Opinión

Corrupción marinera y pañuelo blanco

Detenido Manuel Farías Laguna. (Especial)

Con sardónica sonrisa, muchas veces, el expresidente Andrés López nos anunció el fin de la corrupción y mientras agitaba una mano sobre su nívea y rala cabellera, nos decía, acá arriba y agitaba con la otra un pañuelito blanco en el andén de su propaganda, para despedir el tren de la mala conducta de los altos servidores públicos.

--Se acabó. Se acabó la corrupción decía con fingimiento mayor y palabrería para idiotas. Obviamente era una más de sus miles de mentiras.

La corrupción de dádivas ilegales, amistades oscuras, truculencias presupuestarias, sociedades con el crimen organizado, desviaciones crónicas de dinero público hacia un movimiento cuyo desarrollo habría sido imposible sin muchos millones de pesos, además de maniobras de ascenso al poder mediante concesiones, cesiones y asociaciones inconfesables, nada más logró modificar las estrategias de la corrupción; no erradicarla. Eso es imposible.

Dos han sido recientemente los golpes terribles contra el mito de la honestidad obradorista.

Uno llegó de los Estados Unidos cuando las autoridades financieras de ese país señalaron a la Casa de Bolsa propiedad del ex jefe de la Oficina Presidencial, Alfonso Romo, como lavandero de los cárteles de la droga en este país. El ex funcionario federal se hizo ojo de hormiga y el habitante de Palenque envió a sus incondicionales a difuminar la información.

El otro golpe le llega como un torpedo en la Santa Bárbara de su desprestigiado navío:

“(La jornada).- La Secretaría de Marina-Armada de México (Semar) encabezó operativos realizados con otras instituciones del Gabinete de Seguridad en contra de participantes en el contrabando de combustible (huachicol fiscal), relacionados con el aseguramiento de diez millones de litros de combustible en Tamaulipas, en marzo pasado, entre ellos el vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna, sobrino político del ex secretario de Marina, Rafael Ojeda Durán, revelaron autoridades federales”.

Omar García Harfuch, secretario de Seguridad, a quien el expresidente vetó para el gobierno de la CDMX, ahora le alza las enaguas a Doña Mentira y exhibe la corrupción de un cercano al gabinete presidencial 2018-2024. Si lo hubiera dejado en lugar de Clara Brugada quizá esto no les habría ocurrido.

Así pues, la lumbre se acerca a los aparejos.

El detalle importante de este caso no estriba sólo en la captura, no. Reside en el desdén ante las denuncias ya conocidas desde 2024 (julio) cuando todavía Rafael Ojeda era secretario de Marina y Andrés López comandante de las fuerzas navales.

El pecado no es la corrupción del nepote; la falta es no haber investigado cuando estaban en el gobierno. Dejaron pasar todo en medio del barullo de la transición, pero alguien se los tenía guardado y ahora lo desempolvó y ejecutó.

La información de entonces, ante la cual cerraron los ojos decía:

“…Sobre el Vicealmirante y su hermano el Contralmirante Fernando Farías Laguna, hijos de la cuñada del ex secretario Ojeda, pesaban señalamientos de actos de corrupción en la Marina, desde el sexenio pasado.

“Grupo REFORMA (entre otros servicios editoriales), difundió los reclamos de ex oficiales navales quienes señalaron que ambos hermanos cabildearon por colocar al sucesor de su tío Rafael Ojeda.

“Entre los personajes que apoyaban, según las referencias publicadas el pasado 1 de julio de 2024 (CSP había ganado las elecciones un mes antes), estaban los almirantes Alfredo Hernández, César Carlos Preciado y Raymundo Morales Ángeles, quien al final fue el designado como titular de la Semar.

“Los hermanos Farías han ganado fama dentro de la Marina como personajes que controlan el presupuesto de la dependencia, casi siempre para beneficiar a empresas de Guaymas, Sonora”, se publicó en julio de 2024. Roberto Farías fue subjefe en servicios del Centro de Estudios Superiores Navales.

“En el sexenio pasado fue secretario particular del subsecretario Almirante José Luis Arellano Ruiz y en enero de 2024 fue nombrado comandante de la XII Zona Naval, en Puerto Vallarta. En enero del presente año fue removido del cargo.”

Un paso más en dirección contraria de Palenque.

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