Opinión

Gobierno, incendio y confusión

Enfrentamientos entre personas que participaron en la llamada Marcha de la Generación Z y policías
Protesta Palacio Nacional Enfrentamientos entre personas que participaron en la llamada Marcha de la Generación Z y policías (Iván Stephens)

Mientras doña Clara Brugada se dedica la mayor parte del tiempo a construir un camino entre la jefatura de Gobierno y el Palacio Nacional, la más larga de las cortas distancias en la política mexicana, cubierta sin embargo por Andrés López y CSP, César Cravioto, su enrevesado secretario de Gobierno, choca con la jefa del Estado en su versión incendiaria sobre la marcha “Z” y sus fines.

Mientras Claudia Sheinbaum, la presidenta (con A) de la República (también con A), disminuye la importancia de las vallas derribadas en el Zócalo, para Cravioto el abatimiento de los muros desmontables tenía como finalidad --ni más ni menos--, meterle candela al Palacio Nacional con su igual estatura de niño y de dedal.

Habría sido, como en tiempos de la Revolución Rusa (risa, esta), el asalto al Palacio de Invierno.

“El objetivo de lo que se ve --explica la señora presidenta (con A) -- no era ni siquiera pasar a Palacio, porque sólo hay una persona que llega hasta Palacio Nacional una vez que derriban la valla, sino irse contra la Policía… llegaron con esmeriles, ganzúas, martillos, marros para romper la soldadura… muy preparados… los policías resistieron como dos horas a golpes. El objetivo era golpearlos para que respondieran y montar esta idea de que en México hay represión a los jóvenes…"

Sin embargo y a pesar del estoicismo de quienes resistieron, durante dos horas los golpes de los provocadores, 18 policías están ahora en capilla. No en capilla ardiente, sino en la antesala del despido, la consignación o la cárcel, según resulte el asunto".

“Al momento --dijo el señor secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vásquez--, se identificaron 18 incidentes potencialmente constitutivos de violaciones al protocolo de actuación policial (¿cómo se identifican, muestran su INE?) y otras disposiciones legales, incluyendo episodios de posible uso excesivo de la fuerza… se iniciaron el mismo número de investigaciones administrativas internas para realizar las entrevistas con los uniformados y continuar con las indagatorias… en siete de estas 18 investigaciones, incluyendo casos de presuntas agresiones a miembros de la prensa, el personal involucrado será suspendido temporalmente hasta en tanto concluyen las investigaciones…"

Y en cuanto al fuego también hay varias versiones extravagantes. La ya mencionada de César Cravioto quien la otorga validez a los mensajes en redes sociales sobre el propósito de incendiar el Palacio Nacional, como si se repitiera el Motín Hambre de 1690, y la extraña explicación de Vásquez en torno del uso de los extintores, los cuales “contienen un polvo químico que puede tener efectos, desde luego, irritantes, pero el objetivo del polvo químico es prevenir conatos de incendio…”

¿Prevenir conatos de incendio o extinguir el fuego?

Hasta ahora no hay quien dilucide tan compleja circunstancia. Pero Vásquez, con su reconocida sabiduría (to be or not to be) nos lo explica con claridad:

“…Cualquier otro elemento (se refiere a nubes de lacrimosidad), se va a investigar, tenemos antecedentes de marchas donde se han utilizado artefactos con efectos lacrimógenos que han sido portados por propios integrantes del bloque negro. Se investigarán los hechos como parte del análisis de la movilización”.

Y si hemos hablado del motín virreinal, revisemos algo de la historia:

“…La masa siguió creciendo (Memoria Política de México), al grado que la tropa a cargo del palacio fue incapaz de contenerla y la muchedumbre, que ya alcanzaba unos diez mil descontentos, avanzó destruyendo y saqueando tiendas; al llegar al portón del palacio lanzó una lluvia de piedras y finalmente, le puso fuego con la misma leña que había robado. Fue entonces cuando Carlos de Sigüenza y Góngora, capellán del Hospital de Jesús, junto con otros voluntarios, se lanzó a rescatar documentos y libros capitulares del ayuntamiento amenazados por el fuego…

“…Al siguiente día, el ejército aprehenderá a muchos de los amotinados, los cuales serán azotados o ajusticiados en la nueva horca levantada en la plaza…”

Nada cambia.

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