Opinión

Disfunción eréctil

Hay muchas propiedades fisiológicas que se pierden o reducen con la edad. La visión, por ejemplo. La presbicia, conocida como la vista cansada, se debe a que el cristalino o lente del ojo deja de funcionar y no puede ajustar su forma para enfocar las cosas de cerca, por lo que el individuo empieza por estirar el brazo, hasta que llega el momento en que necesita anteojos para leer. Pero eso, a pocas gentes realmente les molesta y si es el caso, se pueden hacer anteojos bifocales cuya división para ver de cerca o lejos no se note. El oído también se va perdiendo y no es raro que llegue el momento en que se requiera de algún auxiliar auditivo para escuchar bien. De nuevo, a algunas personas les molesta y buscan modelos lo más discretos posibles.

La capacidad y el tipo de ejercicio que se puede hacer es otra propiedad que va cambiando con la edad. Escucha uno en las reuniones sociales con frecuencia que: “antes podía correr, pero las rodillas ya no me dejan” o “ahora juego golf, porque el frontenis ya me es muy pesado” o bien, la amenaza de “cuando ya no puedas correr, la alberca te está esperando”.

Gráfica del sistema reproductor masculino

Gráfica del sistema reproductor masculino

Especial

La disfunción eréctil tiene una dimensión diferente. También ocurre con la edad, pero, por razones culturales tiene un efecto importante en el bienestar del individuo, ya que muchos no lo perciben simplemente como un asunto de la edad. La erección del pene es un fenómeno vascular. El pene está compuesto en su interior por una serie de cavidades que llamamos cuerpos cavernosos que contienen venas, las cuales pueden dilatarse, con lo que aumenta su volumen. Cuando las venas no están dilatadas, el pene permanece flácido. La dilatación de las venas produce la erección. Por lo tanto, la erección depende del flujo sanguíneo.

El flujo sanguíneo se afecta con la edad y con enfermedades que producen ateroesclerosis, como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial o bien, hábitos como el tabaquismo. El volumen de los vasos sanguíneos de los cuerpos cavernosos depende del balance entre el mediador de la vasodilatación, óxido nítrico, y el de la vasoconstricción, norepinefrina. El óxido nítrico lo que hace es estimular en los vasos la producción de GMPc, que dilata las venas y produce la erección. La vida media del GMPc depende de su destrucción por una enzima que se llama fosfodiesterasa. Los fármacos útiles para el tratamiento de la disfunción eréctil como sildenafil (viagra), vardenafil (levitra) o tadalafil (cialis), lo que hacen es inhibir a esta enzima y evitar la destrucción del GMPc. Esto ayuda a compensar la disminución del flujo sanguíneo porque el GMPc ya producido se mantiene estable. Estos medicamentos se han convertido en la “fuente de la juventud”, ya que son útiles para tratar un problema médico/fisiológico asociado a la edad.

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En un artículo publicado en la revista Science la semana pasada (doi.org/10.1126/science.ade8064) se descubrió que los fibroblastos, que rodean a los vasos sanguíneos de los cuerpos cavernosos, también tienen importancia en el asunto. Resulta que esos fibroblastos se encargan de destruir a la norepinefrina, que va en contra de la erección. Entonces, a mayor número de fibroblastos, mejor función eréctil. Los autores mencionan que el ejercicio y dejar de fumar promueven la generación de estos fibroblastos. Con este descubrimiento se abre un nuevo horizonte para el desarrollo de medicamentos que se agreguen al tratamiento de la disfunción eréctil. Lo que por muchos años fue un problema importante para los hombres, ha dejado de serlo en muchos casos, gracias a la investigación científica.

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e

Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM