Opinión

El mundo fantástico de Donald Trump

Donald Trump mensaje
Donald Trump Mensaje del presidente de EU (Doug Mills / POOL/EFE)

Como si hubiera leído páginas de la novela ahora revisitada por gracia de la versión fílmica de Guillermo del Toro, Donald Trump (un nuevo Víctor Frankenstein fabricante de sí mismo a partir de sus propios retazos) podría haber repetido estas frases en su grotesco mensaje del pasado miércoles, con el cual quiso (y quizá lo consiguió), exaltar una vez más a sus seguidores más radicales:

“...Exploraré poderes desconocidos y revelaré al mundo los más oscuros misterios…”

Tras confortar a sus fieles de nuca roja, les podría advertir a sus enemigos:

“…ten cuidado porque soy atrevido y por tanto poderoso…”

Ocupado en trazar con la rugosidad verbal de sus mentiras un panorama de bienestar (la palabra no tiene exclusividad) sin precedente en ninguna otra época de la historia americana, Trump dejó a todo mundo con la atención puesta en sus falacias sobre el éxito doméstico, cuando muchos esperaban --sobre todo fuera de Estados Unidos-- el anuncio sobre su total intervención en Venezuela después del cierre aeronáutico, el embargo del buque “Marine Trafic” y el bloqueo a la navegación petrolera en el Mar Caribe acompañada de la ominosa presencia de cazas y de portaaviones, sin distinción de aguas internacionales, territoriales o patrimoniales.

“…ten cuidado porque soy atrevido y por tanto poderoso…”

Obviamente el mago de MAGA jugó un truco magistral: creó una expectativa y desinfló las cosas con un provecho ahora evidente: empujó --sin decir nada-- la reacción ahora formal de Vladimir Putin quien calificó a Maduro como socio, amigo y --por poco-- novio de la olvidada revolución bolchevique.

La tensión en el Caribe cuya intensidad al parecer tiene más interés fuera de Venezuela no halló senderos con el telefonema entre Maduro y Trump hace unos días. Más pareció la clarinada para intensificar los “rounds” de sombra y sembrar miedo mientras el dictador venezolano bailoteaba y canturreaba con desafinado rigor, “don´t worry be happy” tocado con un sombrero tan espantoso como su pueril convocatoria: no war; peace… peace and love.

Pero él, tanto como su enemigo del norte trabajan para lo mismo: exaltar, estimular, animar a sus bases, a sus partidarios, a sus seguidores.

En el caso americano encender a quienes asaltaron el Capitolio y construyeron una base electoral de fanatismo en debida preparación del proceso electoral por venir, cuya composición podría desequilibrar su capacidad en el Congreso con fatales consecuencias si los demócratas lograran las mayorías en el Senado y la Cámara de Representantes.

Si eso ocurriera el péndulo se movería en el futuro cambio del poder Ejecutivo, siempre y cuando los “D” encuentren bajo alguna piedra un candidato (o candidata, para seguir con la moda), capaz de conmover a alguien después de la atroz temporada de Joe Biden y la fracasada trayectoria artificial de Hillary Clinton.

Por eso Trump se exhibe a sí mismo como el triunfante salvador de todos los aspectos de la vida americana: de la seguridad fronteriza al precio de los huevos o los seguros médicos y la gasolina para los automóviles, con talento y logros más allá de la historia contemporánea.

Sólo así se explica su convencido logro de alcanzar en Palestina la paz no vista durante tres mil años.

Los megalómanos para darle contundencia a sus delirios (si ellos los creyeran) o sus mentiras (para creencia de la gleba, el populacho y los ignorantes, casi siempre mayoría) siempre juegan con el tiempo, como el Heródoto tropical cuya lengua ignorante dató en “5 o 10 mil millones de años (qué tanto es tantito)” el poblamiento de América y en 10 mil años la fundación de las ciudades mexicas.

La presidenta de México no podía quedar inmune al arrastre magnético de las palabras trumpianas, las dichas y hasta las insinuadas, y a la mañana siguiente del aburrido y aldeano mensaje de Mr. DT, insistió en su negativa a las intervenciones, en una conferencia mañanera (bastante huera, por cierto), en la cual habló de cómo los “seals” de la Marina de los Estados Unidos (como se llama a ese grupo de élite castrense), entre enero y abril del año ya en la puerta entrenarán a nuestros aguerridos Juanes quienes a cambio de tan significativa cooperación ofrecerán instrucciones sobre cómo atender emergencias --lodazales, inundaciones, derrumbes, levantamiento de cascajo, etc.--, con el Plan DN-III como materia.

--¿Por qué nos deben interesar los asuntos políticos de Estados Unidos?

Porque su presencia -e influencia--, es permanente en todos los rincones del mundo. Ellos intervienen (mediante imposición o persuasión; convencimiento, acuerdo, tratado o de plano la fuerza), en todo y por todo. De Kiev a China, Nuevo León.

Por eso es interesante este alegato de Lorenzo Córdova, quien enumera la manera como este gobierno nuestro se ha plegado a decisiones (imposiciones) del régimen trumpiano. Cito y edito:

“Primero, a petición de Estados Unidos se militarizó la frontera norte del país... con más de diez mil efectivos para contener la migración y garantizar la seguridad del confín entre los dos países...

“...Más tarde se cambió radicalmente la política de seguridad pública del gobierno mexicano asumiendo una postura de confrontación y combate a la criminalidad organizada mucho más clara... forzado por la demanda del gobierno de Trump de que se actuara de modo más decisivo contra las organizaciones del narcotráfico si no queríamos sufrir la represalia de altos aranceles generalizados.

“Después, en dos momentos, se le entregaron al gobierno norteamericano a más de medio centenar de líderes criminales (sic) detenidos en México que habían sido requeridos por nuestros vecinos, sin base jurídica alguna y, peor aún, algunos de los cuales tenían suspensiones judiciales concedidas en contra de eventuales extradiciones... una decisión sin base normativa alguna...

“... no se tomó ninguna medida económica de respuesta en contra de la serie de aranceles que unilateralmente estableció el gobierno norteamericano en contra de diversos de productos mexicanos (entre otros el acero y el aluminio), en una posible contravención de los acuerdos comerciales, que pudiera incomodar a la administración estadounidense.

“Además, se avaló a posteriori el sobrevuelo de drones espía estadounidenses en territorio nacional, justificando el hecho con la afirmación de que esas incursiones habrían sido autorizadas en el marco de los acuerdos bilaterales en materia de combate conjunto al narcotráfico...

“Lo mismo ocurrió con la justificación de la presencia de buques de guerra norteamericanos en aguas mexicanas después de que el gobierno de aquel país anunció los operativos de dichas naves en tareas de inteligencia contra las organizaciones criminales declaradas como terroristas.

“Eso sí, en el plano interno, como pocas veces, se ha recurrido con insistencia a la arenga nacionalista de la defensa a ultranza de la soberanía nacional si se concreta el amago de una intervención militar estadounidense en nuestro territorio.

“Un discurso patriotero que contrasta radicalmente con la cesión prácticamente total en la que se ha traducido, de facto, la política bilateral mexicana.”

Obviamente Córdova ahora será nuevamente señalado como parte de la zopilotera oposición política. Pero los hechos, ahí están.

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