Opinión

¿Y si cambiamos la lógica de las reglas electorales?

Hemos construido las reglas electorales en México pensando en un modelo de castigo. Parece que el órgano legislativo, no ahorita sino tal vez desde siempre, ha asumido que los actores políticos tratarán de incumplir las normas.

Así, la lógica ha sido que frente a una carga, se establece una sanción en caso de incumplimiento.

Otras plumas escribirán acerca de si la hipótesis desde la que se construye la legislación electoral se comprueba o sí, por el contrario, existe un cumplimiento generalizado.

Llevo algunos años en los temas electorales, de una u otra forma, desde 1991. Y a partir de mi experiencia (limitada como la de cualquier persona) propongo un posible cambio en la lógica, a partir de la cual, en lugar de castigar, se piense en premiar.

Por ejemplo, pensemos en el tema del financiamiento, concretamente en una regla que otorgue una cantidad adicional a aquellos partidos que vayan más allá en el cumplimiento de principios o reglas importantes del sistema electoral.

Ojo, no se trata de premiar el cumplimiento de las normas, eso es lo mínimo indispensable. Más bien de premiar aquellas acciones que impactan favorablemente en nuestra democracia y que van más allá de los mínimos legales.

¿Qué conductas podríamos premiar? Por ejemplo, a aquellos partidos que consigan el mayor número de mujeres, o de integrantes de pueblos y comunidades indígenas, o de la comunidad LGBTIQ+, personas adultas mayores, migrantes o jóvenes; en los espacios representativos.

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Para lograr esto, habría que replantear el modelo de distribución de los fondos públicos para los partidos, que actualmente se reparte un 30% de forma igualitaria y un 70% conforme el peso electoral de cada uno. Así, podría modificarse este último rubro, para que tal vez un 20% del total se reparta atendiendo a los criterios apuntados en el párrafo anterior, premiando a aquellos partidos que, en la práctica, se comprometan con la ampliación de la democracia inclusiva.

Incluso cabría pensar en otros temas a incluir; por ejemplo, el menor número de denuncias procedentes en materia de vpg, o de violación de las reglas de campaña.

Esta lógica, lo asumo, va en contra de la que ha regido el diseño normativo hasta la fecha. Pero si buscamos resultados distintos, vale la pena intentar cosas diversas. 

Rumbo a las elecciones de 2024

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