
La experiencia de manejar en la Ciudad de México muchas veces se resume en una prueba de destreza: esquivar un bache para caer en el siguiente. El deterioro de las vialidades se ha convertido en un problema cotidiano que afecta tanto a la movilidad como a la seguridad de millones de capitalinos. Los baches no solo dañan automóviles y generan accidentes, también son un reflejo de la deuda histórica con el mantenimiento urbano.
Este martes, la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, presentó el Plan Integral de Mantenimiento de la Carpeta Asfáltica, una estrategia bianual con una inversión de 2 mil 250 millones de pesos destinada a atender mil 250 kilómetros de vialidades primarias. La apuesta es ambiciosa y busca resolver de raíz uno de los reclamos más recurrentes de la ciudadanía.
El programa descansa en tres ejes principales: el bacheo nocturno programado, con el que 50 cuadrillas intervendrán diariamente 10 kilómetros de avenidas; la atención ciudadana y emergencias, mediante reportes a Locatel y el nuevo chatbot Bachetel que promete resolver casos en menos de 48 horas; y un programa estratégico de pavimentación, que arrancará al término de la temporada de lluvias y contempla reparar 250 kilómetros lineales de vialidades; el equivalente a más de 4 millones de metros cuadrados de asfalto.
La dimensión del reto es monumental y más si sumamos el fenómeno de los socavones. Tan solo en lo que va del año se han registrado 37 en vialidades primarias y 116 en secundarias, cifras que ya superan los reportes de años anteriores. En puntos críticos como la zona de Las Torres, en Iztapalapa, se ha tenido que diseñar un nuevo colector para atender un problema recurrente.
El gobierno capitalino asegura que este plan es continuidad del “Mega Bachetón”, con el que se repararon más de 200 mil baches recientemente. Ahora, la diferencia radica en que no se trata solo de “tapar hoyos”, sino de un proceso integral de reencarpetamiento que incluye licitaciones, cierres completos de avenidas durante la noche y una calendarización pública para informar a los vecinos.El compromiso es claro, pero la ciudad también exige resultados verificables. La transparencia en el uso de los recursos y la eficacia en la ejecución serán clave para que este plan no quede en promesa. Los capitalinos sabemos que el bacheo no admite improvisaciones: cada retraso, cada mala mezcla de asfalto, se traduce en un nuevo hoyo en cuestión de meses.
Ojalá pronto podamos dejar de hablar de una ciudad llena de baches y empezar a vivir en una Ciudad de México con vialidades dignas, seguras y sostenibles, donde cada peso invertido en infraestructura esté respaldado por transparencia y rendición de cuentas. Esa sería la mejor prueba de que sí es posible avanzar hacia una capital mejor pavimentada y gobernada.
Por cierto:
1. NOMBRAMIENTO. Me cuentan que el próximo miércoles, durante la plenaria panista, se perfila un movimiento clave en San Lázaro: todo indica que a Kenia López Rabadán le estarán levantando la mano como la próxima coordinadora del grupo parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados. Su designación, dicen, cuenta con el aval de la dirigencia nacional y de los principales liderazgos internos, lo que terminaría de confirmar el peso que ha ganado López Rabadán dentro de la estructura panista.
2. HÁBIL. En el Congreso capitalino se movieron las piezas del ajedrez político de Clara Brugada. La jefa de Gobierno presentó en el segundo periodo extraordinario su iniciativa para que el Estado garantice un Sistema de Cuidados, lo que en los hechos adelanta los tiempos legislativos: en lugar de esperar hasta mediados del próximo año, el dictamen podría aprobarse en diciembre. Jugada maestra. Vivo la noticia, para contarle la historia @juanmapregunta