Opinión

Complejidades de la seguridad y el desarrollo

Ante la proliferación de la violencia reflejada en severos conflictos armados en diferentes regiones del mundo y frente a la parálisis del Consejo de Seguridad de la ONU (CSONU) para actuar con eficacia en su contención y solución, el académico Jeffrey Sachs ha sugerido que suceden simultáneamente cuatro grandes guerras en el sistema internacional en este momento que merecen particular atención. Esas guerras, dice, podrían ser solucionadas por el CSONU no obstante su dispersión geográfica su aparente intratabilidad dadas las dinámicas ya observadas y ocurridas en el seno del propio Consejo: el conflicto en Ucrania que en realidad comenzó en 2014, con la violenta deposición del presidente Victor Yanukovich; la cuestión de Israel-Palestina que ha tenido incendios recurrentes desde 1967, incluyendo su actual y terrible episodio; la situación en Siria iniciada en 2011, y el conflicto en el Sahel, que comenzó en Mali en 2012 y se ha extendido por toda esa subregión africana.

Jeffrey Sachs interviene en el Consejo de Seguridad de la ONU

Jeffrey Sachs interviene en el Consejo de Seguridad de la ONU

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En la visión de Sachs, dichos conflictos pueden ser solucionados por el CSONU fundamentalmente considerando que son conflictos alimentados desde el exterior tanto con suministros financieros como de armamento y de que el Consejo tiene la capacidad de asfixiar esas fuentes a través de un acuerdo entre las grandes potencias. El especialista anota que otra razón para sustentar su propuesta, es que las guerras resultan de factores políticos y económicos que pueden ser atendidos por medios diplomáticos en lugar de métodos violentos, a fin de establecer las bases para la paz y el desarrollo sostenible. (Jeffrey Sachs, Testimony at the UNSC meeting, November 20, 2023, SDSN, youtube.be)

El pasado 19 de noviembre, China en su calidad de presidente mensual en turno del CSONU convocó a los Estados miembro de las Naciones Unidas a un debate abierto sobre la promoción de la paz sustentable a través del desarrollo común. Además de los miembros del Consejo, a la sesión fueron invitados a participar el propio profesor Sachs como presidente de la organización UN Sustainable Development Solutions Network, el secretario general de la ONU Antònio Guterres, y la expresidenta de Brasil Dilma Rousseff, titular del Nuevo Banco de Desarrollo, creado en 2015 por Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica (BRICS).

No deja de llamar la atención que a pesar del fracaso del CSONU para poner un alto a los conflictos señalados por el profesor Sachs, en los que participan de alguna manera miembros permanentes del Consejo de Seguridad, China decidió que el evento insignia de su presidencia mensual de dicho órgano multilateral fuera precisamente una sesión dedicada a reflexionar sobre las causas estructurales de los conflictos y de la contribución que podría tener en la erradicación de los conflictos internacionales la promoción del desarrollo en común de todos los países y de cómo formular un enfoque amplio para apoyar a los países afectados por los conflictos a alcanzar una paz sostenible.

Desde la visión de la presidencia china del CSONU, numerosos conflictos regionales están directamente vinculados a un desarrollo incipiente que muy frecuentemente resultan en pobreza extrema, disparidad de la distribución, desempleo y una frágil infraestructura. Ello requiere de una respuesta que vaya más allá de los parámetros tradicionales de la seguridad, con especial atención a fortalecer las sinergias entre desarrollo en común y paz sustentable. Justo es mencionar que en ocasiones anteriores, el CSONU ha establecido que no puede haber desarrollo sustentable sin paz, y que ninguna paz es posible sin desarrollo sustentable. Una ecuación, por lo demás, que a menudo es olvidada por los propios miembros del Consejo, particularmente de las grandes potencias.

En la sesión, los participantes intentaron responder a ciertas preguntas consideradas clave para los propósitos propuestos: ¿qué pueden hacer la ONU y el CSONU para ayudar a los países afectados por conflictos para fortalecer sus capacidades en favor de la promoción del desarrollo y de resiliencia frente a los riesgos de seguridad?, ¿cómo pueden ser reorientadas las instituciones financieras internacionales para promover la paz y la estabilidad globales?, ¿cómo pueden ser apoyados los países en desarrollo para reducir la brecha digital y de desarrollo para consolidar un desarrollo común y una paz sustentable?, y ¿cómo las operaciones de paz de la ONU y otras misiones multilaterales pueden conducir a la creación de condiciones internas y externas para el desarrollo de los países que hospedan dichas operaciones y misiones?

En noviembre de 2021, el Presidente López Obrador, único mandatario mexicano que ha presidido una sesión del CSONU desde la creación de la ONU en 1945, propuso algunas respuestas de manera adelantada a las preguntas de este reciente debate. Llevó a la atención del Consejo, el argumento de que es necesario asumir que la paz es fruto de la justicia y que ningún país puede ser viable si persisten y se incrementan la marginación y la miseria. Habló del problema de la corrupción como causa principal de la desigualdad, la pobreza, la violencia, la migración y de graves conflictos sociales, y propuso al CSONU salir de su letargo y actuar contra la marginación atendiendo las causas y no sólo las consecuencias.

El concepto de seguridad y paz internacional se ha venido ampliando para incorporar dimensiones política, económicas y sociales como las expuestas en aquella sesión de noviembre de 2021 y ahora en éste de 2023. Los tres pilares de la ONU (paz y seguridad, desarrollo y derechos humanos) están interconectados de manera cada vez más evidente en virtud de la complejidad del mundo contemporáneo. Es acertado reflexionar sobre estas complejidades y posibles complementariedades.