Justo cerrando el mes pasado vi por ahí que el maltrato a los animales había disminuido en la CdMx casi un 19 por ciento, respecto del mismo periodo enero-septiembre del año 2024. Lo anterior, de acuerdo al reporte del C5, o séase del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano que, según, recibe en promedio 43 denuncias relacionadas con animales no humanos (abandono, maltrato, queja vecinal, robo, entre otras), pero cifra que no debe ser LA REAL al no incluir las que acumulan la PAOT, las alcaldías, el 089 que las deriva a la Brigada de (dizque) Vigilancia Animal, ni las reportadas al Consejo Ciudadano de Seguridad Pública o las correspondientes a la Agencia de ¿Atención? Animal, menos aún las que documentan las organizaciones de protección animal y quienes de forma independiente nos preocupamos y ocupamos de un tema indicativo mil de la maldad humana. Dado lo expuesto, está visto que por lo que resta del año habré de mantener el título de la colaboración porque… aunque el maltrato y muerte violenta e innecesaria de cualquier criatura prácticamente ya es delito a nivel nacional y que la misma Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prohíbe toda acción al respecto, el caso es que a diario y en todas partes se dan sanguinarias acciones contra nuestros compañeros de planeta.

Tenemos pues, para tratar este jueves sólo dos ejemplos recientes, la cruel e insostenible muerte de CANELITA, perra que al parecer gestante y asustada por la tremenda tormenta del pasado lunes, en compañía de otros dos perros trató de buscar refugio en el centro comercial Plaza Galerías de la ciudad de Toluca, Estado de México, más sitio en el que lejos de estar segura encontró la muerte al haber sido perseguida (cual si de una fiera se tratara) por “agentes” a cargo de la vigilancia del recinto que la acosaron hasta que terminó desplomándose de un segundo piso, perdiendo la vida y la de sus supuestos críos camino a una clínica veterinaria. Los fulanos se presumieron inocentes alegando cumplimiento de su deber (será cuestión de ver qué lineamientos los rigen), pero serán las cámaras las que tendrán la última palabra para hacer justicia a la chiquita y que en caso de que sus endiablados victimarios hayan provocado su caída y posterior fallecimiento paguen por su abuso, impreparación y estupidez. El otro caso es el de CHICLES, lomito amado y admirado por todo Tijuana, Baja California, México, al ganarse el corazón de propios y extraños desde que destacó como consumado maratonista campeón, pero título que no le valió a quien lo envenenó y que siendo así su fechoría quedará impune, a menos… claro… de que sea delatado. Mientras, deseo para esa persona que la vida le cobre su perversidad de igual manera. Y…
Rumiando mi coraje e impotencia por esas prematuras pérdidas andaba yo, cuando gracias a Sandra Segovia-Todos somos animales. Sí, también tu, di cuenta del Segundo Foro de Consulta (el primero me pasó de noche) para discutir los pros y contras de una iniciativa que según entiendo emanó del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y que manejada dentro de la Comisión de Bienestar Animal del Congreso-CdMx, coordinada por el diputado Manuel Talayero, lleva la intención de reformar e incluir más adiciones a la LEY DE PROTECCIÓN Y BIENESTAR DE LOS ANIMALES DE LA CIUDAD DE MEXICO, causando revuelo no sólo en quienes se dicen profesionales de la crianza y comercialización de todo tipo de fauna, sino que al igual reaccionó contrariamente el mismo sector protector porque el proyecto, de pasar tal como está, sólo disimularía peligrosa y negativamente el verdadero y mayúsculo problema al pretender prohibir, por cualquier motivo, “la exhibición (¿entonces si los embodegan no habrá problema?) física de animales de compañía vivos, dentro de los que se incluyen domésticos, silvestres, de granja o de cualquier otra especie (¡¿?!) en establecimientos mercantiles legalmente establecidos”, lo que sin duda y dejando la ominosa y absurda redacción fuera, sería medida riesgosa e inútil al propósito, especialmente para los cachorros de perro que generalmente son presentados cual vil mercancía en jaulitas de alambre o en cajas absurdamente reducidas y bajo luz blanca, impidiéndoles de esa forma recibir sol o juguetear y socializar al aire libre con sus pares justo a la edad en que obligatoriamente lo requieren. Y si así los presentan a vista pública, ¿qué será por detrás? Y que los detractores no me vengan con burlas por pretenderse impedir la compra-venta de animales no humanos, porque así exactamente... con todo en contra y descalificaciones agregadas… comenzó la abolición de la esclavitud humana, aun afectando ganancias.
No quiero cerrar el texto sin ofrecer un más amplio análisis del documento que apenas me llegó a las manos, pero, tampoco sin recordar a los diputados que con estas propuestas buscan atraer simpatías, que la venta de animales vivos ya está claramente prohibida en los mercados y tianguis capitalinos y ninguna autoridad reacciona al respecto. ¿Para qué entonces proponer otra disposición de tono inviable, para peor, derivando el asunto a “medios remotos o herramientas tecnológicas”? Mejor propongan duras sanciones para quienes no cumplan con vigilar y hacer cumplir las leyes vigentes.
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