Opinión

Ciudadanía digital

Elecciones en México 2021
Elecciones en México Elecciones en México (Cuartoscuro)

El anuncio sobre una nueva reforma electoral que modificará los equilibrios políticos establecidos en el país desde hace más de un cuarto de siglo, ha motivado reacciones contradictorias donde algunos la rechazan como una deriva autoritaria que es motivo de preocupación, mientras que para otros encarna una oportunidad de renovación del viejo sistema de reglas para la rotación en el poder que ha demostrado sus limitaciones, su carencia de independencia y su falta de compromiso ciudadano. El dilema se concentra entonces, entre mantener vigentes las modalidades tradicionales de funcionamiento de las autoridades administrativas y jurisdiccionales en materia electoral o en modificarlas radicalmente. El gobierno señala que su proyecto tiene tres objetivos: reducir el presupuesto de las instituciones electorales, recortar el financiamiento de los partidos políticos y modificar el sistema de legisladores plurinominales.

Aquí se propone abordar esa reforma electoral desde la perspectiva ciudadana y su vínculo con internet. Los ciudadanos pueden usar herramientas digitales para participar y vigilar los procesos electorales, así como para votar electrónicamente. Necesitamos inéditos ejercicios de imaginación política y ética sobre las instituciones, las prácticas sociales y las decisiones colectivas. Para convencer a otros de que algo es justo o equivocado sirve un lenguaje de los fines y no solamente de los medios. Mientras que los fines se dan por sentados y no se discuten, los medios se sustraen a la controversia, la crítica y el debate público. Atender solamente los medios es regresar a lo viejo y continuar con las mismas reglas opacas, disipando los fundamentos de la convivencia democrática.

Urge un impulso decisivo a la ciudadanía digital aprovechando el impresionante desarrollo que internet ha tenido durante los últimos años. Esta ciudadanía digital representa el conjunto de derechos, responsabilidades, competencias y valores que permiten a las personas participar de manera activa, segura, ética y crítica en entornos digitales. No se limita a usar internet o tener redes sociales, implica ejercer en el espacio digital un rol equivalente al de ciudadano en el espacio físico. La ciudadanía digital implica acceso a las tecnologías y participación democrática en línea, responsabilidad en el uso de la información, protección de datos personales, conocimiento de los derechos digitales y alfabetización digital.

En México existen 100 millones de usuarios de internet que representan a más del 81% de la población, somos el segundo país latinoamericano con la mayor cantidad de internautas. Aunque se observan disparidades en el acceso y en las dinámicas de su uso, es evidente el crecimiento de la conectividad entre la población. El INEGI señala que los mexicanos pasan en promedio 4.5 horas en internet, cifra que aumenta a 5.9 horas si se considera a los jóvenes entre 18 y 24 años.

Se requiere un enfoque “socio-técnico” para profundizar en las consecuencias sociales de la arquitectura de la red, las dinámicas de acceso, interacción y participación, así como la relación entre internet y la esfera pública; otro “económico” que considere los temas de propiedad, así como las dinámicas de concentración y oligopolio de los mercados digitales; y una “perspectiva política” vinculada a la gobernanza en internet, es decir, al sistema de culturas, políticas y reglas formales de gobierno en la red.

Los estudios sobre la democracia digital están en pleno desarrollo y en continua redefinición. Asumen las diversas tradiciones teóricas sobre la democracia participativa que actualmente asignan a las redes sociales valores diversos en función del rol que desempeñan, de las potencialidades de conexión que inauguran y de las movilizaciones que producen. Esta reflexión parte de la crisis de la democracia liberal, de la caída de la participación electoral expresada en el abstencionismo y del descenso pronunciado de las militancias partidistas. Todo esto en un marco de creciente insatisfacción social en relación con el funcionamiento de nuestras instituciones democráticas.

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