Opinión

Algunos comentarios ridículos en contra de la nueva titular de SEGOB

Abrir por abrir la boca, como es el caso de Carlos Alasraki y de Enrique de la Madrid en contra de María Luisa María Alcalde, no solo reiteran la preocupante tendencia global de propagación de mensajes misóginos por parte de algunos líderes políticos y religiosos, y el aumento de políticas y prácticas opresivas y sexistas, mujeres de todo el mundo se hacen fuertes para que no se retroceda en derechos y libertades alcanzados. El movimiento de mujeres pretende que, lejos de que se recorten derechos, se siga avanzando para combatir las desigualdades que aún persisten en numerosos rincones del planeta. Millones de mujeres plantan cara a discursos que las demonizan a ellas, al movimiento feminista, y a quienes defienden y promocionan los derechos de las mujeres, la igualdad de género y el fomento de la educación sexual.

Luisa María Alcalde durante la conferencia de prensa matutina en materia de seguridad desde Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

Luisa María Alcalde durante la conferencia de prensa matutina en materia de seguridad desde Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

Cuartoscuro

Se está normalizando un discurso en defensa de los valores tradicionales y el interés de una determinada concepción de familia, que impulsa una agenda que niega la igualdad como derecho de las mujeres, la necesidad de aplicar políticas específicas para abordar la violencia de género, su derecho a decidir sobre su cuerpo y su salud sexual y reproductiva. Se está además poniendo en el punto de mira a defensoras y activistas por ser quienes son y por hacer el trabajo que hacen. Un discurso contrario, incluso, a los acuerdos internacionales reconocidos ya por Naciones Unidas en la Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing en 1995, de la que este año se cumple el 25 aniversario, y ratificados por un gran número de países.

"Preocupa que este tipo de discursos forme parte de las agendas políticas en lo que pareciera una estrategia global en contra de los derechos de las mujeres. No es casualidad que autocares con iguales mensajes contra la diversidad sexual o que niegan la existencia de la violencia contra las mujeres se hayan paseado por Alemania, Francia, España, Italia, Chile, Colombia o Kenia. Por eso, la respuesta de las mujeres es más fuerte que nunca, el feminismo crece, y cada vez hay generaciones más jóvenes involucradas en esta lucha.

Lee también

Luis David Fernández