Opinión

Una estrategia firme contra la extorsión: el Estado toma el control

Omar García Harfuch
Omar García Harfuch El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana durante su participación en la conferencia matutina (Daniel Augusto)

Con la presentación de la Estrategia Nacional contra la Extorsión, el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum demuestra que llegó con rumbo, decisión y voluntad para atender los problemas reales que aquejan a la ciudadanía. Por primera vez, una administración federal coloca este delito como prioridad nacional, no solo en el discurso, sino en acciones concretas y con respaldo legal.

La extorsión —ese crimen silencioso que durante años lastimó a comerciantes, transportistas, mujeres, jóvenes y familias enteras— ya no será tolerado ni minimizado. El Estado ha dejado de ser espectador y se convierte ahora en el protagonista de una respuesta firme, inteligente y coordinada.

Con el liderazgo del secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, la estrategia nacional se construyó sobre cuatro ejes sólidos:

1. Persecución sin denuncia: Por medio de la nueva Ley del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia, ahora las autoridades podrán actuar de manera directa, sin necesidad de que las víctimas denuncien. Se rompe así el ciclo del silencio y el miedo que tantos años impidió el acceso a la justicia.

2. Reforma constitucional y Ley General: La presidenta ha propuesto una reforma para crear la Ley General contra la Extorsión, con la finalidad de unificar criterios en todo el país y cerrar los vacíos legales que antes protegían a los delincuentes. Esta medida, de fondo, demuestra una visión de Estado: legislar para proteger a todos los mexicanos, sin importar en qué entidad vivan.

3. Coordinación territorial con fuerza e inteligencia: Ocho estados que concentran la mayoría de los casos de extorsión (Edomex, Guanajuato, Nuevo León, CDMX, Veracruz, Jalisco, Guerrero y Michoacán) serán el frente inicial de acción. Se desplegarán células operativas especializadas, combinando inteligencia civil, intervención en penales, trabajo comunitario y uso de tecnologías.

4. Línea 089 y cultura de denuncia segura: Se fortalece el número nacional para denuncias anónimas, se capacita al personal de tiendas, bancos y hoteles para detectar patrones sospechosos, y se impulsan campañas de prevención desde la escuela, el barrio y el comercio local.

Este gobierno no improvisa. La estrategia se diseñó con base en diagnósticos precisos y en la experiencia exitosa que tuvo Sheinbaum en la Ciudad de México, donde logró una reducción histórica en delitos de alto impacto.

Además, esta política responde al nuevo papel de México en el mundo: como anfitrión del Mundial 2026, el país necesita fortalecer la seguridad de cara a millones de visitantes e inversiones. La lucha contra la extorsión es también un mensaje internacional: en México hay Estado, hay ley y hay gobierno.

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