Opinión

¿En qué quedamos?; ¿sí o no?

La presidenta negó la petición del dueño de TV Azteca hecha por redes sociales.
Claudia Sheinbaum contra Salinas Pliego La presidenta negó la petición del dueño de TV Azteca hecha por redes sociales.

Alborozado, entusiasta y optimista, contento hasta donde ya no se podía estar, mi amigo me llamó con las luces del entusiasmo en la claridad de la mañana, muy temprano.

--¿Viste el zape de la presidenta a López?

Debo decir para comprensión cabal de esta euforia algo muy sencillo. Para mi amigo, López es la expresidenta ahora avecindado en su fortaleza chiapaneca. No es tan irrespetuoso como Vicente Fox, quien quiere molestar al fundador de la IVT con el despectivo Lopitos o Gil Gamés quien. Le dice “Líopez”. No. Para mí ya dicho amigo basta y sobra con la nomenclatura de la calle así llamada, entre Arcos de Belén y Avenida Juárez, cuyo nombre nadie sabe a quién. Se debe. A secas.

Confesé mi ignorancia. Le dije, no, no me di cuenta de nada, platícame lo sucedido, cómo, cuándo, dónde, por qué.

Me puso al tanto de la interminable pelea leguleya de Ricardo Salinas Pliego contra el gobierno quien en uno más de sus desplantes le propuso a la señora presidenta (con A) disponer una mesa de fiscalistas del gobierno cuya sabiduría se pudiera contrastar con la de sus expertos, para llegar a la solución final de sus adeudos.

Obviamente, para Salinas la solución es pagar menos y para el gobierno, obligarlo a pagar más. Como el gobierno tiene todas las de ganar, obviamente don Ricardo --con mentalidad de vender planchas a crédito usurero-- no se podrá arreglar ni en abonos chiquititos como ha querido con la presentación sucesiva de amparos, revisiones, inconformidades, recurrencias, juicios por aquí y por allá y ocurrencias.

--¿Y eso qué?, pregunté impaciente cuando el teléfono me ardía la oreja.

--Pérate, me respondió encarrerado.

Todos sabemos cómo fue posible la acumulación de los créditos fiscales cuyo volumen hoy aflige a Richie Boy: lo toleraba su amigo (si alguna vez lo fue), el tal López ya mencionado líneas arriba.

La presidenta le dijo --¿me estás oyendo, inútil?-- nada de arreglos en la oscuridad, como si estuviéramos en la península de Yucatán en los tiempos perfectos de la CFE. ¡NO! Nada de eso, aquí no hay arreglos, aquí se cumple con la ley. Obviamente aquí n o es un locativo, es una posición propia. Quiere decir, conmigo. La ley es la ley.

-Pero eso de que la ley es la ley es un cuento… lo interrumpí. Es una de las grandes enseñanzas de Don López. Ya ves, lo dijo en septiembre del 2023, cuando se debatían los asuntos de la industria eléctrica Recuerda. Aquí tengo el recorte, escucha:

¿Puede más el poder de las empresas? Y que no me vengan a mí de que la ley es la ley, no me vengan con ese cuento de que la ley es la ley… No, lo que se va a demostrar es si son abogados que defienden el interés público o son abogados patronales, empresariales…”

--No entiendes, me dijo. Este es el zape. Si para aquel la ley era un cuento, para el actual Poder Ejecutivo la ley es un mandato…

--¿Con todo y el Tata Mandón en la Suprema…? Pregunté con timidez…

--Eso lo ignoro, pero la diferencia es notable. ¡Tiene que pagar sus impuestos atrasados! (74 mil millones de pesos), aclaró con energía. Eso dijo. Y eso es un gran cambio.

Te lo leo:

--“…Como decía Juárez: nada ni nadie por encima de la Ley se llama estado de derecho para todas y para todos, pero es importante que se conozcan los casos. Esto no es autoritarismo, las puertas del SAT están abiertas siempre a cualquier persona, pero la Ley es la Ley…”

--¡Ah!, ¿entonces Richie Boy pasó del Consejo Asesor con López, al Consejo Evasor con Sheinbaum…?

--Sí.

--Pues bien haya, ¿y sabes si con las declaraciones de Adán Augusto también se aplicará ese principio juarista?

--Mi amigo me colgó.

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