Opinión

La educación de la 4T (I)

Un visión simplista y errónea ha hecho los titulares de la SEP en cada sexenio, con el propósito –evidentemente, político-- de dejar huella de su gestión, decidan cambiar los planes de estudio (PE) de educación básica (EB).

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Para los maestros, que se encargan de trabajar día con día con esos PE esta volubilidad es una pesadilla, pues con cada cambio se ven obligados a actualizar sus conocimientos y a modificar sus hábitos de trabajo.

El gobierno de AMLO repite la conducta de sus predecesores, pero no sólo se propone dejar huella: quiere acabar con la educación anterior, a la que califica de neoliberal, y crear una nueva educación fundada en principios distintos. Se anuncia que la nueva educación buscará (como se dijo al triunfo de la Revolución Cubana), “formar a un hombre nuevo” (por corrección política, se agrega) y “una mujer nueva”.

Ese hombre-mujer nuevo no será un ser pasivo, no, será un actor de la transformación social. Los principios de la nueva educación están explicados en el documento Marco Curricular cuya presentación hace la secretaria Delfina Gómez. He aquí algunas ideas extraídas de su Introducción:

a) Redefinir el carácter universalista y nacionalista del conocimiento

b) Asumir la diversidad como punto de partida de los aprendizajes

c) Hacer de lo comunitario le nuevo horizonte de la educación

d) Superar la disposición por asignaturas

e) Explicitar el carácter temporal y polémico del conocimiento

Hasta ahora:

f) En la educación ha prevalecido un discurso que justifica las desigualdades con el argumento de que éstas son naturales o innatas

g) La anterior educación se redujo a distribuir trayectorias y a formar capital humano

h) La educación individualiza los aprendizajes

i) El currículum tiene carácter nacional, ofrece los mismos contenidos para todos, no toma en cuenta el contexto social y cultural o la aceptabilidad que dicho currículo tiene.

j) La evaluación es un engaño, confunde los resultados de un examen con los aprendizajes del alumno y hace creer que el resultado del examen se debe al “mérito” da cada alumno.

k) La evaluación estigmatiza para toda su vida a los alumnos al separar a los alumnos “exitosos” de los alumnos “fracasados”.

l) El Estado debe garantizar la participación de niños y adolescentes en la vida escolar y en la comunidad, lo cual les permitirá interactuar y conocer, para poder transformar su realidad.

m) Para realizar esa transformación, la escuela proporcionará a infantes y adolescentes las herramientas intelectuales, afectivas, emocionales, sociales y políticas.

n) La educación debe considerarse como un acto político.

o) Las desigualdades comprometen al Estado y a la Escuela con los intereses de los oprimidos, las mujeres, los indígenas, los afrodescendientes, etc. y a rechazar la anterior educación que aliena respecto a la condición social y sólo ofrece información útil para formar capital humano.

En otra parte, el documento ofrece una descripción estadística (notoriamente deficiente y parcial) sobre las desigualdades internas y las desigualdades educativas desde el punto de vista territorial --visiblemente entre el Norte y el Sur. El sistema socio-económico-político, dice, legitima la desigualdad. En las últimas tres décadas prevaleció un proyecto modernizador cuyos elementos constitutivos son: Nacionalismo, Mestizaje, Positivismo y Patriarcado. Sorprende observar que, al recapitular la historia moderna de México, los autores omiten la bibliografía tradicional y hacen del racismo una fuerza determinante de nuestra historia.