Quizá muchos de los relativamente nuevos aficionados a la NFL no recuerden haber visto lo que, por mucho tiempo, fue el gol de campo más largo de la historia y que parecía ser una proeza difícil de igualar o superar en décadas: un intento de 63 yardas.
La escena es icónica por donde se le quiera mirar y juzgar: Corría la temporada de 1970, Nueva Orleans perdía 17-16 ante Detroit y, con el reloj agonizando, entró al campo el pateador de los Santos, un tal Tom Dempsey, quien nació sin dedos en el pié derecho y usaba un zapato con la punta de plomo.
Entre tinieblas se recuerda la cancha del viejo estadio Tulane en Nueva Orleans donde, con dos segundos en el reloj, Dempsey golpeó el balón y éste pareció quedar suspendido una eternidad en su viaje hacia los postes de gol. Fue un silencio absoluto.
Dempsey logró tal hazaña para ganar ese juego por 19-17 con una particularidad hoy día olvidada: los pateadores aún hacían contacto con el balón de frente, no al estilo soccer como sucede actualmente y que, de cierta manera, le da mayor impulso y fuerza a la patada.
La proeza de Dempsey tardó 43 años en ser superada, y por lo mismo pasó a la posteridad como uno de los grandes momentos de la historia de la NFL.
RETANDO A LA GRAVEDAD
Fue hasta 2013 que Matt Prater, pateador de Denver, batió la marca al conectar un gol de campo de 64 yardas.
Sin duda, intentar un gol de campo de más de 60 yardas, aún en la actualidad, es un reto y un riesgo para cualquier equipo, pero algo ha cambiado en la actual NFL, y es que los pateadores han incrementado considerablemente su rango de distancia, y hoy día es más que normal que muchos entrenadores se animen a mandar a su equipo de pateo para intentarlo aunque la distancia sea mayor de 50 yardas.
La razón bien pude ser que, desde que la Liga decidió incrementar la distancia de los intentos de punto extra, los pateadores debieron pulir aún más su técnica para patear aún más atrás una jugada que ciertamente parecía automática y carecía de interés.
Antaño, para intentar el punto extra, el balón se colocaba en la yarda 3, es decir, era una patada de 20 yardas; ahora el ovoide si sitúa en la yarda 15, o sea, un intento de 32 yardas, lo que ciertamente ya es más la distancia de un gol de campo, razón por la cual ahora vemos más intentos fallados de punto extra.
Sin duda, eso derivó en que los pateadores hayan desarrollado más su habilidad para conectar goles de campo de mayor distancia; no es gratuito que los intentos de más de 50 yardas son ahora muy frecuentes, y ciertamente dan mayor emoción al juego.
Quizá el más reciente que vimos así en esta temporada fue el de Eddy Piñeiro de los 49ers contra los Carneros en Los Angeles de 59 yardas, un jueves por la noche, que de manera agónica dio el triunfo a San Francisco.
LA EVOLUCIÓN
Cabe mencionar que esta temporada 32 pateadores han conectado goles de campo de 50 o más yardas, lo que atestigua lo que señalamos: han perfeccionado la técnica y la distancia.
En 2025 el pateador con el gol de campo más largo es Chase MCLaughlin de Tampa Bay con uno de 65 yardas, seguido de Brandon Aubrey de Dallas con 64 yardas, Will Reichard de Minnesota con 62 yardas y Lucas Havrisik de Green Bay con 61 yardas.
De hecho, quizá no pase mucho tiempo para ver que esos intentos serán cada vez más cotidianos, no en vano hay que recordar que Cam Little, de Jacksonville, conectó uno de 70 yardas en un juego de pretemporada contra Pittsburgh. A pesar de batir el actual récord de 66 yardas en propiedad de Justin Tucker, el expateador de Baltimore, y que estableció en 2021, no se considera oficial por haber acontecido en pretemporada.
NO TODO ES FUERZA
Pero aún con que los nuevos super pateadores poseen una pierna capaz de retar a la gravedad aún más que en el pasado, no puede negarse que es una posición que no sólo requiere de gran potencia física, sino de algo más poderoso: mentalidad.
Cuántas ocasiones hemos sido testigos de triunfos o derrotas, en temporada, playoffs o hasta en campeonatos, por un pateador.
Así como ese inolvidable gol de campo de Dempsey en 1970 que impactó a todo el mundo del futbol americano, también una falla puede sumir en el fracaso y olvido a estos subestimados jugadores.
