Opinión

La educación de la 4T (5a parte)

El documento Marco Curricular que presenta la SEP en las asambleas que deliberan sobre el cambio de los planes de estudios en educación básica (PEEB) es de lectura difícil, no está organizado –como uno espera—en una lógica lineal de fines y medios—sino por ideas desiguales a veces coherentes, otras veces incoherentes y, en algunos casos, carecen de todo sustento real.

Cuartoscuro

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Cambio de gran escala

Lo que es evidente, sin embargo, es que no se plantea una reforma más de los PEEEB, Tras la pandemia, dice la SEP, se concluyó en “la urgente necesidad de hacer un replanteamiento de gran escala al sistema educativo nacional” y se puso en cuestión “la continuidad de la escuela como un espacio cerrado, alejado física y conceptualmente de la comunidad”.

La comunidad al centro

La SEP quiere hacer una transformación radical de la educación básica y el principio pedagógico que los sustenta es, no colocar al alumno, en tanto individuo, en el centro del proceso educativo, sino poner en su lugar a la comunidad. El proceso de enseñanza ya no se reducirá al aula, y se referirá siempre a “la relación entre el ser humano y el medio ambiente inmediato”.

La educación es política

En realidad, la política cruza el campo educativo. La neutralidad es una simple coartada. En los hechos “todo planteamiento educativo, sobre todo desde la escuela pública, es un proyecto político ya que implica una práctica humana dirigida a alcanzar determinados propósitos” y que responde a los intereses de determinados grupos sociales.

La educación nacional

La “educación nacional”, por ejemplo, es en realidad una ideología, un disfraz, que oculta los intereses de la raza mestiza que impulsa desde hace 50 años un proyecto modernizador y mercantilista. En educación, este grupo dominante abrazó la cultura universal, europea u occidental que excluye por definición la diversidad cultural que representan los grupos étnicos.

La tecnología educativa

Un equívoco ostensible, burdo, que se encuentra en el documento es afirmar que la educación básica, desde la reforma de 1973, se ha guiado por la enseñanza por objetivos de Bloom, también llamada “tecnología educativa”. Es verdad que hubo la intención de imponer esa metodología en la EB, pero nunca tuvo éxito. Los maestros no la adoptaron. Sabemos bien –por numerosas evidencias empíricas—que los maestros de educación básica utilizan en la enseñanza numerosos procedimientos y que entre ellos predomina el método tradicional que abusa de la exposición docente y del libro de texto.

La nueva educación con los oprimidos

Hasta ahora, la escuela se ha dedicado a proveer de capital humano a las empresas y a reproducir desigualdades sociales, pero esto ya se acabó, la nueva escuela mexicana “estará con los oprimidos: las mujeres, los indígenas, los afrodescendientes, los discapacitados y la diversidad sexual violentada”.

Educar para transformar al mundo.

Si antes la escuela reproducía las desigualdades sociales, ahora, dice la SEP, “ofrecerá a los alumnos una formación que les permita transformar el mundo tan profundamente como consideren necesario”. Es decir, va a “otorgarles las herramientas intelectuales, afectivas, emocionales, sociales y políticas para que puedan proceder a esa transformación”.

Las nuevas prácticas educativas

El centro del proceso educativo ya no va a ser el alumno, sino la comunidad. La escuela ya no va a ser el lugar cerrado que conocemos. se abrirá a la comunidad. “En las prácticas educativas de la enseñanza y del aprendizaje, serán igual de importantes la lectura, la aritmética y la ciencia, como la tierra, los ríos, el hogar, el cuerpo, los saberes ancestrales, la arquitectura, las fiestas de la comunidad, los espacios de convivencia y en algunos contextos, los tiempos de producción de la localidad, los cuales son constantemente resignificados y replanteados, tanto por las y los estudiantes como por las maestras y los maestros”.