Opinión

Beatifican al “Papa de la sonrisa”

Este domingo, el papa Francisco beatificó en Roma a Juan Pablo I, Albino Luciani, uno de los pontífices que han gobernado a la Iglesia por menos tiempo, pues solo ocupó el trono de san Pedro 33 días, a partir del 26 de agosto de 1978, hasta la mañana del 29 de septiembre en la que murió a los 65 años de edad. Falleció en su recámara del Palacio Apostólico.

La ceremonia de beatificación fue posible gracias a un milagro realizado por Dios por su mediación a favor de la niña argentina Candela Guiarda que estaba desahuciada por los médicos en 2011 a causa de una patología cerebral, y quien ahora, a sus 22 años, agradeció en un video esta segunda oportunidad de vida.

Juan Pablo I nació el 17 de octubre de 1912. Sus padres fueron Giovanni Luciani, un albañil, y Bortola Tancon. Fue el mayor de cuatro hermanos. En 1923 ingresó al seminario

Papa Francisco I

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Estudió en la Pontificia Universidad Gregoriana y fue ordenado sacerdote el 7 de julio de 1935 y se convirtió en capellán de su pueblo natal. Luego fue profesor del Instituto Técnico de Mineros de Agordo. Obtuvo un doctorado en teología y su tesis fue sobre el origen del alma humana.

Luciano fue vicerrector del Seminario Gregoriano de Belluno hasta 1947. Se convirtió en obispo de la diócesis de Vittorio Veneto el 15 de diciembre de 1958 por decisión de Juan XXIII, donde ejerció su ministerio durante 11 años. Asistió a la apertura del Concilio Vaticano II y estuvo presente en sus cuatro sesiones. Era un gran orador e incluso escritor cuando era cardenal, pues publicó un libro titulado Illustrissimi que trata de varias cartas dirigidas a personajes existentes y ficticios, como son el rey David, Mark Twain, Charles Dickens, María Teresa, Fígaro, el barbero de la ópera de Rossini o el muñeco italiano, Pinocho.

El cardenalato lo obtuvo de Paulo VI el 5 de marzo de 1973. Fue patriarca de Venecia a partir del 15 de diciembre de 1969.

Elegido en la cuarta sesión del cónclave, tras la muerte de Paulo VI, adoptó su nombre en honor de sus dos antecesores: Juan XXIII y Paulo VI. Fue el último papa italiano hasta la fecha, y el primero en rechazar la silla gestatoria.

Su inesperada muerte despertó sospechas de homicidio y se hicieron investigaciones sin que nada se pudiera demostrar.

Él fue declarado Siervo de Dios, que es el primer paso para una beatificación, por Juan Pablo II el 23 de noviembre de 2003; el papa Francisco lo proclamó Venerable, reconociendo la práctica de las virtudes teologales en grado heroico, el 8 de noviembre de 2017.

Su festividad litúrgica ha sido fijada para cada 26 de agosto.