Opinión

Al Dr. Ruy Pérez Tamayo, uno de nuestros sabios mexicanos

Al Hospital General de la Ciudad de México, acudía todos los días puntual y sin falta. Médico patólogo e inmunólogo, investigador, divulgador de la ciencia, historiador y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, el doctor Ruy Pérez Tamayo fue un mexicano que decidió, a pesar de haber recibido invitaciones de todo el mundo, quedarse en México para seguir formando médicos y continuar con su labor de investigación. Pérez Tamayo, también fue integrante del Colegio Nacional, recibió en 1974 el Premio Nacional de Ciencias y Artes y actualmente continúa con sus labores de investigación y difusión. Su historia es la de un mexicano ejemplar. En 2014, la revista que dirijo, tuvo la suerte de entrevistarlo. Le dedicamos nuestra portada y la titulamos “El forjador de conocimiento”. Ayer murió a los 97 años y la comunidad científica lo llora. En Ruy Pérez Tamayo la meritocracia fue la constante de su exitosa, pero sobre todo fructífera carrera científica. Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en donde se graduó en la licenciatura de medicina en 1950, a Ruy Pérez Tamayo no sólo se le admira por sus investigaciones en el campo de la hepatología sino, sobre todo, por la formación año con año de cuadros médicos comprometidos con la labor social y los compromisos humanitarios de esta carrera. Fue el doctor Ruy Pérez Tamayo quien, por sólo mencionar una de sus grandes labores, participó activamente en la documentación de los datos que hace más de 50 años demostrarían que la población mexicana sufría ya los primeros rastros de una epidemia: la cirrosis, los padecimientos hepáticos.

Archivo

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En la entrevista con la revista Fortuna, Ruy Pérez Tamayo –también historiador acucioso del México revolucionario y de la postguerra– recordó cómo entre la sala de urgencias, las salas de atención ambulatoria y los pocos cuartos para recuperaciones más largas con los que se contaba en el Hospital General de la Ciudad de México, maestros y estudiantes iban documentando al fragor del trabajo del médico que busca salvar una vida, los síntomas de las enfermedades hepáticas de los mexicanos en un intento por comenzar a escribir la prevalencia de estos padecimientos que hoy representan una de las principales causas de muerte en el país, vinculados con la obesidad y los problemas sociales como el alcoholismo.

El doctor Ruy Pérez Tamayo, condecorado con la Medalla al Mérito “Luis García de Arellano”, por parte del Congreso de Tamaulipas, lamentó durante la conversación que México pasara de la hambruna de principios del siglo pasado a la obesidad que genera enfermedades mortales. Son los hábitos de consumo de los mexicanos que han cambiado radicalmente influenciados por una nueva cultura la que estaría provocando verdaderas pandemias que, dijo Pérez Tamayo, están poniendo en riesgo el bono poblacional del país. Son los niños, aseguró el científico mexicano, quienes está sufriendo las grandes y tristes consecuencias de esta transformación.

En el Instituto Politécnico Nacional, Ruy Pérez Tamayo se graduó como doctor en inmunología. Así, fundó en la Facultad de Medicina la Unidad de Patología. Hasta su muerte fue jefe del Departamento de Patología del Hospital General y con más de 58 años de docencia era maestro emérito en la máxima casa de estudios en el país. Crítico de muchas políticas públicas que descuidan la salud y la educación de los mexicanos, Pérez Tamayo tenía, sin embargo, una opinión positiva respecto a la situación de las instituciones del gobierno federal, en la administración de Peña Nieto que se hicieron cargo de la administración de las entidades del sector salud. Él sabía que el camino no había sido sencillo; Pérez Tamayo recordó cómo los registros estadísticos sobre la epidemiología de muchas enfermedades prácticamente comenzó a escribirse en un cuaderno en blanco.

Cosa Juzgada, el cobro de adeudos de Elektra con el SAT. Monto podría superar 3,500 mdp

Para proceder al cobro de créditos fiscales por más de 2,600 millones de pesos, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) sólo espera que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) le notifique la sentencia al favor del Estado mexicano en el juicio que inició el Grupo Elektra para ejercer su derecho a inconformarse y oponerse a esta decisión de la autoridad tributaria del país. “Ya lo hizo valer (su derecho a inconformarse) en términos de las leyes y la Constitución, ya agotó todas las instancias fiscales. Ya sólo falta que pague o se harán valer las garantías. Ninguno de los actos que promueva suspenderá el cobro. Ningún acto suspenderá el cobro a Elektra”, enfatizó Buenrostro. La jefa del Servicio de Administración Tributaria, Raquel Buenrostro, aseguró que el Grupo Elektra no podrá acudir a ninguna instancia internacional para impugnar el fallo de la SCJN pues en material fiscal no es posible invocar disposiciones contenidas en los tratados internacionales, ni acudir a un arbitraje internacional. Eso no procede, fue enfática la funcionaria. Si los accionistas del Grupo Elektra consideran que se violentaron sus derechos humanos, entonces podrán acudir a otras instancias, iniciar otros juicios, pero ello no cambiará la decisión de la SCJN ni los siguientes pasos para el proceso de recuperación de los créditos fiscales porque ya se cuenta con una sentencia en firme.Buenrostro reconoció, sin embargo, que mientras la Corte no les notifique a ambas partes, el cobro, el emplazamiento de pago, la constitución de garantías y un eventual embargo, se encuentran detenidos.“Independientemente de que la Corte ya emitió una sentencia. El SAT no puede actuar hasta que se le notifique de la Corte. Mientras que no llegue por escrito, nosotros no podemos actuar”, dijo Buenrostro.Desde 2020, dijo, las notificaciones se retrasaron. En la SCJN, las notificaciones se liberan conforme se han ido resolviendo y emitiendo las sentencias. Así, Buenrostro no quiso dar una fecha en la que se le notificaría a Grupo Elektra sobre la fecha en que deberá pagar al SAT. “Una vez que ya se haya notificado ya se puede cobrar”, agregó. “El SAT le dirá a Elektra y le dará unos días ara que le diga cuánto y cómo pagará”, señaló. El monto que tendría que pagar Grupo Elektra al SAT no serían 2,600 millones de pesos, sino que aumentaría por recargos y multas. El monto podría superar los 3,500 millones de pesos.