Y es en este apartado que quizá ninguna tan frustrante como la falla de Scott Norwood de Buffalo en el Super Bowl 21, que privó a los Bills de su primer título, y que fue la ocasión (de las cuatro que tuvieron en Super Bowls) en que más cerca estuvieron de ganar. Norwood era un buen pateador, pero pasó a la historia al errar en un intento de 47 yardas, una distancia muy accesible en la actualidad.
Otro que nos viene a la mente es Gary Anderson de Minnesota, quien en la durante la campaña de 1998, acertó todos los goles de campo intentados, tuvo un récord perfecto, pero falló en el momento menos indicado, en un intento de apenas 38 yardas en la final de NFC ante Atlanta. Era el pase al Super Bowl 32, pero erró.A la fecha es más recordado por eso que por sus logros.
Por esa razón, decimos que la mentalidad de un pateador quizá es más importante que su poderosa pierna en un momento crucial. Un dato que no habla de esto es que, sorprendentemente, Adam Vinatieri, ese que dio tantos triunfos a los Nueva Inglaterra de Tom Brady y Bill Belichick, incluso un Super Bowl (36), no se sitúa entre los primeros 30 pateadores de la historia con mejor porcentaje de efectividad; sin embargo, nunca falló en el momento crucial.
Entre los primeros 10 están Cameron Dicker de los Cargadores con 94 por ciento, Brandon Aubrey de Vaqueros con 91%, Eddy Piñeiro de 49ers con 89%, Justn Ticker de Cuervos con 89%, Harrison Butker de Jefes con 88%, Chris Boswell de Acereros con 87%, Josh Lambo (retirado) con 87%, Daniel Carlson (retirado) con 86%, Kaimi Fairbairn de Texanos con 86% y Mike Vanderjagt (retirado) con 86%.
De Vinatieri uno se pregunta: ¿hasta dónde se ubica en esta categoría?, pues hasta el puesto 38 con 83%, pero en su haber tiene los primeros tres anillos de Super Bowl de los Patriotas, y en parte porque siempre respondió cuando se le requirió.
Un ejemplo más que latente de esa mentalidad que debe tener todo pateador es el caso de lo que sucedió con Jake Moody, ese que estableció récords colegiales en la Universidad de Michigan y le valió ser reclutado muy alto en el Draft por San Francisco, en una tercera ronda, algo muy alto para un pateador.
Moody fue un fiasco, que a pesar de tener todas la cualidades atléticas y prácticas impecables durante la semana de entrenamiento, fallaba a la hora del juego, y más aún en momentos clave. Los 49ers le aguantaron mucho, y apenas en la primera semana de esta temporada lo dejaron libre. Ahora esta en Chicago.
La confianza en si mismo puede hacer una enorme diferencia, y la prueba es la historia de Aubrey, de Dallas, quien tras jugar soccer en la MLS (Major League Soccer), hizo caso a una sugerencia de su esposa, quien le aconsejó irse a probar como pateador a un equipo.
Aubrey, graduado de Notre Dame, fue seleccionado en 2017 para jugar soccer en el equipo Toronto FC. Nunca logró ser primer equipo, así que se retiró. Un día su esposa, a ver fallar aun pateador de futbol americano, le dijo que él le pegaba muy bien al balón, que debía probarse.
Brandon accedió y logró quedarse con el equipo de los Stallions de Birmingham de la USFL en 2022. Un año después recibió una oportunidad de prueba con los Vaqueros y se quedó con el puesto en 2023. Desde entonces puede decirse que es uno de los tres mejores pateadores de la Liga.
EL DATO CURIOSO
Como dato podemos señalar que a la fecha nueve pateadores han igualado o superado la hazaña de Tom Dempsey de conectar un gol de campo de 63 yardas. En ese mismo rango se encuentran: Jason Elam, Denver, 1998; Sebastian Janikowski, Oakland, 2011, David Ackers, San Francisco, 2012; Graham Gano, Carolina, 2018; Brett Maher, Dallas, 2019 y Joe Slye, Nueva Inglaterra, 2024.
De 64 yardas: Matt Prater, Denver, 2013 y Brandon Aubrey, Dallas, 2025.
De 65 yardas: Brandon Aubrey, Dallas, 2024.
De 66 yardas (actual récord): Justin Tucker, Baltimore, 2021.
En la historia de la NFL dos pateadores han hecho su labor al patear descalzos, Tony Franklin y Rich Karlis, ambos en la década de los 80. Franklin jugó para Filadelfia, Nueva Inglaterra y Miami, y su gol de campo más largo fue de 59 yardas. Karlis con Denver, Minnesota y Detroit, y su mejor marca fue de 51 yardas.f