vertebral que requirió cirugía. Los médicos le aconsejaron retirarse pues consideraron que sería una locura volver a jugar. Al respecto, Montana recuerda que pensó que no sería un hospital el lugar donde pondría fin a su carrera. Regresó sólo dos meses después, sólo se perdió la mitad de la temporada, y al final le dieron el Premio al Regreso del Año. Después de aquello ganó aún dos Super Bolw más.
En 2011 Minnesota se regocijaba con Adrian Peterson, su increíble corredor, poseedor de una extraña mezcla de fuerza y velocidad, sin embargo una grave lesión de rodilla lo dejó a un paso del adiós. Rotura del ligamento cruzado anterior y ligamento colateral medial de la rodilla izquierda. Sin más, es una lesión que ha retirado a varios jugadores, o por otra parte, es muy difícil de sanar al cien por ciento.
Contra todo pronóstico, Peterson encontró la manera de volver en sólo ocho meses, y no conforme aún, su nivel fue aún más demoledor que antes de la lesión, pues en 2012 tuvo la mejor temporada de su vida al correr para más de dos mil yardas (una hazaña que muy pocos acarreadores han logrado). Por supuesto, fue el Regreso del Año.
Otra historia impresionante fue la del quarterback Alex Smith, aquel que fue una primera ronda mal lograda en San Francisco y que posteriormente continuó su carrera con Kansas City y Washington. Fue en 2018, con el este último equipo, cuando sufrió una grave lesión que casi provoca la perdida de la pierna derecha. Una fractura expuesta de tibia y peroné, aunado a una tremenda infección, le llevaron a una serie de 17 intervenciones quirúrgicas. En esos momentos, él mismo llegó a pensar que quizá no volvería a caminar. Don años después volvió a jugar y fue designado el Regreso del Año en 2020.
CON MUCHAS INTERROGANTES
Otros jugadores que sufrieron lesiones serías que, a pesar de que no los ponían en riesgo de retiro, si provocó que se tuvieran muchas dudas sobre si recuperarían su nivel, son bastante conocidos, hablamos de cuatro quarterbacks.
Comencemos por Chad Pennington, de Nueva York Jets. En 2005 sufrió un severo desgarro del manguito rotador del hombro derecho (su brazo de lanzar) y espolón óseo en el mismo lugar. Debió ser operado, su recuperación fue buena a secas, pues aunque fue Regreso del Año en 2006 y tuvo un par de buenas campañas con Jets y posteriormente con Miami, nunca pudo sanar al cien por ciento.
Otro muy comentado y recordado fue Tom Brady, que durante el primer juego del 2008 sufrió una rotura de ligamento cruzado anterior. Perdió toda esa temporada, fue intervenido quirúrgicamente, pero su disciplina le permitió volver a su máximo nivel y fue el Regreso del Año en 2009. Ahí comenzó esa cultura mental y física que le permitieron jugar hasta pasados los 45 años de edad.
Uno muy reciente es Brock Purdy, quarterback de San Francisco que, durante el juego por el título de la NFC de la campaña 2022, recibió un fuerte golpe que lesionó gravemente el codo derecho. La lesión, que requirió intervención quirúrgica, levantó muchas dudas sobre si estaría listo para volver en 2023 o incluso si podría volver a lanzar con la fuerza habitual de un mariscal de campo.
Para sorpresa de todos, Purdy estaba practicando semanas antes de iniciar la campaña 2023. Su recuperación fue total y llevó a los 49ers hasta el Super Bowl LVIII.
Para 2020, Cincinnati celebraba la llegada de su salvador, el pasador Joe Burrow. En su primer año mostraba cualidades excepcionales, sin embargo en el décimo juego sufrió la rotura de los ligamentos de la rodilla. Mucho se pensó que podría correr la misma suerte de otro mariscal de los Bengalíes que curiosamente usaba el mismo número 9 y sufrió la misma lesión 15 años atrás, nos referimos a Carson Palmer. Palmer nunca recuperó su nivel, sin embargo Burrow si logró volver, llevó a sus Bengalíes hasta el Super Bowl LVI y ser designado Regreso del Año en 2021.
MILAGRO Y REALIDAD
Quizá ninguna historia es tan dramática como la de Damar Hamlin, el profundo de Buffalo, quien en enero 2023, tras un fuerte golpe en el pecho, sufrió un paro cardíaco que lo dejó tendido en el campo de juego. La acción fue de tal magnitud que incluso se suspendió el juego entre Cincinnati y Buffalo apenas en el primer cuarto. Sólo unos meses después, los médicos lo dieron de alta y para el arranque de la campaña de 2023, en septiembre, estaba listo para jugar. Fue hasta octubre cuando vio acción y posteriormente recuperó su puesto como safety titular de los Bills. Fue designado Regreso del Año en 2023.
CARENCIA DE TECNOLOGÍA MÉDICA
En este rubro bien podemos definir a algunos jugadores muy buenos que, debido a que la tecnología médica no estaba tan adelantada como ahora, les fue imposible tener una atención completa y sanar de sus lesiones.
El caso que más llama la atención es el de Gregg Cook, quarterback de Cincinnati en 1969, un pasador con grandes cualidades y del que se esperaba fuera una maravilla en la NFL. Una lesión en el manguito rotador del hombro derecho no diagnosticada y tratada a tiempo acabó con su carrera en su primer año. Indirectamente, su ausencia fue la causa por la que se creó la llamada “Ofensiva de la Costa Oeste” de Bill Walsh. Pero esa es otra historia que ya contaremos en su momento.
En similares circunstancias ocurrió la debacle de Terry Bradshaw, el gran quarterback de Pittsburgh quien, por una pésima operación y rehabilitación de una lesión en el codo derecho, tuvo que retirarse cuando aún gozaba de una forma física envidiable a los 35 años en 1983.
Un par de corredores que padecieron esa misma carencia de adelantos médicos fueron Gale Sayers de Chicago en los 60 y Roger Craig de San Francisco en los 90, ambos por lesiones de rodilla mal llevadas y que los dejaron fuera de combate cuando aún tenían bastante juego por dar.
LA DUDA DEL AÑO
Por esa razón, y tras lo expuesto en este texto, la gran pregunta es ¿en qué condiciones regresará McCaffrey en 2025 para San Francisco? Después de un año de reflexión y reordenamiento de sus hábitos, se ha llegado a la conclusión, tal y como lo ha señalado él mismo, así como sus coaches y su padre, Ed McCaffrey, de que todo fue el resultado de una rutina de acondicionamiento y entrenamiento que jamás se detenía, que no le daba un tiempo de descanso al cuerpo, lo que puso en jaque a MCC.
A la fecha nadie sabe qué le aplicaron el Alemania (a donde fue de manera desesperada a mitad de la temporada anterior) para sanar de esa tendinitis crónica de Tendón de Áquiles en ambas piernas que no lo dejaron jugar el año anterior.
Sobre la lesión del ligamento cruzado que sufrió contra Buffalo, el único juego en que participó, baste señalar que no requirió intervención quirúrgica, por lo que se puede decir que no fue tan grave. Su presencia en todas las convocatorias del equipo durante temporada baja practicando y entrenando a tope demuestran que esta listo, y quizá todo se resume a una reflexión que él mismo compartió al decir que todo fue comenzar desde cero, creando nuevamente una base en su cuerpo y en su preparación, y siendo más consciente de los tiempos de descanso y recuperación.
A unas semanas de arrancar los campos de entrenamiento obligatorios, veremos qué tanto es verdad para volver a disfrutar de uno de los mejores corredores de la NFL.