Opinión

Combustible de aviación ante la guerra

Uno de los primeros grandes impactos para la aviación cuando sucede un conflicto que atrae consecuencias macroeconómicas, como es el caso de la invasión Rusa a Ucrania, es el alza en el precio de combustible, que en estos momentos está en un 58.8% más que el año pasado en términos globales, y a nivel regional alcanza un 61.2% más.

Esto, sin duda, agrega presión a la industria aérea en un momento en que aún está concentrando amplios esfuerzos en recuperarse de la pandemia de Covid-19, situación que de por sí, dejó los precios de la turbosina bastante altos. En los últimos meses, el precio del combustible para aviones registró su máximo histórico en los últimos 5 años.

El cierre de fronteras y la cancelación de vuelos dejó una capacidad muy baja que se ha ido recuperando muy lentamente, mientras que la reapertura de los mercados de todo el mundo ha resultado en la adición de 1.6 millones de asientos adicionales para marzo, según las últimas cifras de la consultora OAG, las aerolíneas aún tienen que eliminar 103 mil asientos de Ucrania de sus sistemas de distribución,

Los elevados precios del combustible, que en promedio representan alrededor del 30% de los costos totales de las aerolíneas afectan sobre todo los costos operativos de las empresas, quienes generalmente tienden a subir sus precios para equilibrar sus costos, y esto sin duda advierte un retraso en su recuperación financiera.

La situación no se presenta fácil, y el incremento de precios parece ser que ya no se pueda evitar, las aerolíneas ahora se preparan para enfrentar su siguiente crisis y van a tener que proteger aún más sus finanzas y retrasar el periodo de recuperación.

Este va a ser un obstáculo más en el camino del sector hacia la recuperación, pero es claro que el transporte aéreo se ha ganado con justicia el apelativo de la industria resiliente por su capacidad de reponerse de las grandes catástrofes y volver a crecer aún más que lo estimado en su tendencia anterior a las crisis.

La semana pasada, la Ciudad de México fue sede de una Cumbre sobre energéticos en donde representantes de 13 aerolíneas y 16 compañías proveedoras de combustible pertenecientes a la Asociación Latinoamericana de Transporte Aéreo (ALTA) discutieron temas clave del mercado energético como la infraestructura, tasas, transparencia y suministro, así como el rol de los combustible sustentables de aviación (SAF por sus siglas en inglés) y su actualización regulatoria.

Los retos están a la vista y las oportunidades también: fortalecer la cadena de valor, trabajar articuladamente, seguir impulsando el uso de combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés), que tomará su tiempo porque aunque actualmente el costo del SAF es entre 2 y 4 veces más alto que la turbosina tradicional, la industria trabaja en el objetivo común de alcanzar cero emisiones netas de carbono para 2050. Los costos de sólo bajarán en la medida en crezca la producción.

Una turbulencia con vientos cruzados no es algo nuevo para esta industria, y sin duda saldrá adelante.

Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio. 

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