Opinión

El culto a los muertos III

La conmemoración del día de muertos está cerca. Muchas personas se preparan para ello, dejando atrás dos años en los cuales los ritos funerarios y de remembranza de los fallecidos se vieron fuertemente afectados por las restricciones que impuso la pandemia. En los tiempos del Covid-19 se hizo prácticamente imposible consolar a los deudos en forma presencial y muchas familias tuvieron que pasar por ese trance en la soledad y, en muchos casos, en ausencia del cuerpo del difunto. Algunas familias organizaron ceremonias en línea y las agencias funerarias llegaron a ofrecer sus servicios de manera virtual.

Después de un breve repaso por la forma en que algunas culturas antiguas rendían culto a los muertos y cuáles eran las ideas arcaicas que le daban sentido a la muerte, diría que no sólo las mitologías y las religiones se han ocupado de este asunto, también lo ha hecho la filosofía y el arte. El mundo de los muertos siempre ha sido un tema recurrente en la literatura. Aquí unos ejemplos:

En la Odisea, Homero hace incursionar en el inframundo griego a su héroe cuando éste emprende su regreso a Ítaca. Odiseo es conducido en el Hades por el adivino ciego Tiresias. Ahí se encuentra y dialoga con su madre, con Aquiles y con otros personajes muertos en la guerra. Mucho antes, en el Poema de Gilgamesh, el héroe sumerio viaja al inframundo para conversar con su amigo Enkidu, quien había sido atrapado ahí por la diosa Ereshkigal. En la Divina Comedia, Dante se hace acompañar por su Tiresias –Virgilio- en el recorrido de los diversos círculos concéntricos del infierno y el purgatorio. Dante encuentra abajo a mucha gente conocida. Todos están ubicados en las distintas capas inferiores de acuerdo con el tipo de pecado cometido en vida. En el limbo, por ejemplo, un lugar por todos aquellos cuya conducta en vida fue neutral encontramos a escritores como Homero, Horacio y Ovidio; o filósofos como Sócrates, Platón y Aristóteles. El infierno de Dante es un lugar muy poblado.

Foto:Especial

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Se ha dicho que las tragedias de Shakespeare son un verdadero culto a la muerte. En sus obras hay más de sesenta muertes que ocurren por honor, venganza, suicidios, odio y asesinatos viles. El fantasma del padre de Hamlet le narra cómo es su desdichada vida en el purgatorio, le revela la forma en que murió asesinado en manos de su tío y le pide vengar su muerte. (Francisco Medina)

Al inframundo de Pedro Páramo lo llenan las voces, los murmullos, rumores y recuerdos de los muertos. El tiempo ocurre allá de manera superpuesta y confusa como en el sueño.

En el arte gráfico de México la muerte ha tenido una gran influencia desde la Calavera Garbancera que José Guadalupe Posada creó a principios del siglo XX, durante el porfiriato. Se trata de una figura esquelética, ataviada con ropas de gala de estilo europeo y aristócrata. Se dice que Posada dibujó esta figura para criticar a los nuevos ricos mexicanos de la época que intentaban negar sus raíces culturales y aspiraban a una vida afrancesada.

Anterior a Posada, existió en el siglo XVIII un grabador de nombre Francisco Agüera, quien se encargó de ilustrar con figuras de la calaca una obra satírica del franciscano Fray Joaquín Bolaños, titulada La portentosa vida de la muerte.

Se considera a Bolaños el creador de la calavera literaria -una especie de epitafio burlón- la cual se sigue usando actualmente para referirse a algunos personajes públicos y que se puede leer en la prensa escrita cada año. En una rima o en una copla “Bolaños alterna lo solemne y lo chusco, lo trágico y lo cómico, lo terrible y lo grotesco en un libro que a ratos se incluiría en nuestra antología del humor negro”

Ese cadáver tan flaco,

Fue objeto de mis encantos,

Y fueron sus triunfos tantos,

Que ajustándole la cuenta,

Abasteció de osamenta

A todos los camposantos.

“Con este epitafio festivo, dedicado a un amigo médico (“matasanos”) Joaquín Bolaños logra la primera calavera escrita”. ¿Cómo llegaron Agüera y Bolaños a influenciar a Posada? ¿Por qué caminos? Es algo que no se ha estudiado. (Blanca López de Mariscal).

Diego Rivera transformó la Calavera de Posada en la Catrina en su mural conocido como Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. La Catrina es la figura central del mural, ahí aparece emperifollada y altiva de la mano del propio Posada, acompañada de Diego Rivera siendo un niño, Frida Kahlo y de numerosos personajes de la historia.

Si se quiere buscar el origen lejano de la representación de la muerte en forma de esqueleto en la cultura mexicana se tendría que recurrir al dios Mitlantecuhtli. O si se quisiera hacer lo mismo con las calaveras, basta con mirar las galerías de cráneos del Tzompantli del templo mayor y en otros centros arqueológicos mesoamericanos.

En la Ciudad de México se celebrará el próximo sábado el tradicional Desfile del Día de Muertos. Este desfile es promovido por las autoridades y es tan ancestral que su fecha de origen se puede rastrear hasta el lejano año de 2015. No es broma. “Hace siete años, el trailer del film ´007: Spectre, de la saga del famoso agente James Bond, se popularizó en el país porque las primeras escenas muestran un escenario mexicanísimo: las calles de la ciudad repletas de personas enfundadas en disfraces tradicionales del Día de Muertos, catrinas de todas las edades, calaveras gigantes, mujeres bailando danzas tradicionales y otros tantos personajes rimbombantes. Fue precisamente tras el estreno de esa película, en el 2015, que los desfiles del día de muertos se popularizaron en México” (Liliana Carmona). Y luego vino también, desde Pixar y Disney la “bella y tierna” película de mamá Coco, para reforzar la tradición, con ello, Hollywood ha hecho una gran aportación a los rituales tradicionales y a la economía, al mismo tiempo. Con los fabulosos y coloridos desfiles de catrinas y calaveras bailando en su carnaval se podrá invocar no sólo a las almas de los ancestros, sino sobre todo la presencia de turistas y espectadores.  

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