
La semana pasada estuvo llena de emoción con los anuncios de los académicos que reciben los Premios Nobel de 2025, que de un día a otro los convierten en celebridades. El de medicina y fisiología se entregará a tres investigadores. A Shimon Sakaguchi, de Japón, que en 1995 descubrió una especie particular de linfocitos T, llamados T reguladores (T-Reg), que sirven para modular la función de otros linfocitos y evitar que nuestro sistema inmune nos ataque a nosotros mismos. Su disfunción es el fundamento de la autoinmunidad. Esto fue un descubrimiento relevante para la fisiología y medicina que tiene implicaciones en el diseño de estrategias para utilizar los T-Reg en el tratamiento de enfermedades autoinmunes, en el cáncer y en la prevención del rechazo de órganos. Para reflexión de los obsesionados con el factor de impacto de las revistas, ese artículo de Premio Nobel se publicó en el Journal of Immunology, revista con factor de impacto de 3.4.
Decepciona en esta ocasión la Fundación Nobel por haber incluido a Mary Brunkow y Fred Ramsdell que descubrieron en humanos y ratones con autoinmunidad que tenían mutaciones en un gen, que posteriormente resultó ser el FOXP3, y luego se vio que es clave en la producción de estos T-Reg. Esto es un descubrimiento más en la misma línea. Por ejemplo, la Fundación Nobel no quiso otorgar el premio a Brenner, Jacob y Meselson por descubrir el RNAm en 1961, porque ya estaba en la misma línea de la biología molecular iniciada con la estructura del DNA. No me queda clara la razón de incluir en el premio a estos investigadores, aunque puedo pensar en algunas hipótesis. Quizá por eso trascendió que Ramsdell no se enteró del premio, sino muchas horas después, porque estaba escalando las montañas rocosas. ¿Ni se lo imaginaba?
Pero hablemos ahora de otro premio, que no tiene, por supuesto, la popularidad del Premio Nobel, pero fue muy merecido y para nuestra comunidad es muy importante. Se trata de la medalla David Barker 2025 que otorga la sociedad internacional DOHaD, que por sus siglas en inglés es Developmental Origins of Health and Disease (DOHaD). Barker fue un epidemiólogo británico pionero en el concepto de que condiciones adversas durante la vida intrauterina y el período postnatal inmediato afectan la salud del individuo a lo largo de su vida. Este concepto dio origen a lo que ahora conocemos en salud pública como “los primeros mil días de vida” , que abarca desde la concepción hasta cumplir dos años y en los cuales se ha puesto mucho interés para evitar condiciones durante este período que generan enfermedades en la vida adulta.
De acuerdo con la sociedad DOHaD, la medalla Barker es el más alto reconocimiento y se entrega a un miembro que haya desempeñado un papel destacado en el desarrollo científico, con alto impacto en el campo de los primeros mil días de vida. Este prestigioso reconocimiento fue entregado hace algunas semanas durante el treceavo congreso internacional de esta sociedad a la Dra. Elena Zambrano, investigadora del Departamento de Biología de la Reproducción del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.
Conozco a Elena desde hace muchos años y soy testigo de que tiene una línea de investigación en roedores muy productiva, en la que ha trabajado como investigadora responsable. Sus datos muestran que la obesidad materna afecta el metabolismo de las crías en la vida adulta, lo que resalta la importancia de la epigenética en la programación fetal. Elena es la primera persona de Latinoamérica en recibir esta medalla. En este caso, la medalla Barker para Elena fue muy merecida. Querida Elena, nuestra comunidad te celebra.
Dr. Gerardo Gamba
Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e
Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM