1

El que de seguro sí se irá rumbo al carajo y más pronto que tarde
será sin duda el Acuario Veracruz, hoy tomado a la malagueña por
tan particular gobierno del Estado que, para colmo y con gran
desatino, encima de la barbaridad de pretenderlo “administrar” lo rebautizó como Aquarium. Y es que si como citaron fuentes serias
tiene una erogación mensual de aproximadamente 9 millones de
pesos y el populista gobernador ordenó por su cuenta y sin su riesgo cuando menos una entrada gratis por semana, se estarán yendo al basurero político un millón doscientos mil pesos cada 30 días. Ello, sin contar otras oportunidades de gratuidad que sumadas a un mal
manejo financiero que hasta por desconocimiento se dejará sentir,
más la mano que seguramente le meterán al fondo de caja que
por 120 millones de pesos dejó el Fideicomiso que bien lo manejó
hasta su usurpación, aquello terminará en un desastre de vidas e
infraestructura. Apúntese la fecha de esta premonición.

En cambio quien estará brincando de gozo y felizmente, ella sí, mandando al carajo a varios explotadores de fauna silvestre, será doña Sara Rincón Gallardo que desde su Cancún y por muchísimos años ha luchado denodadamente y sin tregua por terminar con la triste y dolorosa práctica de tomarse fotos con cachorros de león o de pantera o de tigre, y asimismo con monos (chimpancés incluidos), reptiles y demás animales que sin descanso y bajo pleno rayo de sol son manipulados para posar y salir bien y cercanos en las imágenes por las que pagan tanto el turismo nacional como extranjero de la más baja calaña. Y es que según nos comunicó la estimada Araceli Domínguez, ruda y efectiva activista ambiental de la zona y cabeza del Grupo Ecologista del Mayab, A.C. (GEMA), ya es oficial que en todo el Estado de Quintana Roo quedó prohibida esa práctica a partir de una reforma aplicada a su Ley de Protección y Bienestar Animal, quedando entonces y terminantemente prohibido tocar, cargar y tomarse fotos con animales silvestres… sólo que hasta aquí lo perfecto porque la frase termina con un “en vía pública”, por lo que de momento nefastos lugares como Animalandia Maya seguirán explotando el ramo, aparte, criminalmente a deshoras. Es lo que resulta de legislar sin entender los alcances del texto propuesto. Ojalá se esté a tiempo de corregir la disposición, que incluye multas de 100 a 200 veces el valor diario de la Unidad de Medida y su actualización.

Otra funcionaria que para gran sorpresa mía resultó más canija que bonita, poniéndose de sombrero el pretexto de afectar la economía si se iba contra las “corridas de toros”, las “peleas de gallos” y jaripeos, fue la morenista Geraldine Ponce, Presidente Municipal de Tepic, Nayarit, que optó, bajo su pleno derecho, por prohibir esas salvajadas a través del Reglamento de Bienestar Animal que dominará bajo su gobierno, pero, a diferencia…

Quien no termina de entender su papel en EL TEMA -y no, esta vez no me referiré al diputado Jesús Sesma- es el Gobierno de CDMX, toda vez que ante la tremenda sobrepoblación y abandono de perros y gatos que padece la capital mexicana todavía se dan el lujo de exigir un buen de requisitos para esterilizarlos, cuando incluso debería ser ya procedimiento obligatorio. Y es que de entre las tantas restricciones para hacerles la intervención “gratuitamente” en el Hospital ¿Público? Veterinario, concuerdo solamente con que los individuos a castrar sean mayores de 6 meses y presentados con 8 horas de ayuno. Lo demás, Mr. Amarillo, titular de la Agencia de Atención Animal (AgAtAn) y como tal responsable del nosocomio referido, ¡ESTERILÍCELOS A OJOS CERRADOS!, resolviendo lo demás como se pueda. Y no…

Tampoco estoy ignorando la información de nuestro compañero Alberto García sobre un tiradero de animales muertos que huele a desechos “santeros”, ni tampoco el terrible asunto de los cadáveres y órganos de tantísimo animal que destapó la volcadura de un tráiler proveniente de Querétaro. Denme tiempo para investigar ante el horror de lo que pudiera estar detrás. Vamos para allá… ¿verdad Jefe Vulcano?