Opinión
Por dinero (qatarí) baila el perro… Sarkozy abrió pista
Fran Ruiz

Por dinero (qatarí) baila el perro… Sarkozy abrió pista

El presidente Clinton acudió en 2010 a Zurich para presenciar cómo nombraban a EU anfitrión del Mundial 2022… pero los hombres de la FIFA eligieron a Qatar contra todo pronóstico. ¿Qué pasó? Facil: “Follow the money”

Si hay algo que le guste a la FIFA tanto o más que el futbol es el dinero. Dan buena cuenta de ello su actual director, Gianni Infantino, bestia negra de los que critican la falta de libertades fundamentales en el régimen de Qatar, y su antecesor, Josep Blatter.

El expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton.

El expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton.

Del primero nada más hay que ver su virulenta reacción ante la lluvia de críticas a Qatar por ser un régimen sin libertades fundamentales para las mujeres (la homosexualidad es, además, un crimen) y por haber sometido en régimen de semiesclavitud a miles de trabajadores del tercer mundo, para levantar en tiempo récord su estadios.

No se sabe si la intempestiva y no programada rueda de prensa de Infantino previa a la inauguración del Mundial, para denunciar la “hipocresía” de Europa ante la falta de libertades en Qatar “cuando no la hubo durante tres mil años (en el viejo continente)”, fue por presiones de los qataríes (a golpe de cheque) o le salió del alma porque, a fin de cuentas, criticar a Qatar es criticar la sospechosa “elección” de ese emirato, que es tan pobre en cultura futbolística que sólo tiene dinero para construir los estadios de más diseño y para “comprar” los votos del exclusivo club de la veintena de directivos de la FIFA.

Así fue cómo Qatar se impuso a Estados Unidos aquel 2 de diciembre del 2010, cuando 14 de los miembros de la FIFA votaron a favor de Qatar y 8 a favor de Estados Unidos para la organización del Mundial 2022.

Se creía tan segura la victoria de EU como país del Mundial 2022 que el entonces presidente, Bill Clinton, viajó a Zurich (Suiza) para darse un pequeño baño de gloria… pero salió con el rabo entre las patas.

¿Qué fue lo que pasó? ¿Cómo se atrevieron a humillar de esa manera al hombre más poderoso del mundo? La respuesta, como diría “Garganta Profunda” en el caso Watergate que tumbó al presidente Nixon está en el dinero: “Follow the money”.

Todo se torció, como relató el periodista de La Vanguardia, Joaquín Luna, el 23 de noviembre, diez días antes de la votación de Zurich. El astro del futbol francés y presidente de la UEFA, Michel Platini, es convocado a la mesa del palacio del Eliseo por el presidente Nicolás Sarkozy. Un ágape para cuatro, con dos invitados sorpresa: el príncipe heredero Tamim Al Thani –actual emir de Qatar- y el primer ministro de Qatar. El mensaje es inequívoco: a la República Francesa le interesa, por razones de estado, votar a Qatar y “arrastrar” los restantes votos europeos (cuatro en total).

Poco tiempo después se destapó el escándalo y de nuevo jalando el hilo del dinero.

De la noche a la mañana, Qatar (el país con la población per cápita más rica del mundo, gracias a que es el primer extractor mundial de gas) concedió a Francia acuerdos preferentes y ventajosos para el suministro de gas y contratos armamentísticos espectaculares. Pero la confirmación de pacto secreto Doha-París fue el anuncio, en 2011, de que un fondo de Qatar había adquirido el endeudado Paris Saint Germain, para regarlo con una lluvia de millones en petrodólares para que fichara a los mejores jugadores del mundo y se convirtiera en el mejor equipo del mundo (cosa que, por cierto, no ha logrado ni de lejos).

Mientras tanto, la justicia de EU trató de vengarse de la humillación con un proceso de corrupción contra dos de los protagonistas de esa escandalosa investigación: Blatter fue acusado de pagar dos millones en sobornos a Platini, pero ambos lograron ser absueltos por falta de pruebas. Y al final tenemos a Qatar organizando su Copa del Mundo y al nuevo jefe de la FIFA, Infantino, regañando a Europa por querer dar lecciones de ética al mundo.

¿Y saben lo peor? Que no le falta razón