
En Tabasco, para explicar quién es Hernán Bermúez (El H) dicen: es el “García Luna” de Adán Augusto López. De lo que se concluye que, si Adán hubiera ganado la nominación presidencial de Morena, el H sería actualmente el secretario de Seguridad federal. Para fortuna de todos, perdió y Bermúez anda, es el rumor, en las lejanas tierras del Cono Sur, en Brasil. Llegó tan lejos porque le dieron varios meses para escapar. Hace mucho estaba lista la orden de aprehensión en su contra, pero como la justicia se amolda al interés del cliente, hasta ahora trasciende que lo andan buscando.
Se dice con regularidad que en muchas localidades la policía es parte del problema de la seguridad, no de la solución. El caso de Bermúdez va mucho más allá porque él no era un policía más que perdió la cabeza por la codicia, era el Jefe de la Policía y a la vez uno de los mandos del grupo criminal conocido como La Barredora, que fue parte del andamiaje del CJNG. Eso sería suficiente para que estuviéramos ante una de las noticias de mayor impacto de lo que va del sexenio, pero hay un ingrediente que lo complica todo. En el contexto de una descarnada lucha por el poder en Tabasco, el actual gobernador, Javier May, morenista cercanísimo a AMLO, fue quien reveló en un evento público que el jefe de La Barredora era el H. Qué vergüenza.
López Obrador dijo que finalmente está saliendo a flote “toda la pudrición” en Tabasco. Hablo de José Ramiro, no de Andrés Manuel. Pepín es secretario de Gobierno con May y chocó con el equipo de Adán Augusto porque el pasado proceso interno de Morena en lugar de apoyar al tabasqueño Adán Augusto, se formó en la fila de la chilanga Claudia Sheinbaum. Ahora vemos por qué. No crea el lector que se está enterando de este nuevo escándalo que la actividad criminal de Hernán era desconocida, clandestina, que operaba en la sombra. Era, al contrario, un secreto a voces porque docenas de policías estatales bajo las órdenes del H eran al mismo tiempo los pistoleros de La Barredora. Docenas deesos policías por ciertotambién se esfumaron.
Si el gobierno quiere lo encontrará, ya se verá si le entra o no a ese tema, porque de hacerlo tendría que poner frente a la justicia, por lo menos como testigo, al líder de la fracción de Morena en la Cámara Alta, lo que supondría un cisma político en Tabasco y a nivel federal. Por lo pronto hay que formalizar que la Interpol lo busque y lo traiga de regreso para que aquí rinda cuentas de las graves acusaciones que pesan sobre él. Pepín remató diciendo que el compromiso del gobernador May es con la ciudadanía, pero no con la mafia. Es importante hacer notar el interés de la Sedena en el personaje a quien ya venía siguiendo desde hace años. Es un dato relevante que habla de la trascendencia del asunto.
El H conocía mejor que nadie tanto los sótanos de la criminalidad en el estado. Pasó por varios puestos antes de ser Secretario de Seguridad, incluso estuvo en el área de las prisiones, donde operan los más rudos. La Barredora apareció en el radar de las fuerzas federales al día siguiente del operativo en el que fue eliminado Arturo Beltrán Leyva, El Barbas. Uno de los infantes de Marina que participó viajó a Tabasco y allá fue ultimado por sicarios que formaban parte de un grupo llamado así, La Barredora. En espacios de prensa circulala versión de que en los mensajes que salieron a la luz por el hackeo de Guacamaya, mensajes de la Sedena, aparece por primera vez documentado el vínculo de Bermúdez con La Barredora. Como dice el clásico, y nadiehizo nada.