Opinión

El poder de El Reforma

Donald Trump, cuando era presidente de los Estados Unidos, pero aún antes, cuando se le nominó, se valió de la cadena noticiosa Fox para que ésta avalara sus acciones y sus declaraciones. Rupert Murdoch creó Fox News para dar voz a los conservadores, hace más de dos décadas, e imponer así sus ideas frente a los periodistas progresistas. Justamente por eso sintonizo CNN cuando tengo oportunidad, porque es un canal televisivo mucho más confiable.

La prensa libre es parte esencial en un país y abona sin lugar a dudas a la democracia. Las dictaduras la abaten y sólo permiten un medio de difusión, como Cuba y su Granma. Nicaragua suspendió el diario La Prensa, el periódico más antiguo de ese país. Los diarios que quedan son meros boletines. Trinchera de Noticia y Bolsa de Noticias han sobrevivido, pero conseguirlos es difícil porque circulan nada más en Managua y su costo es elevado.

Lee también

Seguramente al presidente Andrés Manuel López Obrador le gustaría que la prensa toda estuviera a su servicio. No soporta las críticas a la Cuatroté ni a su persona. Por eso en su Mañanera, que registra el diario acontecer de lo que piensa, hace y perfila para el país, donde aprovecha para reprobar a los que llama sus adversarios, de acuerdo con él, todos ellos conservadores y de derecha, arremetió, una vez más, contra el diario que más odia, El Reforma, y pidió a los colaboradores Jesús Silva-Herzog Márquez, Denisse Dresser, Sergio Aguayo , Carmen Aristegui etcétera, etcétera, que se disculpen de escribir en un periódico “así” y que dejen de hacerlo, ya que presumían de independencia. Agregó que aquel que no se jactaba de independiente y objetivo “pues que siga allí”. Cabe aquí preguntarse si el señor presidente sólo lee El Reforma y no se entera que abundan, ya sea en El Universal, El Financiero, La Crónica de hoy, Milenio, Excélsior y otros diarios más y otros colaboradores críticos de su gobierno. ¿De veras quiere hacer creer que Silva Herzog-Marquez, Dresser, Aguayo y Aristegui (al decir este nombre López Obrador se ríe en púlpito de la Mañanera) tienen una consigna por la que les paga especialmente El Reforma para cuartarles la libertad de escribir, seguramente sobre los actos y decisiones patrióticos y atinados del primer mandatario. La verdad es un concepto novedoso el del presidente, eso de que compren a “cómplices”, casi todos reconocidos académicos, quién sabe de qué poder, para que escriban en contra el jefe del gobierno en este país llamado México.

Contradicciones (suspenso, emoción, sorpresa, anticipación y ansiedad).

Mientras escribo, se anuncia que vinculan a proceso al ex procurador Jesús Murillo Karam. Falta saber si lo dejarán en la cárcel. Se trata de detener para investigar y no de investigar para detener, como escribió Alejandro Hope en El Universal. A Murillo Karam lo acusan de tortura. Ahora, tanto la “Verdad histórica” de Murillo Karam como la “Comisión de la Verdad” acusan a los sicarios del cártel “Guerreros unidos”, al que el Ejército no hizo mucho caso y en cambio hubo participación activa de la policía municipal de Iguala cuyo alcalde y esposa militaban al lado de AMLO. La esposa, por cierto, tenía vínculos con el cártel de marras. Para López Obrador, hoy, Murillo Karam sabía, junto con Tomás Zerón, del “montaje en el caso Ayotzinapa”. Qué complicado el montaje al que se refiere en el que los cuerpos de los estudiantes de la normal fueron quemados y arrojados a un basurero, cuando parece, según la Comisión de la Verdad, que se depositaron los cadáveres en diferentes partes. ¿Dónde queda la verdad, después de las investigaciones acuciosas que se llevaron a cabo durante el caso Ayotzinapa en el sexenio de Peña Nieto, porque los resultados de la Comisión de la Verdad tampoco difieren mucho de la otra versión? Apunta Francisco Báez, en La Crónica de hoy que dos son las principales variaciones “una, que los jóvenes fueron divididos en grupos, y no todos llegaron al basurero de Cocula; otra, que uno de los grupos no fue ultimado sino días después de la captura. Hay una tercera, que es ideológica: la repetición de la consigna: Fue crimen de Estado”.

Sin embargo, la cuatroté investiga con ahínco a los investigadores del peñanietismo. El presidente pide a Israel que extraditen a Tomás Zerón, ex-funcionario en temas de seguridad pública durante las administraciones de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto. A Murillo Karam lo culpan de desaparición forzada y tortura. La Fiscalía, además, ordenó varias órdenes de aprehensión de mandos militares y personal de tropa en Iguala, y contra autoridades administrativas y judiciales, contra policías municipales de Iguala y contra 14 integrantes del cártel de heroína Guerreros Unidos.

El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación y titular de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa, Alejandro Encinas, declaró que continuará la investigación y búsqueda de los 43 estudiantes porque “se trata de un crimen de Estado”… que cometió el cártel de Guerreros Unidos.

¿Alguien entiende algo, le sigue el hilo a las contradicciones?

Lo que queda claro es que el presidente y su Cuatroté se han lanzado a una suerte de venganza política. Lo dicho por Murillo Karam, cuando era procurador, opinan no fue “verdad histórica” y el crimen de Estado sigue en el aire. “A menos que al hablar de crimen de Estado –escribió José Carreño Carlón en El Universal--, la comisión (de la Verdad) se refiera a los cárteles que controlan gran parte del territorio nacional, como un Estado dentro del Estado”.

Dentro del suspenso que todo esto infunde, falta que se exprese el ejército mexicano, otrora tan mimado por el presidente López Obrador. Libraron, repito, varias órdenes de aprehensión a mandos militares. Ouch, con razón escribe Raymundo Riva Palacio en El Financiero que en las Fuerzas Armadas están que trinan.

Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México

Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México

Cuartoscuro