Opinión

COVID aumenta el riesgo de diabetes mellitus

La pandemia de COVID-19 sigue a la baja tanto en Estados Unidos como en México. Nos ha dado un respiro y la vida vuelve a la normalidad. A partir de hoy, la determinación de tomar la temperatura y la utilización de geles para ingresar a comercios, instituciones, escuelas o lugares cerrados deja de ser obligatorio. De seguir así, en poco tiempo la utilización de mascarillas también dejará de existir. Lo que sigue ahora es, por un lado, estar atentos a cualquier manifestación que apunte a un resurgimiento de los casos y actuar en consecuencia y, por otro lado, empezar a enfrentarnos a las manifestaciones crónicas del COVID o consecuencias de haber tenido la enfermedad.

COVID aumenta el riesgo de diabetes mellitus

COVID aumenta el riesgo de diabetes mellitus

Datos de las últimas semanas apuntan a que haber tenido COVID aumenta el riesgo de desarrollar diabetes mellitus. Un estudio publicado recientemente en Lancet muestra datos interesantes (doi.org/10.1016/ S2213-8587(22)00078-X). El trabajo analizó la población que se atiende en el sistema de salud para veteranos en Estados Unidos. Se analizó lo que sucedió con 181,280 pacientes que tuvieron COVID entre el primero de marzo de 2020 y el 30 de septiembre de 2021 y que sobrevivieron más de 30 días después del diagnóstico de COVID. Este grupo se comparó con dos cohortes control: una contemporánea de 4,118,441 sujetos vistos en el mismo sistema y fechas por cualquier otra razón que no fuera COVID y la otra fue una cohorte histórica de 4,286,411 pacientes vistos en un período similar, pero de marzo de 2018 a septiembre de 2019, lo que asegura que no tuvieron COVID. El seguimiento promedio fue de 352 días.

Los resultados muestran que a prácticamente un año de seguimiento el riesgo relativo de desarrollar diabetes en el grupo COVID es de 1.4 (el grupo no COVID es 1.0) y el exceso de enfermedad es de 13.46 por cada mil personas (es decir, 13.4 más personas que en el grupo control). Así mismo, aumentó el riesgo relativo y el exceso de utilización de hipoglucemiantes orales (1.46 y 18.3 por cada mil personas, respectivamente). El aumento de riesgo de diabetes se observó al compararlo contra la cohorte control contemporánea o la histórica y aún ajustando los grupos por múltiples variables como edad, sexo, raza, índice de masa corporal, uso de esteroides o riesgo inicial de diabetes. Otro resultado que apoya la asociación entre COVID y diabetes es que el riesgo fue mayor, mientras más grave fue el COVID; cuando se dividieron los pacientes entre los que fueron o no hospitalizados y a su vez, los que requirieron terapia intensiva. La crítica principal del estudio es que, por ser el sistema de veteranos, las cohortes están conformadas mayoritariamente por hombres blancos. Se requerirán confirmaciones en otras cohortes.

La asociación entre COVID y diabetes genera varias hipótesis que ahora deben ser exploradas. Podría ser que el evento inflamatorio fuera el gatillo que aceleró la diabetes en quienes de cualquier forma la iban a desarrollar. Sin embargo, hay algunas evidencias que sugieren que el SARS-CoV-2 tiene tropismo por las células del páncreas. Otra posibilidad es que el COVID activara algún proceso autoinmune o bien que afectara la función del sistema nervioso autónomo que, a su vez, tiene efecto regulador sobre la función del páncreas, por lo que la asociación podría ser causal.

Lo que sugiero con base en este estudio es que las personas que tuvieron COVID y que tienen antecedentes familiares de diabetes, estén alertas si desarrollan manifestaciones de diabetes (orinar mucho y tener sed) o bien, que acudan con su médico a una revisión clínica y de laboratorio, a los 6 o 12 meses de haber tenido COVID para descartar diabetes.