Opinión

Empatía

La mayoría de las personas creemos que solo somos espectadores de la historia cuando leemos libros sobre la materia. Vemos a distancia todas las proezas y obras que el ser humano ha realizado a través del tiempo, observamos la guerras como si fueran cuentos épicos, sin darnos cuenta que en nuestro tiempo de vida, estamos siendo nosotros los actores principales y que estamos escribiendo hoy la historia que habrá de contarse sobre nuestra generación en el futuro. Cuando tenemos conciencia de esto debemos cuestionarnos ¿no valdrá la pena hacer un esfuerzo cotidiano para ser mejores cada día y, así aportar nuestro granito de arena, para que las futuras generaciones lean y aprendan sobre nosotros cosas positivas en lugar de negativas?

Podríamos empezar dejando de ser tan ególatras reconociendo que solo nos afecta lo exterior si nos roza, si nos toca, si no, no nos importa. La enfermedad, la pobreza, la discriminación, la marginación, etc, las vemos pasar de lejos, como si fueran calamidades de otro planeta, solo nos conmueven cuando nos tocan de cerca. Es una especie de protección sicológica inconsciente. Se dice que es humano, y normal, que no debemos sentirnos culpables. Pero cuando tienes conciencia de la igualdad de todos los seres humanos ante el Ser Supremo, el dolor, el sufrimiento, así como las alegrías o triunfos, también se comparten con todos los demás.

Debemos darnos cuenta que todos tenemos derecho a la libertad de acción y de pensamiento siempre y cuando no interfiramos con la libertad de los demás, pues nuestra libertad abarca solo hasta dónde empieza la del otro. Todos anhelamos la libertad, pero esta conlleva muchas responsabilidades. La primera, es que debe ejercerse con respeto absoluto hacia la libertad de los demás. Pero en ocasiones todo es tan relativo, que a veces no puedes dilucidar dónde empiezan o acaban los límites. Por lo tanto, cometemos muchos errores en la búsqueda de nuestra libertad.

Cada uno de nosotros debemos ser capaces de sostenernos anímicamente con nuestra fuerza interior. No andar buscando ese respaldo en otros, sino autofortalecernos ante los embates de la vida. Confiar en nosotros mismos que es lo que realmente tenemos. Fortalecer nuestra alma de todas las formas posibles. Muchos utilizan la oración, otros las auto-afirmaciones, otros practican con éxito las actividades que les gustan, todo se vale mientras no dañemos a nadie, porque si rodeamos nuestra alma de lo que sentimos que necesita y nos atenemos a lo que requerimos bastándonos por nosotros mismos, encontraremos el secreto para vivir en paz.

En suma: No es incorrecto pensar siempre en uno mismo, pero sí lo es no pensar nunca en los demás. Todos tenemos los mismos derechos y obligaciones para lograr una vida digna, progresar y proteger a nuestra familia. Ojalá que todo lo que aprendamos nos sirva para mejorar nuestra conducta, reconociendo que el verdadero poder al que debemos aspirar, es al de poder controlarnos a nosotros mismos.

Así que no nos demos por vencidos jamás en el camino del conocimiento,

no nos dejemos vencer por la apatía ni el conformismo, no busquemos excusas y justificaciones para nuestros errores, sigamos siempre adelante . Venzamos nuestras limitaciones.

Mail: corzoalma 17@yahoo.com