Opinión
Dr. Mario Antonio Ramírez Barajas

El cuerpo como contacto con el mundo y la vida

LA PRESENCIA OMNISCIENTE DEL CUERPO

Desde que tengo uso de razón esta siempre ha estado ligada a la conciencia de que tengo un cuerpo, mi familia también como mis hermanos, mis compañeros de estudios y de trabajo y, por supuesto, siempre he conocido individuos o personas eminentemente corporales. Hoy en día no he interactuado nunca con un fantasma, un espíritu incorpóreo.

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Foto. Especial

Es nuestro compañero inseparable, de hecho, no podemos ir a ningún lugar sin su compañía y presencia permanente.

Incluso pareciera que en las empresas les preocupara parecer como un segundo cuerpo, se habla de imagen corporativa o de perfiles propios de la conducta de una organización en particular, así vemos cómo diferentes marcas de productos deportivos buscan distinguirse a partir de la conducta, inevitablemente ligada al conjunto corporal de sus empleados. H.G. Wells en un cuento decía que la sed del cuerpo es insaciable.

LA SUBJETIVIDAD DEL CUERPO

Y si alguien dudara del cuerpo como la fuente de las emociones y los sentimientos, en ocasiones basta con utilizar la mano para tomar un libro y abrir sus hojas, o tomar un balón de basquetbol para votarlo y quedar fascinados por su funcionalidad.

Desde una perspectiva profundamente ligada a nuestros productos culturales hemos inventado conceptos como anorexia, bulimia y obesidad, sin embargo, todos conocemos personas excedidas de peso que se perciben delgados y delgados que se consideran gordos, porque en realidad los límites corporales difícilmente cuentan con alguna medida objetiva, incluso cuando intentamos asociarlos con la salud.

CUERPO, DEPORTE Y ACTIVIDAD FÍSICA

En realidad, no hay nada más antiguo que nuestra parte carnal, la tenemos desde antes de desarrollar el pensamiento y la inteligencia, las emociones y los sentimientos, por eso cuando la dañamos aparecen en su superficie heridas sangrantes, dolor y sufrimiento.

Tal vez por eso a los niños durante su desarrollo y crecimiento, les cueste tanto trabajo lograr establecer su lugar en el mundo desde la referencia del cuerpo, el cual siempre se enfrenta a una realidad imaginaria y a un mundo percibido cómo lo interpreta nuestra envoltura física y no como en realidad es.

De ahí parte de la importancia de una actividad física y deportiva que le permita vivenciar de a veces sutil, en otras ocasiones directa, pero inevitablemente real, su corporeidad, para aprender a entrelazar el sentido de interdependencia y cooperación con la formación del sentido de grupo involucrado en él “nosotros” y “ellos”.

Y entre esos dos instrumentos se encuentra la fuente para despertar emociones placenteras y también algunas dolorosas, capaces de permitirle expresar una compleja variable mezcla de comportamientos racionales e irracionales.

Si seguimos las líneas de investigación y discusión de neurocientíficos como Guy Claxton, quien ha demostrado que es la mente la que necesita del cuerpo y no al revés, entonces los adultos como responsables de la formación de los niños y jóvenes deberíamos de considerar como una obligación acercarles las condiciones necesarias para la práctica de la actividad física y el deporte de manera regular, sistemática y orientada al fortalecimiento de la inevitable relación del cuerpo con el mundo.

Nuestro cuerpo es lo único real, la mente, la conciencia, los sentimientos y las emociones son, finalmente, instrumentos para su sobrevivencia.