Opinión

Aniversario Central de Abasto y su imperante transformación a la nueva era

En el marco del Cuarenta Aniversario de la Central de Abasto (CEDA) de la Ciudad de México, directivos del lugar y autoridades capitalinas, han emprendido un nutrido programa de actividades, entre las que destaca el Primer Congreso “Recuento y Perspectiva”, además de eventos deportivos, gastronómicos, entre otros.

Todo ello, con la participación de personalidades con reconocido prestigio a nivel nacionales internacional, y que han estado relacionadas a este importante centro de distribución alimentaria, ubicado en el oriente de la Ciudad de México.

En la temática de la seguridad alimentaria, quiero recordar que, en 2017, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), declaró al sistema agrícola chinampero de la Ciudad de México, como un Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM). A este reconocimiento se le suma el sistema Ich kool: Milpa Maya de la Península de Yucatán, ambos considerados como agroecosistemas, habitados por comunidades que viven en estrecha relación con su territorio.

Cabe señalar que estos sitios de producción, se encuentran en constante evolución y se caracterizan por una biodiversidad agrícola notable cimentada en conocimientos tradicionales y cultura; aplicados de manera sostenible por agricultores, pastores, pescadores y poblaciones forestales de modo que contribuyen a sus medios de vida, seguridad alimentaria y resiliencia.

Central de Abasto

Central de Abasto

Cuartoscuro

La distinción otorgada, desde Roma, por el organismo internacional, convierte a México en el segundo país de América Latina en ser acreedor de dos nombramientos SIPAM y es una muestra de la fusión de tradiciones vivas, conocimientos ancestrales que prevalecen y se adaptan a los dinamismos actuales para dar identidad a nuestro país.

Gran parte de esta riqueza, está contenida en los conocimientos y adaptaciones culturales, así como su diversificación en la siembra de gran variedad de maíz, frijol, calabaza, chiles y otras plantas. En su producción se acostumbra a contar con años de producción y años de descanso, entre los ciclos dando pie a lograr la fertilidad, reducir la destrucción de la maleza y control de plagas. Este sistema agroforestal sostuvo por más de 3,500 años a la población de la Península Yucatán.

En esa importancia trascendental, hoy le toca a la CEDA proveer la alimentación a la segunda ciudad más poblada de América Latina, con más de 22.1 millones de habitantes, por tanto, merece también reconocer la labor que hace diariamente, y cabe señalar que el único lugar que no cerró sus actividades frente al COVID-19.

Este espacio ha sido diverso y se han impulsado esfuerzos para convertirlo en un Centro de distribución 4.0 sustentable y sostenible.

Como todo ente dinámico, ha mantenido una evolución desde el 22 de noviembre de 1982, con sus dos mil 900 bodegas, como lo recordó Mario García Sordo, en su conferencia “El desafío social del sector Carretillero”, donde compartió la historia, así como la importancia de la regularización de este sector; además de agradecer a la administración por el apoyo de los programas sociales y pedir la revisión de algunas áreas que pueden ser un riesgo para los trabajadores.

Como Coordinador de Administración del FICEDA, Fernando Solís Godínez, ha mencionado que, para mejorar la manera de administrar, es necesario plantear nuevas rutas de reingeniería operacional, retomar la cultura de convivencia armónica, buscar y aplicar nuevos modelos económicos e incluir a la Comunidad de la CEDA en la toma de decisiones.

En relación a ello, Carmen Suárez Monroy, Integrante del Comité Técnico y de Distribución de Fondos del FICEDA del Sector de Abarrotes y Víveres, también ha compartido su experiencia al trasladar su negocio hacia el e-commers y resaltar la importancia de actualizar y ampliar los canales de venta para no quedarse rezagados.

A cuatro décadas de operación de la CEDA, los festejos se han multiplicado; la Lotería Nacional emitió un billete conmemorativo que contiene 20 imágenes de la vida en este centro de distribución y que implica un reconocimiento social para quienes desde el corazón de la Central de Abastos contribuyen a alimentar no solo a la Ciudad sino a gran parte del país.

En ese ánimo de celebración, también se llevó a cabo una función de lucha libre anunciada por Mauricio Sulaimán, presidente de WBC; Ciro Lucci, presidente de la “Comisión de Box de la Ciudad de México”; Mariana “Barbie” Juárez, campeona mundial de box y César Ríos Sánchez, presidente de “Fundación Vida Sana con Calidad A.C.”.

Asimismo, se realizó una carrera atlética donde participaron más de dos mil comerciantes y público en general, quienes -en las categorías de 3 y 9 kilómetros-, corrieron, trotaron y caminaron, desde la Macroplaza de la Alcaldía Iztapalapa hasta el interior de la Central de Abasto. Por cierto, en la misma Alcaldía hay una galería donde se exhibe la exposición fotográfica “Central de Abasto, una historia en el corazón de Iztapalapa”.

Este mercado es considerado uno de los más grande del mundo, es un lugar que nunca descansa y casi no duerme, alberga una cantidad aproximada de 122 mil toneladas de productos. La CEDA tiene una superficie de 327 hectáreas, es 51 veces el espacio de la plancha del Zócalo capitalina en la que hay empleados y comerciantes. Consumidores y productores pequeños y medianos de flores y hortalizas.

Desde aquí, una felicitación a la comunidad, al equipo, a la Coordinadora y Administradora General de la Central de Abasto de la Ciudad de México, Dra. Marcela Villegas Silva, quienes suman esfuerzos para consolidar la transformación digital como en: la “Planta Fotovoltaica", la digitalización de acervo histórico, la consulta de precios en tiempo real, el sistema integral de servicios administrativos contables y otros que se implementan en este mercado mayorista.

La CEDA debería operara como un centro pedagógico de enseñanza e investigación académica con una estrecha vinculación con la SEP en la que al menos deberían organizar visitas de las escuelas, servicio social y prácticas profesionales asi como también aprender a comprar y consumir sano.