Opinión

Derecho y legalidad

Permanecerán como un símbolo del actual régimen las desafortunadas expresiones del presidente: “no me vengan con el cuento de que la ley es la ley” pronunciadas en su conferencia mañanera. Las nociones más antiguas sobre la preeminencia de la ley se remontan a las tesis aristotélicas que postulan que deben dominar: “no los individuos, sino la ley”, y que es preferible el gobierno de las leyes frente al gobierno de los hombres. Actualmente, la legalidad no se refiere sólo al comportamiento de los integrantes de una colectividad, sino también al respeto a las instituciones y normas que la integran. El presidente no debe olvidar que la legalidad representa la aceptación de las leyes aprobadas por todos. Al respecto, es necesario recordar que el derecho es la técnica por excelencia de la convivencia humana que hace posible la coexistencia pacífica

El derecho consiste en un conjunto de reglas, leyes y normas que tienen por objeto el comportamiento entre las personas y de sus relaciones con otros integrantes de la sociedad. El derecho como técnica social representa un instrumento para el logro de finalidades, y solamente se puede juzgar por su eficacia y su capacidad para garantizar el orden y la paz. Contrariamente, frente al derecho como técnica social se manifiestan, tanto el derecho fundado en la moral, es decir, como “deber ser” que permite la distinción entre lo justo y lo bueno, como el derecho fundado en la fuerza en tanto expresión de una comunidad política e históricamente organizada. El derecho se presenta como una disciplina racional que es indispensable para las relaciones humanas y como una técnica para regularlas de manera convincente. El único derecho legítimo es el derecho positivo que puede ser objeto de consideraciones científicas pero no de deseos o aspiraciones ideales.

El derecho depende de la sociedad, la cultura y del respaldo de otros sistemas normativos no jurídicos más que de la coacción. Así como no hay personas sin cultura no hay individuos sin normas sociales, de la misma forma como no existe sociedad sin derecho. El derecho tiene relevancia en la estructuración de la sociedad ya sea como instrumento de dominación como sostienen Karl Marx y Max Weber, como instrumento de cohesión social como afirmó Emile Durkheim o de control social como propuso Talcott Parsons. Es la conjunción entre relaciones jurídicas y procesos sociales lo que permite las transformaciones de la vida colectiva.

El derecho es un producto cultural y no puede explicarse en función de elementos individuales sino por la intervención de aspectos sociales como las necesidades de seguridad, certeza y justicia. En cuanto reglamentación del comportamiento humano y como expresión de la racionalidad de las relaciones entre personas, el derecho es una norma vinculante de mando y orden que tiene un carácter racional y que emana de un ser inteligente y se dirige a otro ser inteligente. Hans Kelsen la concibe como una técnica específica de un ordenamiento coercitivo que se caracteriza por la organización de la fuerza.

El principio de legalidad significa primacía de la ley en cuanto norma suprema, expresa una sumisión general al ordenamiento jurídico y representa un mecanismo de seguridad y garantía de funcionamiento eficaz del sistema de reproducción del derecho. El principio de legalidad actúa como elemento de estructuración sistemática del orden jurídico y exige la aplicación de los instrumentos necesarios para hacerlo valer. De un lado, el principio de legalidad permite distinguir “el buen gobierno del mal gobierno”, mientras que, del otro, hace posible la distinción entre “el poder del derecho y el poder de hecho”. En una palabra, permite diferenciar un régimen democrático de otro autoritario.

Foto: Especial

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