Opinión

T- MEC, los primeros jaloneos

Empresarios de México EL CCE destaca la importancia de la relación trilateral en el marco del Tratado entre México, EU y Canadá (T-MEC). (EFE)

Cada gobierno tiene su estilo de negociar y también de comunicar. Como todos saben, a Donald Trump le gusta negociar con un revólver sobre el escritorio y después decir ante sus medios lo primero que se le ocurre. Si algo de lo que dice coincide con la verdad está bien, pero si no coincide pues malo para la verdad.

Esto se confirmará una y otra vez a lo largo de la renegociación del T-MEC que ya comenzó, aunque de manera formal los equipos negociadores se reunirán hasta el año que entra.

El tratado es de lejos la mejor herramienta que tienen los países de América Latina para enfrentar el desafío comercial de las potencias asiáticas. Juntos, México, Canadá y Estados Unidos son competitivos. Separados son presas fáciles. De modo que el objetivo común debería ser optimizar, reforzar el tratado, no dinamitarlo, pero con Trump nunca se sabe.

¿El poder es humildad?

Días después de que The New York Times publicará en sus páginas un texto sobre la vida opulenta y los despilfarros de líderes de Morena, el partido que tiene el lema de “Por el bien de todos, primero los pobres”, se reveló que el senador Gerardo Fernández Noroña, el de la residencia en Tepoztlán, contrata un avión privado para sus giras de trabajos.

El artículo del Times recupera los escándalos de recientes de los paseos veraniegos por Europa y Japón de personalidades morenistas, que tienen concepto muy particular de la honrada medianía. Fernández Noroña disfruta de ser el centro de la polémica y dice que no tiene que darle explicaciones a nadie porque el avión que usa para sus traslados no se paga con dinero público.

Si es dinero privado, y no sale de su salario como legislador, todavía está peor. ¿Qué pensará Noroña de la frase “el poder es humildad” que dice una y otra vez la presidenta?

Recibidos por el canciller

La presencia del canciller Juan Ramón de la Fuente en la recepción de los mexicanos que viajaban en la flotilla que buscaba llevar ayuda humanitaria a Gaza, pero que fue interceptada por militares de Israel, no solo es un gesto amable, solidario, sino un mensaje de que para el gobierno mexicano era prioritario su regreso, sanos y salvos, a territorio nacional.

La presidenta Sheinbaum ha tocado el tema en sus mañaneras resaltando siempre que la integridad de los connacionales era su prioridad. Ella siempre sostuvo que los mexicanos no cometieron ningún delito.

El conflicto en Gaza sigue. Hay señales que generan sensaciones positivas, pero no hay que lanzar las campanas al vuelo. La flotilla humanitaria en la que viajaban los mexicanos hizo su parte.

Divorciados sin visa

Cualquiera diría que un proceso de divorcio es un asunto de la órbita privada que solo compete a los directamente involucrados, en el caso de la gobernadora de BC, Marina del Pilar Ávila, no. Ella mismo fue la que puso el tema en la agenda pública al anunciar que había emprendido un proceso de divorcio ante los medios de comunicación de su estado.

Apenas en mayo pasado el gobierno de Estados anunció que había revocado las visas de la gobernadora y de su marido, Carlos Torres. Marina dijo en un principio que había sido un gazapo administrativo y que su visa sería reactivada en poco tiempo, pero no.

Todavía se desconocen las causas de la revocación, se habló de una investigación abierta en contra del matrimonio por lavado de dinero, pero no hay avances. El hecho es que el vínculo matrimonial está en proceso de disolverse, igual y al final de visa reaparece.

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