Opinión

La concentración fue el mensaje

La gente no esperó el final del mensaje del presidente López Obrador para abandonar la plancha del Zócalo.

No se crea que fue una señal de que salieron mal las cosas. Al contrario, la gente se fue, sobre todo los adultos mayores, porque tenían largas horas esperando que arrancara el evento. La marcha fue el mensaje, el discurso resultó anti climático.

En busca de AMLO

En busca de AMLO

Cuartoscuro

La caminata del Ángel al Zócalo duró mucho más de lo esperado porque la gente desbordó las escasas e ineficaces medidas de seguridad. Por momentos el evento parecía fuera de control

Estaba cantado que la gente le pidiera a López Obrador que se reeligiera. Era parte del guion, como también era que él dijera que no, que cómo creen.

Pero la petición popular de la reelección quedó hecha en la plaza pública. El tiempo dirá si se mantiene, o no, la misma respuesta.

Corcholatas empujadas

La marcha desbordó a todos. Las tres corcholatas trataron de mantenerse cerca de su jefe político ente empujones y pisotones. Fue una dura prueba.

La jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, caminó al lado del presidente un buen rato, manteniendo la sonrisa mientras intentaba cuidarse de la acometida de los simpatizantes. A ras de piso era complicado verla. Se detectó su cercanía con el presidente por las fotos tomadas desde las alturas.

Adán Augusto López que empezó a un lado se ubicó detrás, como si fuera un agente de seguridad, lo que no está muy lejos de la realidad.

El canciller Ebrard pasó malos ratos en medio de la multitud. Los tres repararon más tranquilos cuando pudieron subir al templete.

De hecho, pudieron posar para una foto en las que se aprecian pensativos, acaso imaginando qué papel les tocará interpretar el próximo sexenio si la Cuarta Transformación se queda.

Lee también

Monreal y Creel, viajan juntos

No solo viajaron juntos a la madre patria a un compromiso parlamentario, sino que Ricardo Monreal y Santiago Creel harán un recorrido por el país para promover, dijeron, un Plan de Reconciliación Nacional.

El diputado panista y el senador morenista, que tienen el colmillo retorcido por haber participado en cientos de batallas políticas, buscan establecer que el candidato presidencial de la oposición sea uno de ellos dos.

Todavía faltan por definirse muchas cosas, pero lo cierto es que el tiempo comienza a ser un factor. No para las candidaturas formales, pero sí para medir las posibilidades presidenciales reales de los aspirantes, para asegurar que no son petardos.

Monreal, según sus propias proyecciones, arrancará el 2023 libre de ataduras partidistas y listo para escuchar todas las voces. Hizo bien en poner un océano de distancia de la marcha.

El turno de Salomón

Esta semana hay cambio de gobierno en Oaxaca. Asume el gobierno Salomón Jara que ganó la competencia de punta a punta.

No hay que olvidar para comprender lo que sucedió y lo que viene, que Salomón derrotó primero que a nadie a los mandos de Morena e incluso al presidente mismo que tenían otra candidata, Susana Harp.

Lo que dicen allá es que Salomón les dijo que él competiría con las siglas de Morena o sin ellas y pues generó un abrupto cambio de señales. Susana pataleo, pero Salomón se quedó con la candidatura y derrotó, casi sin despeinarse, al PRI.

Lo holgado de su triunfo, que es irrebatible, no disminuye un ápice la gravedad de los desafíos que tendrá que enfrentar en Oaxaca. Conoce mejor que nadie y llega con alta legitimidad, no tiene derecho a fallar.