
Cuando Rodrigo Paz Pereyra ganó las elecciones en Bolivia (17 de agosto), y el Partido Demócrata Cristiano pulverizó al movimiento socialista de Evo Morales, encaramado en el poder durante 20 años, CSP --presidenta de México (con A)-- calificó ese resultado como lamentable para las fuerzas progresista de América Latina, y achacó la derrota a la división interna del grupo antes dominante y no a la acumulación de pillerías y delitos de Evo Morales, su patriarca y fundador, entre otros impresentables, gran amigo de la Cuarta Transformación,.
“...Desde la visión de los movimientos progresistas en América Latina, es lamentable que se hayan dividido en Bolivia... A veces se subestima, pero políticamente hablando, es esencial que el movimiento de transformación permanezca unido...Cuando te divides es cuando pierdes fuerza con la gente, con el pueblo”.
Más allá de lo desacertado de ese diagnóstico, en cuya apreciación la voluntad general no determina nada, porque es consecuencia automática de la correcta operación electoral de un partido sólido, en tiempos recientes se han presentado otros casos de derrumbe entre los amigos queridos de la corriente iberoamericana a la cual he llamado en otras ocasiones, “la internacional populista”.
Algunos de estos despeñamientos han sido consecuencia de los procesos democráticos, y otros han terminado con sus nobles dirigentes en la cárcel o en las barandillas judiciales acusados, casi siempre de robo.
En la mitología populista los movimientos de izquierda son inmunes a la corrupción (no como Sarkozy o Nixon) pues nacieron puros y comprometidos sólo para combatirla.
López decía: la corrupción es el peor mal de nuestro país, ha expoliado al pueblo más que desde la colonia. Y eso sin tomar en cuenta a Pío.
Ladrones de fondos públicos, negociantes de influencia, nepotistas de parentela encumbrada. En pocas palabras, corruptos insoportables, como ahora veremos.
Pero antes de presentar el caso del títere kirchnerista, Alberto Fernández, quiero recordar el grado de amistad de este caballero –hoy tan emproblemado judicialmente --, con el patriarca de la Cuarta Transformación. Reproduzco parcialmente una melosa carta de amor (13 de marzo 2022). Amor fraterno, no se piense mal.
“Regresé de mi gira por Chiapas y Tabasco al mismo tiempo que llegó Beatriz --redacta el señor López--, quien me representó en Chile y Argentina. Mi amigo Alberto Fernández dio respuesta a mi carta con una bella, auténtica y fraterna proclama política. La comparto”.
“Le dije a Beatriz --escribe el señor Fernández--, que quiero recibirte en Argentina. Sé que no eres amigo de salir de México, pero deberías hacer una excepción solo para alegrar la vida de alguien que te quiere, te respeta y te admira: ese soy yo... es la primera vez que en muchas décadas que México tiene como presidente a un hombre decente, y eso en México es una revolución”.
Hoy ese caballero cuya inclemente lagotería revolucionaba a este país con la supuesta decencia ajena, está indiciado por ratero.
Publicó “El clarín” (18.11.25):
“La Cámara Federal de Comodoro Py confirmó este martes el procesamiento del ex presidente de la Nación Alberto Fernández en la causa de corrupción por la contratación de seguros durante su Gobierno. Con esta decisión, el ex jefe de Estado quedó en condiciones de ser enviado a juicio oral y público.
“Fuentes judiciales informaron a Clarín que la Sala II de la Cámara también ratificó el procesamiento de Héctor Martínez Sosa, bróker de seguros y amigo de Fernández, y de su esposa, María Cantero, ex secretaria privada del ex presidente, del ex titular de Nación Seguros Alberto Pagliano, entre otros acusados.
“El expresidente quedó procesado por los delitos de negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Si el juez federal Sebastián Casanello y el fiscal Carlos Rívolo entienden que la investigación está terminada, Alberto Fernández será enviado a juicio oral”.
Pero no es un caso aislado.
Hasta el santón brasileño, Lula da Silva pasó meses en la sombra después de dejar en la presidencia a su entenada, Dilma Rousseff en un pésimo resultado de imponer una presencia femenina en el Poder Ejecutivo. Dilma pegó un petardo monumental. Sin relación directa entre una cosa y otra, conste.
“El Senado de Brasil votó el miércoles a favor de enjuiciar a la suspendida presidenta Dilma Rousseff por acusaciones de violar normas fiscales administrando el presupuesto federal.
“Tras unas 15 horas de debate la votación se dio con 59 votos a favor y 21 en contra.
“La votación es el paso previo a un juicio y a otra votación, donde se decidirá si la mandataria debe retirarse definitivamente de su cargo, algo que se espera a finales de este mes”.
Algo semejante ocurrió con otra amiga de la izquierda mexicana:
“La Justicia de Argentina resolvió el martes (18.11.2025) confiscar propiedades y una suma millonaria a la expresidenta Cristina Fernández y a otros involucrados en la causa ‘Vialidad’, por la cual la líder peronista cumple una condena de seis años de prisión en su domicilio.
“El Tribunal Oral en lo Criminal Federal 2 de Buenos Aires resolvió confiscar propiedades y sumas de dinero por un total actualizado de 684 mil 990 millones de pesos (unos 480 millones de dólares) en la causa que investigó irregularidades en la concesión de obras viales en la provincia de Santa Cruz.
“En total son 20 propiedades que perderá la familia Kirchner-Fernández: un inmueble inscripto a nombre de la expresidenta (2007-2015) así como 19 propiedades heredadas a sus hijos Máximo y Florencia Kirchner”.
No tiene mucho caso ahondar en las acusaciones de abuso infantil de Daniel Ortega presentadas hace años por su hijastra, como todos sabemos:
“...Veinticuatro años han pasado desde que Zoilamérica Ortega Murillo denunció a Daniel Ortega, su padrastro y actual mandatario de Nicaragua, por abuso sexual.
“En conversación con la Voz de América en Costa Rica, donde vive exiliada, Ortega Murillo, de 54 años dijo que las manifestaciones en Nicaragua contra el gobierno de Ortega y la respuesta represiva del mismo le han vuelto a recordar su propia experiencia.
“Quizás yo fui el primer crimen que se atrevieron a negar públicamente, como niegan los actuales. Si ellos pueden vengarse y hacerme daño, lo hacen, como lo hacen con quienes se oponen a ellos en Nicaragua.”
Y así se podría seguir con los hermanos Castro en Cuba y la empobrecida Venezuela de Maduro.
Pero mejor recordar cómo aprende aullidos quien con lobos se reúne. Con esos amigos...
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