Opinión

¡Bienvenida, Comunidad UNAM!

Clases UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México)

Este lunes 11 de agosto, 48,029 estudiantes de licenciatura y 9,239 de posgrado inician su vida universitaria en su correspondiente nivel académico. Tan pronto como el próximo 1 de septiembre, 35,267 se incorporarán al bachillerato y con ello una nueva generación de universitarias y universitarias estará completa. Muchas y muchos de estos jóvenes lo hacen por segunda, tercera o ulterior ocasión, pues antes habían pasado por estudios inferiores en nuestra propia Casa de Estudios, pero otros tantos lo hacen por primera vez. A todas y todos ellos, a ustedes que hoy se integran a la maravillosa Comunidad UNAM, es a quienes quiero referirme en mis próximas letras.

Lo que ustedes han comenzado se trata, por una parte, de uno de los mayores logros personales y profesionales que habrán de tener a lo largo de la vida. Estudiar en la Universidad Nacional Autónoma de México, en cualquiera de sus niveles educativos, sin importar la entidad a la que pertenezcan y con independencia de la disciplina particular que hayan decidido cursar, es el mayor privilegio académico y la mejor oportunidad de desarrollo personal que México y sus instituciones públicas les pueden brindar, pues a partir de ello adquirirán y perfeccionarán los talentos, valores, saberes, habilidades y conocimientos que les permitirán ser ciudadanas y ciudadanos íntegros e integrales. ¡Felicidades por este logro al que, estoy seguro, continuarán muchos más!

Por otra parte, formar parte de la comunidad universitaria genera la doble condición de compromiso y responsabilidad. Como en muchas ocasiones en la vida, estar en el lugar que hoy ocupan acarrea la obligación y el deber de cumplir con su tarea como estudiantes y con ello aportar al desarrollo y mejora continua y constante de su individualidad, de su entorno más inmediato, de la Universidad, del país y del planeta. Quien adquiere una formación como universitaria y universitaria lo hace a partir de la interiorización de valores como la libertad, la igualdad, la solidaridad, el pensamiento crítico, la autonomía, la inclusión, entre muchos otros, sí para beneficio propio, pero de igual forma para devolver algo a los demás. Ese compromiso y la responsabilidad no se limitan al tiempo que duren sus estudios, sino que les acompañarán por el resto de sus vidas. La Universidad y el país esperan mucho de ustedes para vivir de acuerdo con los principios sobre los cuáles han construido su condición de universitarias y universitarios.

Están en el mejor lugar en el que cualquier joven pudiera estar. A partir de ahora, gran parte de su destino dependerá de su capacidad para aprender y conocer, para investigar y cuestionar, para relacionarse y construir, para levantar los oídos, abrir los ojos y tender la mano. Los próximos años les deparan aventuras maravillosas, descubrimientos inesperados y oportunidades irrepetibles, pero también grandes tristezas y fracasos aleccionadores. La vida se trata de eso. De crecer con lo bueno y con lo malo. De disfrutar y de aprender, de valorar y atesorar. La Universidad será, por los próximos años, la casa que les permita todo ello durante el tiempo que duren sus estudios y el espacio y encuentro que determinarán parte importante de su esencia y su presencia. Al concluir, la Universidad y su espíritu vivirán dentro de ustedes por el resto de su vida y ustedes formarán parte de la centenaria historia, desarrollo y progreso de nuestra institución. Con su incorporación como integrantes de la Comunidad UNAM, se crea un vínculo que, mientras ustedes quieran y sean congruentes con los principios y valores que aquí adquieran, persistirá por siempre.

Estudien, conozcan, piensen, cuestionen, disientan, diviértanse, sientan, enamórense, rían, compartan, sueñen, imaginen, arriesguen, equivóquense, amen, entréguense, trabajen, crean en ustedes y no permitan que nadie les diga que aquello que anhelan es imposible de obtener. De esto y muchísimo más se trata ser joven y formar parte de algo tan grandioso como la Universidad. Ya les digo: el camino no será fácil ni mucho menos estará exento de fracasos y caídas, pero siempre serán más las oportunidades para ponerse de pie, enjugarse las lágrimas, reinventarse y retomar el viaje. Todo lo que a partir de ahora venga solo será la oportunidad de cada vez ser mejores. Bienvenidas y bienvenidos, jóvenes, al inicio del resto de sus vidas. ¡Bienvenida, Comunidad UNAM!

Profesor y titular de la DGACO, UNAM

Twitter: @JoaquinNarro

Correo electrónico: joaquin.narro@gmail.com

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