Opinión

Gabinete de Seguridad y Segundo Piso

Gabinete Seguridad 2025 (Daniel Augusto)

Siempre es mejor un mal arreglo que un buen pleito, sobre todo en una relación abismalmente asimétrica como la de México con Estados Unidos. Gracias al trabajo realizado por el Gabinete de Seguridad en lo que va del gobierno del Segundo Piso, la presidenta Sheinbaum tiene cartas para negociar con Estados Unidos. Ha logrado evitar, por lo menos hasta hoy, acciones desbocadas a las que tan afecto es el presidente Trump.

Los integrantes del Gabinete de Seguridad no ocuparon la primera fila en la ceremonia del Informe Presidencial por causalidad, o porque llegaron temprano para apartar lugares. Nada de eso. Estuvieron ahí porque su contribución ha sido determinante para que el gobierno de la presidenta Sheinbaum tenga una buena perspectiva.

Hay que dejar claro para que nadie se diga sorprendido que el acuerdo alcanzando en la reunión entre Marco Rubio y la presidenta Sheinbaum es un logro importante, pero no evitará las diatribas de Trump o los amagos de acciones unilaterales, eso seguirá, pero lo cierto que es la cooperación binacional demuestra que es eficaz y que puede alcanzar metas ambiciosas. Por otro lado, la opción de las aventuras unilaterales no augura nada bueno.

El Gabinete de Seguridad ha logrado con su trabajo disminuir el tráfico de fentanilo, la migración ilegal y consiguió reducir a su mínima expresión al otrora invencible Cartel de Sinaloa. Marco Rubio, que es uno de los muy pocos políticos profesionales del primer equipo de Trump, sabe que se avanza por el camino correcto, no puede asegurar que su jefe Donald no se ponga loco uno de estos días, pero las cosas van bien y pueden ir mejor.

Un empujón para AMLO

Los problemas políticos que ha enfrentado la presidenta Sheinbaum en su primer año de gobierno no los ha ocasionado la oposición que todavía anda atarantada por la tremenda paliza del 2024. Los problemas políticos que ha tenido que enfrentar se derivan del diseño que hizo López Obrador de su propia sucesión presidencial.

El espectáculo de las corcholatas, que desde la distancia merece el calificativo de patético, tenía el objetivo de asegurar que la voz de mando seguiría siendo la del Peje porque todos los participantes le deberían su puesto político a él que seguiría siendo el jefe político real del movimiento.

Es por eso por lo que personajes como Adán Augusto, Monreal, Velasco y Noroña no ven a Claudia como su jefa política, sino a AMLO porque gracias a él siguen en la jugada, aunque no por mucho tiempo más. Claudia debe ser el único caso en la historia de México de alguien que gana la elección presidencial, con una votación histórica por añadidura, que no puede poner personas de su confianza, con las que tenga una comunicación útil, al frente de las Cámaras de Senadores y Diputados. Y que deba lidiar con señores que fueron sus rivales y que la obedecen a regañadientes o de plano acatan, pero no cumplen.

Que Adán Augusto todavía siga en el Senado después de señalamiento gravísimos en su contra afecta la imagen del movimiento al asociarlo con una conocida banda del crimen organizado, creada por uno de sus militantes, el comandante H, que huyó del país. Las acusaciones contra La Barredora las hizo en primer lugar el Ejército, de modo que no se trata de una volada, sino de un caso grave en extremo en Tabasco, de donde ya comenzó a salir toda la pudrición, según dijo un López Obrador. Que un político como Fernández Noroña haya sido presidente de la Mesa Directiva del Senado pintó al país como una república bananera. El senador está en su derecho de forjarse fama de gandalla y lépero, le ha funcionado, pero ponerlo al frente del Senado de la República fue una burla que debe anotarse en la columna de deudas políticas de AMLO. Fernández Noroña se merecía el empujón, pero AMLO se merece uno todavía más fuerte.

jasaicamacho@yahoo.com

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