Empezamos el año con los habituales azotes de la oposición, sus malos humores y su sangre de plomo. Veamos algunos ejemplos y tratemos de vacunarnos contra su nociva influencia.

El INE y su plutocracia

Nuevamente mi cóquera se puso gruñona sin causa aparente. Tengo dos conjeturas, la primera es que el colchón de periódicos que usamos sobre su charola de evacuación es a veces el Reforma que lo reciclamos de otros lectores y con otros títulos como Excélsior, El Universal, Récord y ocasionales extravagancias que antes leo y algunas guardo. La conjetura A es que mi cóquera gruñe porque sabe leer y desde luego es megachaira. Esta suposición tiene fuerza porque cada vez que gruñe sin causa aparente le tocan los cabezales del Reforma. La conjetura B es que quizá más que saber leer por lo menos se las huele, esta conjetura coincide con una foto de algunos de los diarios mencionados en la que se ve a la némesis de Hulk, Lorenzo Córdova, enseñando los dientes hoscos.

Aunque por supuesto hay niveles intermedios de percepción salarial entre los siete mil y pico mensuales que recibe un trabajador del instituto y los sueldotes y prestaciones de una elite que no es el INE, hay una brecha indignante de poca equidad en la asignación salarial en ese organismo que no por autónomo, debe sustraerse a la crítica de quienes lo mantenemos operando más allá que la que se le hace desde el poder político, modelo de autocracia o nuevo populismo según un megáfono que nos persigue aunque queramos apagarlo. Pero más que de pesadilla ensordecedora, el modelo de comunicación que sostiene ese discurso es autoritario y altamente agresivo, poco dialogante y cada vez más panfletario.

Veamos: una de las respuestas de Lorenzo Córdova a los ahorros sugeridos por Hacienda para que el INE organice la consulta revocatoria de mandato a la que tenemos derecho constitucional, partió de una argumentación técnica sobre la calidad del dictamen, con esa indignación de diente hosco que lo ha hecho popular, el director del INE sostuvo que el organismo no podía tener sindicato, como lo expresa la redacción de la propuesta de ahorro leída en una mañanera. Oh, me dije, ya habló el Tótem de la democracia y si lo dice será por algo. Desde luego debe existir un artículo equis fracción zeta que le prohíba a los trabajadores del INE organizarse para defender sus derechos laborales que sólo son defendidos selectivamente por el suprasindicato plutócratico de su dirigencia. La UNAM y la UAM tienen sindicatos y son autónomas.

En Café y noticias, poco después de leído el plan de austeridad, la consejera Claudia Zavala salió a decirle prácticamente que no a todo y menos a la reducción de sus salarios y el adelgazamiento de su burocracia multimillonaria. A decir verdad resultan poco convincentes y cada vez lucen más enojados o cuando menos tensos como la consejera Zavala. Se abrazan a las tablas de piedra resistiendo tempestades como Moisés para decir: “es una ilegalidad reducir nuestros emolumentos.” La consejera del INE dijo que un ahorro que encontraron era no pagar los viáticos de los observadores internacionales. ¿Cómo? ¿Se los pagábamos? Una cuentecita de alguno de ellos me gustaría conocer. El colmo de este discurso corporativista lo dio Lorenzo Córdova cuando dijo que la única forma de ahorro en términos de los grandes esfuerzos que realizan era sacar jugo de las piedras. Así los niveles de azote que me recuerdan estas líneas de la Antología del humor negro de André Bretón: “Creo que la única manera de hacerse rico es ser feroz, un hombre sensible jamás se enriquecerá.”

El señor Equis de izquierda

También hay azotados surrealistas, humoristas involuntarios que uno disfruta en este país que maravilló al escritor francés. El auto de fe del señor Equis al declararse de izquierda podemos ubicarlo en esa tendencia. Las piruetas de estos personajes bolsonaristas de cepa pura son necesarias para fortalecer la “narrativa” de la superdemocracia que lucha contra el autoritarismo ramplón que pone en riesgo al país. Aunque más cascada que un balero usado, esta retórica es necesaria ante los desfiguros de su corte intelectual como la que protagoniza el marqués Vargas Llosa y ante el avance de la izquierda latinoamericana en las urnas que hace poco encabezó Boric en Chile.

Monreal una víctima útil

Otra modalidad de azote es la de Ricardo Monreal. Favorito de temporada de muchos columnistas. Este político es insufrible y desde luego que no tiene ninguna popularidad entre los electores, pero sabe victimizarse como personaje de Eurípides. Yo prefiero la comedia involuntaria, a él ni eso le sale bien aunque me lo recetan hasta en la sopa.

Banamex y sus resonancias

La venta de Banamex también provocó azotes calenturientos de varios calados que David Páramo desmontó frente a un atónito Ciro Gómez Leyva: No hubo fuga de capitales con este anuncio, “ni un solo peso”, ni nos estamos venezualizando aunque saquen sus pañuelos las plañideras de las academias Monreal.

Ómicron y los aleteos de una “experta”

La doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie, famosa por su líbelo, tiene la particularidad de hablar mucho y alarmar a la gente. Yo la evito porque sus azotes verbales son deprimentes, pero las redes sociales me la ponen como una piedra para alcanzar el equilibrio emocional. Para ella todo se hace mal, no nos prevenimos como otros países y somos una sociedad desinformada, pero voces como la de esta señora iluminada son deprimentes desde cualquier ángulo. Hace poco dijo en una entrevista “Esta narrativa de no se alarmen, no se alarmen que no haya pánico es lo más peligroso que puede haber, de hecho debemos estar alarmados.”

Si uno se pregunta quién es esta sabia y juiciosa mujer soldada del Ancien Régime, podemos leer, también en redes sociales: “Esta doctora es desde el año 2000 jefa del Laboratorio de Genética Molecular de la Facultad de Odontología de la UNAM. Su área de investigación específica es en torno a las enfermedades periodontales, que se refieren a las localizadas en las encías y estructuras de soporte del diente.” Sin comentarios.

* * *

Letras al pie

Muy recomendable el programa de Sabina Berman: Largo aliento, la entrevista que le hizo a Jessica González, fundadora y codirectora ejecutiva de Free Press, “una organización dedicada a desorganizar internacionalmente los flujos del odio en la redes”. El diálogo me dejó pensando seriamente sobre una numeralia que permanece en la opacidad: ¿cuántos moderadores de contenido y bajo qué esquema de contratación tiene Facebook para sus “usuarios”, y las grandes redes sociales en México? ¿quiénes son? ¿cuáles son sus códigos de ética si los tienen? La infodemia también se cruza por esos tejidos y debemos auditarlos, ponerlos en tela de juicio porque son muchos los indicios de que son promotores de odio.