En la Ciudad de México la lucha contra la violencia hacia las mujeres ya no se limita a pancartas y discursos del 25 de noviembre. En los últimos años se han fortalecido líneas de atención, ministerios públicos especializados, módulos de género y una red de campañas que han ayudado a que las muertes violentas de mujeres disminuyan, al tiempo que más víctimas se atreven a denunciar y a pedir ayuda. No es casualidad: cuando el Estado manda el mensaje correcto, las mujeres dejan de sentirse solas.
La nueva campaña “Si te tocan, nos toca” del gobierno de Clara Brugada, va justo en esa ruta. El gobierno capitalino apuesta por una estrategia masiva que toma las calles, el Metro, los mercados y las plazas para repetir un mensaje simple pero poderoso: lo que le pasa a una mujer no es un asunto privado, nos interpela a todas y todos. A eso se suman reformas legales contra la violencia familiar y el abuso sexual, una defensoría para representar jurídicamente a las víctimas, convenios con el transporte concesionado, brigadas territoriales: la Oleada Violeta y los Caminos de Mujeres Libres y Seguras para que la ciudad también se sienta distinta de noche.
La “M” de CDMX hoy es también de mujer. Pero si algo deja claro esta campaña es que la violencia no desaparece con un hashtag ni con un solo día naranja. Mientras haya una mujer que marque pidiendo ayuda, la obligación del gobierno -y de la sociedad- es sostener la mirada, sostener la política pública y sostener la lucha, todos los días del año.
Por cierto:
El megabloqueo nacional convocado por transportistas y campesinos dejó al descubierto demandas legítimas relacionadas con la inseguridad, la extorsión y los robos en carreteras, así como el reclamo por mayores apoyos al sector agrícola. No obstante, en Ecatepec la movilización evidenció un trasfondo distinto que hoy genera cuestionamientos sobre los intereses que movieron esa protesta local.
En este municipio, los bloqueos que paralizaron la vía José López Portillo y la carretera Texcoco-Lechería fueron encabezados por José Neri Ortega Blancas, dirigente del Sindicato del Cemento, con un notable componente político. En estos cierres participaron también transportistas de Grupo Flecha Azul, Ruta 95 y Autobuses del Valle de México (AVM), provocando un serio colapso vial y afectaciones a miles de ciudadanos.
Ortega Blancas ha sido señalado por su cercanía con Guillermo Fragoso, líder del Sindicato 25 de Marzo y de la USON, quien enfrenta una orden de aprehensión por delincuencia organizada y permanece prófugo, así como con Juan Ortiz, dirigente de la FITTAM, detenido recientemente por la FGJEM por presuntos delitos de extorsión, despojo y robo de agua potable. Los tres forman parte de los Sindicatos Unidos por la Transformación de México (SUTMEX).
A la luz de estos antecedentes, la protesta en Ecatepec se interpreta como un episodio que pudo haber sido utilizado para presionar a los gobiernos federal y estatal con fines de negociación y protección, desdibujando el sentido social de un movimiento que ya concluyó, pero que deja pendientes sobre la mesa.
Vivo la noticia, para contarle la historia
@juanmapregunta