
Para comenzar estas descorazonadas líneas les quiero solicitar su perdón por el ripio “con el corazón en la mano, consume lo mexicano”, pero no ha sido cosa mía. Me explico.
Por la radio escuché esa convocatoria cardio-patriótica: “CON EL CORAZÓN EN LA MANO, CONSUME LO MEXICANO”. Va mi aorta en prenda... la cava es primero...
Hasta ahora no he sabido si para consumir algo, hace falta la mano en el pecho o más abajo, como Napoleón. Dolores de úlcera decían. Quien sabe.
A lo mejor se trata, como si uno fuera el doctor Barnard, de tener el corazón en la mano porque está en el quirófano y va a va a realizar un trasplante.
Pero sea como sea quise indagar por qué se conmina a los radioescuchas a tan importante nacionalismo en sus hábitos de consumo y alguien me explicó el motivo: es una idea de nuestro señor secretario de Economía, don Marcelo Ebrard a quien de seguro la nostalgia y la mexicanidad le vinieron como ramalazo tardío tras su largo exilio en Francia, Estados Unidos y otros sitios en Europa y América del Norte, cuando huyó para evadirse de posibles acciones en su contra por el desaseo en la construcción de la Línea Dorada (como el oro) del Sistema de Transporte Colectivo.
Total, se cayó y no pasó nada.
Bueno, pero ahora el caso es sencillo: como consecuencia de los interminables llamados de nuestra señora presidenta (con A) a la defensa absoluta de la más absoluta aún soberanía nacional, se trata de respaldar el Plan México mediante hábitos de consumo asaz nacionalistas. Todo eso surgió –hace ya días-- durante una reunión con representantes del Sector Privado en el World Trade Center de la ciudad de México, aunque con eso del WTC deberíamos decir, Mexico City.
“...El secretario de Economía mexicano, Marcelo Ebrard, señaló que son importantes las relaciones exteriores con socios comerciales, pero “nuestro punto de partida es el interior de México”, resaltando la importancia de consumir lo producido en el país.
“Cada vez que eliges algo hecho fuera, estamos perdiendo un empleo en México probablemente. Cada vez que compras hecho en México, estás apoyando a tu familia, porque todos dependemos de lo que se hace en nuestro país”, afirmó Ebrard durante su ponencia en Polyforum Siqueiros de Ciudad de México.
“Armando Paredes, presidente del Consejo de la Comunicación, expresó que con los cambios políticos, económicos y sociales que están teniendo lugar en este contexto internacional, México tiene la oportunidad de ser “un país más competitivo y sostenible” siempre que “trabajemos juntos”. ¡Eso!
Aunque esa reunión ya tiene varias lunas, me sentí inflamado de amor patrio. México me necesita, me dije. Entonces recordé mi maltrecho corazón para ponerlo en la mano (¿derecha o izquierda?) con todo y marcapasos. No se le vaya a bajar la pila, pensé. Pero el dolor fue inmenso.
El marcapasos no está hecho en México. Quise saber si había marca Cacamatzin, pero no. Todos son Abbot, Boston Scientific, Cordis y hasta uno chino marca Kingmin.
Entonces subí a mi automóvil Volkswagen, alemán como una salchicha Frankfurt embutida en Puebla. Quise saber si iba a tiempo para la cita. Reloj en mano (no corazón), me di cuenta de la hora. Lástima, la carátula dice Seiko. No dice Popoca.
¡Ah! Reflexioné, voy a tomar un Uber o un Didi (extranjeros) con mi tarjeta del bienestar expedida por “El banco de los mexicanos”. ¡No, no puede ser!: el plástico bienhechor tiene un logotipo de Master Card justo debajo de las imágenes de los héroes de la patria. Además, dice “valid thru 10/27”.
¡Oh!, mi patria, qué tristeza... ¿Y mi maltrecho corazón?
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