Opinión

Cuidados, inundaciones y cambio climático

Cuidados, inundaciones y cambio climático, una análisis de Álvarez Icaza — La semana que hoy termina fue una semana intensa para la Ciudad de México por al menos tres razones que enumeraré a continuación.

La capital fue sede de la XVI Conferencia Regional de América Latina y El Caribe sobre la Mujer, en donde se puso en el centro de la discusión sobre todo a los cuidados. En ese sentido, yo diría sin miedo a exagerar que esta semana, en la capital de la transformación tal como lo refirió el lunes la Jefa de Gobierno en la presentación de la iniciativa de Ley Sobre el Sistema Público de Cuidados -comenzó la revolución de los cuidados- que cambiará para siempre -tal como lo dijo ella- la forma en la que concebimos el pacto social, las relaciones de cuidado y su relación con el Estado en la ciudad, y aunque por supuesto esa historia requerirá de muchos más y más artículos en sí misma, en este escrito solo lo mencionaré por encima, para hacer énfasis en otros eventos que sucedieron exactamente al mismo tiempo y que marcaron la semana de la conferencia en la capital y que no solo es necesario, sino urgente relacionar.

Mientras cientos de mujeres llegaban de otras latitudes a darse cita en la Ciudad de México, el domingo anocheció con el Zócalo bajo el agua, el martes varias colonias de la Gustavo A. Madero, de Venustiano Carranza, y el miércoles le tocó a Iztacalco, el jueves atardecimos superando por mucho cualquier lluvia registrada por lo menos los últimos 70 años. Mas de 350 viviendas afectadas - arrojó el censo. Y esto se suma al verano lluvioso inédito que hemos tenido y que cada mes parece superar al anterior rompiendo todos los récords de precipitación pluvial registrados.

Aunque por supuesto sabemos que la respuesta es única y contundente: crisis climática, con los compañeros del gabinete alcanzamos a bromear diciendo son las lágrimas del patriarcado enojado porque hoy la SEGIAGUA antes SACMEX cambió de logo, dejó el icónico Tlaloc, por Chalchiuhtlicue, la diosa del agua.

Julia Álvarez Icaza Entrevista para Crónica con la secretaria de medio ambiente de la Cdmx Julia Álvarez Icaza. (Adrián Contreras)

Y es que el tiempo de mujeres permea hasta en los símbolos más asociados a las instituciones históricas de esta ciudad. Como debe ser, por cierto.

Pero fuera de ese chistorete entre colegas hombres y mujeres del gabinete, no están tan lejos como parece las lluvias de las lágrimas del patriarcado, de hecho, están bastante cerca y esta semana con sus varias discusiones al respecto la conferencia nos lo dejó entrever.

Entonces, ¿qué relación tienen los cuidados, el patriarcado, las lluvias y el cambio climático?

La filosofía de los cuidados impulsada desde el feminismo ha problematizado las relaciones humanas que sostienen la vida. El curso de la humanidad ha dependido siempre del trabajo invisibilizado, no valorizado e históricamente delegado a las mujeres para sobrevivir.

Y así como dependemos de nosotras para mantener la red de cuidados que sostiene la vida, también dependemos de la tierra -madre tierra, pacha mama, siempre en femenino en muchísimas culturas del mundo- para sobrevivir.

En ese sentido han habido grandes pensadoras y sabias de la naturaleza como Vandana Shiva que han propuesto un cruce entre la teoría feminista de los cuidados y la crisis climática que por consenso científico y político vivimos en el planeta hoy.

El ecofeminismo amplía la problematización y refiere que la relación que hemos establecido con la naturaleza las últimas décadas, a través del modelo de desarrollo basado en una explotación indiscriminada comparte las mismas bases que el patriarcado.

De tal manera, así como esta semana estuvo en boca de todas el derecho a ser cuidadas, a cuidar y al auto cuidado, esta misma semana, casi como si lo supiera, la tierra nos recordó a punta de aguacerazos que es indispensable visualizar políticas públicas medioambientales con perspectiva de cuidados.

Las lágrimas -más que del patriarcado representado en Tláloc por haber perdido su protagonismo- son de la madre tierra que llora por las nubes pidiéndonos a gritos de inundaciones un cambio urgente en el modelo civilizatorio como la última advertencia desesperada para que la vida en la casa común, que es el planeta tierra - y por el momento la única que conocemos- siga siendo posible.

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