Opinión

En una década, Exportadora de Sal perdió más de 156,947 millones de pesos, más que Segalmex

Como asociación público-privada entre el gobierno mexicano (51% de propiedad) y Mitsubishi Corporation (49% de propiedad), Exportadora de Sal perdió dinero para favorecer al corporativo multinacional, de acuerdo con un análisis realizado por el doctor Alberto Ortiz, fundador de la consultoría Bank & Finance.

Fundada en 1954, durante décadas la Exportadora de Sal ha vendido la sal mexicana a Mitsubishi a un precio muy por debajo del precio de mercado. Por lo tanto, el socio privado se queda con la mayor parte de los beneficios de la operación, dificultando los ingresos potenciales para el socio público, que representa a la sociedad mexicana, explicó el financiero.

De 2012 a 2022, al vender la sal mexicana por debajo del precio de mercado, Exportadora de Sal perdió 156 mil 947 millones de pesos mexicanos en ingresos potenciales. 121,720 millones de pesos corresponden a ingresos por ventas perdidas y 35,227 millones de pesos a rendimientos no realizados de esos ingresos perdidos.

Solo en 2022, al vender 7.2 millones de toneladas de sal a un precio promedio de 21 dólares por tonelada, en lugar del precio promedio del mercado estadounidense de 130 dólares por tonelada, Exportadora de Sal perdió 785 millones de dólares (15,750 millones de pesos) en ingresos perdidos. Este monto, por tan sólo un año de operación, es similar al escándalo de corrupción de 15.000 millones de pesos en las noticias de Segalmex, la agencia gubernamental mexicana encargada de garantizar la provisión de alimentos.

Por lo tanto, el potencial total perdido en Exportadora de Sal en el periodo 2012 a 2022, de 156,947 millones de pesos, equivale a 10 veces el monto del escándalo de corrupción de Segalmex.

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El académico explicó que, en 2022 Exportadora de Sal reportó ventas por 7.2 millones de toneladas por 3,087 millones de pesos, a un precio promedio de 21 dólares por tonelada a un tipo de cambio promedio de 20.12 pesos por dólar. Según el USGS, el precio medio de mercado de la sal solar en los Estados Unidos fue de 130 dólares EE.UU. por tonelada. Si Exportadora de Sal hubiera vendido su producción al precio promedio del mercado, sus ingresos habrían sido de 18,836 millones de pesos.

La tiranía de las “exclusivas” y los “dichos” de Eduardo Fernández.

Desde hace algunos días, la periodista Carmen Aristegui decidió abrir su sitio de Internet y su espacio periodístico en radio a los dichos de un personaje que hoy se ha convertido en un mexicano perseguido internacionalmente por extorsión, esa presión que se ejerce sobre alguien mediante amenazas para obligarlo a actuar de determinada manera y obtener así dinero u otro beneficio. chantaje, coacción, coerción. No se trata de cualquier delito y ameritó la actuación de las autoridades.

Aristegui, sin embargo, le abrió su espacio a Eduardo Fernández, el otrora titular de la CNBV entre 1995 y el 2000, a quien muchos señalaron como uno de los principales orquestadores del Fobaproa, del “ominoso rescate bancario”, como diría la propia Aristegui. Sin más cuestionamiento de por medio, Aristegui le dio el beneficio de la duda a un personaje cuya reputación y escándalos de años fueron conocidos públicamente y documentarios en varias notas periodísticas, muchas de las cuales formaron parte de las coberturas informativas de los propios equipos de la conductora. ¿En qué momento cambiaron las referencias de Aristegui?

La ambición de las plataformas que encabeza Aristegui por dar una nota que la haga repuntar como referente periodístico, hizo caer todavía más la mermada credibilidad de sus contenidos, al dedicar ayer una hora y 30 minutos de tiempo aire para (casi) tratar de defender a un evasor de la justicia ya detenido por tentativa de extorsión, sin ningún elemento sólido más que los dichos del mismo Fernández y de su esposa. No mereció el mismo espacio, la aclaración de otras fuentes que cuestionario ampliamente los dichos del ex presidente de la CNBV.

Con este tema, ha quedado muy claro lo que Aristegui es capaz de hacer para recolocarse y subir un poco el rating de su alicaído programa. ¡Una lástima! Y digo lástima porque para mí, como para muchos periodistas, Aristegui sí fue una referencia y, en su momento y como parte de la audiencia, acudí igual que muchos mexicanas y mexicanos a exigir que le restituyeran su espacio radiofónico, pero - sobre todo - que se respetara su libertad de expresión. ¡Una lástima!