Opinión

Condena que deberá aplicarse perro por perro y gato por gato

En otro tema, comienzo por citar que no es la primera vez que un refugio para animales abandonados sufre un atentado en nuestro México negro, incluyendo porque se cuestione la legítima propiedad o el “uso de suelo” del predio ocupado para tal efecto. He conocido y/o sido testigo de actos que han ido desde desalojos “oficiales” hasta incendios, destrucción de las bardas perimetrales con el correspondiente escape de las criaturas y hasta envenenamientos masivos, sólo que ahora, GAD estamos en una época donde hay mucha más conciencia y compromiso con el sufrimiento de los animales no humanos y leyes que no sólo los protegen, sino que al igual, al enorme esfuerzo social que se hace por esos seres que de no ser rescatados representarían una amenaza sanitaria para la población humana. Partiendo de ello es que resulta totalmente reprobable el CASO ENSENADA, mismo que no deberá resolverse atendiendo exclusivamente a la “reparación del daño”, ya que como bien dijo su fundadora, Guillermina Dee Galván, con ello, aunque urgentemente necesario, no se recuperará ninguna de las vidas que injusta y monstruosamente se perdieron en aras de ¿resolver? un asunto de mojoneras, asustando criminalmente a quien ha sostenido que ocupa el predio con todas las de la ley. Confieso que quise buscarle mil y una posibilidades para negar que lo narrado fuera cierto, simplemente porque me resultaba y sigue resultando increíble eso de que con maquinaria tipo bulldozer hubieran desecho la infraestructura que bien sabían… tanto quien dirigió el operativo como quien lo operó… que resguardaba varios perros y gatos sin el menor chance de escapar al estar enjaulados, pero…

Animalidades

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Resultó a fin de cuentas que todo fue cierto y ese refugio -que apenas estaba siendo establecido en el Cañón de San Carlos, Ensenada, BC- había sido arrasado con todo y sus criaturas, al menos una veintena de perros, entre ellos una madre con crías y 3 gatos. Y aunque de momento sólo se disponga de una imagen donde se alcanzan a observar los cuerpos de un gato y de un perro entre los escombros, es prueba suficiente (inclusive por la supuesta agonía de los que hayan quedado debajo los desechos) para aplicar todo el rigor de la ley administrativa de protección animal del Estado de Baja California y todavía más rígidamente lo que blandenguemente determina el Código Penal correspondiente, que en blanco y negro establece penas corporales muy leves y por tanto fáciles de librar (1 a 3 años) y multas que van de los 200 a los 400 días, que para una empresa tan poderosa económicamente como es el GRUPO AMAYA CURIEL/PETREOS DEL PACÍFICO, S. A. de C. V. podrían ser cifras de risa, pero ya no tanta, si se lograra juzgar esta masacre de forma individual; esto es, perro por perro y gato por gato con lo que implican los agravantes, de manera que los años de cárcel no permitan a los delincuentes ni siquiera cursar el procedimiento en libertad. Veremos los tamaños de la Fiscalía del Estado de Baja California, que con este asunto tendrá franca ocasión de imponer un castigo ejemplar en aras de prevenir un mal mayor. Por lo que respecta a la amplia oferta que realizó el alcalde Armando Ayala Robles @ArmandoAyalaRob a modo control de daños, sí, que proceda, peeeero, igualmente poniendo todo lo que esté de su parte para que los culpables paguen debidamente su crueldad e indecencia, eso sí, por favor, sin mezclar lo político, que debe ir por separado.

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