Opinión

Si la elección presidencial fuera hoy…

Si la elección presidencial fuera hoy, Claudia Sheinbaum se convertiría en la primera mujer en ocupar la Presidencia de la República y lo haría por un margen suficientemente amplio que le garantizaría, por un lado, la incontrovertible legitimidad de su triunfo y, por el otro, un bono democrático suficientemente amplio. Todas las encuestas electorales que se conocen colocan a Sheinbaum con una ventaja de cuando menos dos dígitos y, en no pocos casos, con el doble o más de las preferencias. En este contexto, Claudia Sheinbaum podría alcanzar, incluso, un número de votos superior al logrado por Andrés Manuel López Obrador en 2018. Si la elección presidencial fuera hoy, Sheinbaum y Morena serían la candidata y el partido más votados de la historia.

Si la elección presidencial fuera hoy, es probable que Xóchitl Gálvez y la coalición Fuerza y Corazón por México alcanzaran un máximo de entre el 30 y el 35 por ciento de los votos, más que lo conseguido por Ricardo Anaya y José Antonio Meade hace casi seis años, pero menos de lo que ambos lograron juntos. De ser así, lo previsible sería que los partidos que conformar esta coalición, PAN, PRI y PRD, tendrían juntos menos diputados y senadores que los que tuvieron en la elección de 2018, dejando a esa parte de la oposición legislativa en una situación compleja incluso para reformas constitucionales que requieren de una mayoría calificada. Si la elección presidencial fuera hoy, PAN, PRI y PRD no podrían constituirse como un “bloque de contención” suficientemente robusto para frenar las iniciativas de Morena y de Sheinbaum.

La Sedena hizo llegar a ambas candidatas un planteamiento de protección durante la temporada de elecciones

La Sedena hizo llegar a ambas candidatas un planteamiento de protección durante la temporada de elecciones

Cuartoscuro / Galo Cañas y Graciela López Herrera

Si la elección presidencial fuera hoy, Samuel García y Movimiento Ciudadano alcanzarían una votación histórica en la primera ocasión en la que participan con un candidato propio y no en coalición, como lo hicieron con el PRD y el PT en 2006 y 2012 y con el PAN y el PRD en 2018. La votación que el partido naranja obtendría rondaría entre el 15 y el 20 por ciento, pudiendo incrementarse si quienes no quieren que Morena conserve el poder identifican que Xóchitl Gálvez no termina de consolidar su candidatura y volverse competitiva. Así, Movimiento Ciudadano se convertiría, con mucha posibilidad, en la tercera fuerza en el Senado y disputaría con el PAN y el PRI el de la primera minoría en la Cámara de Diputados. Si la elección presidencial fuera hoy, Morena buscaría que sus alianzas relevantes fueran con Movimiento Ciudadano, amén de los intentos que haría para que legisladores opositores, especialmente del PRI, abandonara a su partido para sumarse a las filas oficialistas.

Si la elección presidencial fuera hoy, Claudia Sheinbaum no tendría necesidad de congraciarse con la oposición ni con el sector ciudadano que la rechazara y más bien buscaría radicalizarse para consolidar su fuerza política dentro de Morena y asumir su lugar como nueva líder de la Cuarta Transformación. La revocación de mandato que podría convocarse una vez concluido el proceso electoral de 2027 la llevarían a fortalecerse con los suyos más que buscar acuerdos con algunos de los sectores de la oposición. Si la elección presidencial fuera hoy, Sheinbaum intentaría, por ejemplo, sacar adelante la reforma constitucional para transformar al Poder Judicial o, incluso, convocar al pueblo a promulgar una nueva Constitución.

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Si la elección presidencial fuera hoy, quién sabe si tendría sentido esperar al 2030 para intentar recuperar la institucionalidad perdida, pues es difícil imaginar que en este contexto la próxima elección presidencial ofreciera condiciones de competencia como las que hoy todavía existen. Si la elección presidencial fuera hoy, ¿seguiría siendo la democracia el método, la forma y el sistema a partir del cual se organizaría el Estado?

Sin embargo, la elección presidencial no es hoy ni será hasta dentro de poco más de seis meses. De aquí al 2 de junio, mucho podemos hacer para que la democracia siga siendo viable y el 2030 sea, en todo caso, una nueva oportunidad para seguirnos construyendo como un sociedad en la que las mayorías deciden, pero las minorías existen, son reconocidas y participan proponiendo alternativas.

Profesor de la UNAM y consultor político

Twitter: @JoaquinNarro

Correo electrónico: joaquin.narro@gmail.com