Opinión

Del amor y la amistad

La fiesta de San Valentín se convirtió en el Día de los enamorados a causa del comercio que genera ventas y reactiva la economía; la modalidad fue importada en el siglo XX por los Estados Unidos, y no tiene ninguna raíz en nuestra cultura hispana.

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La oportunidad es aprovechada por floristas, restauranteros, fabricantes y comerciantes de chocolates y dulces, empaques para regalos, el mundo del espectáculo, los impresores de tarjetas de felicitaciones, discotecas y hoteles, etc., quienes cada 14 de febrero obtienen mejores ganancias con la promoción de sólo un día.

Los floristas elevan los precios hasta el doble, como también ocurre el 10 de mayo, en el Día de las Madres, y 24 horas después de estas fechas baja la demanda y los precios se normalizan.

San Valentín se festeja lo mismo en Israel que en Turquía, todo bajo el pretexto de que se trata de santo patrono de los enamorados.

Sin embargo, la verdad histórica es confusa ya que existieron varios Valentines y San Valentines, todos con el mismo nombre; algunos fueron mártires de la fe, pero todos vivieron entre los siglos III y V.

Todo parece indicar que la festividad del 14 de febrero fue introducida por el Papa Gelasio I hacia el año 498, en memoria de uno de los Valentines que fue asesinado un 14 de febrero en el año 269 o 270 d.C. durante el reinado de Marco Aurelio Claudio II, quien solo gobernó dos años, pues la viruela lo llevó a la muerte.

La Edad Media lo vistió con fantasías en Francia, Bélgica e Inglaterra, cuando el 14 de febrero comenzó a ser relacionado con una fiesta dedicada al amor, pero ante la incertidumbre histórica, la Iglesia suprimió la fiesta en 1969, tres años después del Concilio Vaticano II, como un intento por suprimir la liturgia a los santos imaginarios o legendarios, no obstante, en algunos templos, aún se conservan imágenes o íconos de San Valentín, debido a su valor artístico o histórico.

San Valentín también aparece en los martirologios de las Iglesias Ortodoxa y anglicana que conservan la tradición, y aunque es confusa, también es cierto que la historia-mito que se conserva hasta nuestros días, deja una enseñanza cristiana y un buen ejemplo a seguir.

El más famoso de los Valentines es el del 14 de febrero; fue un médico romano que se hizo presbítero y cobró fama por casar en secreto a los soldados romanos, a pesar de la prohibición del Emperador Claudio II “El Gótico”, quien consideraba que si los legionarios tenían esposa e hijos, podrían no arriesgarse tanto en los combates y por lo tanto, serían menos eficaces en la guerra que los soldados solteros. Claudio II emprendió exitosas campañas militares contra el Imperio Galo, los Godos y los alemanes. Cuando descubrieron que Valentín impartía este sacramento en el año 270, el Emperador ordenó decapitarlo.

En cuanto a los otros valentines, uno de ellos fue obispo de Interamna, en Italia, donde se están sus restos mortales en una basílica y en donde también el 14 de febrero es su fiesta.

Hay otro Valentín mártir en una ciudad romana de África, y otro más que vivió en el siglo V, y que también fue obispo. Su nombre era Valentín de Recia y fue sepultado en la ciudad de Mais, cerca de Merano, en la zona alpina del Tirol italiano. En el siglo VIII su cuerpo fue trasladado a Passua en Baviera, Alemania, donde le tienen mucha devoción y aun es invocado contra la epilepsia.