Opinión

Por otra estrategia de seguridad

El senador Ricardo Monreal mantiene el pulso con Palacio Nacional.

Dijo, y es verdad, que el principal reclamo de los ciudadanos es contener la crisis de seguridad que tanto daño ha causado en los últimos años.

Sostiene que no es tarde para dar un giro en la estrategia seguida, sintetizada en la frase “abrazos, no balazos”, pero no como resultado de otra ocurrencia, sino como producto de un llamado nacional que ponga sobre la mesa un camino diferente.

Siempre que se toca el tema el presidente asegura que su estrategia de seguridad funciona, sin importar que los diarios estén plagados de notas rojas que equivalen a hogares enlutados.

De modo que si se concreta el llamado de Monreal será un encontronazo más entre el presidente y el senador. Su desencuentro ya es una de las marcas del sexenio.

México ha registrado los dos años más violentos de su historia en los primeros dos años de mandato de Andrés Manuel López Obrador

Violencia en México 

¿Cadáver académico en el clóset?

La ministra Yasmin Esquivel es protagonista del proceso que conducirá a elegir a un nuevo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nacional.

Por esa razón es necesario que esclarezca, sin espacio para la duda, la acusación de que incurrió en plagio en su tesis de licenciatura.

Es una acusación seria, documentada que requiere una respuesta igualmente seria y documentada. No hay más.

No bastan las declaraciones o desmentidos, es el turno de las pruebas. No se adelantan conclusiones, la ministra tiene todo el derecho de réplica para demostrar que la acusación de plagio es falsa.

Hacerlo es la clave para desvanecer las sombras.

Resistencia en el PRI

Dicen en el PRI que Alito Moreno dio el golpe sin preocuparle las consecuencias.

En el escenario más grave dejarán el PRI dos o tres nombres conocidos que, según los cálculos de Alito, no representan mayor pérdida.

Se han manejado los nombres de Héctor Astudillo, Osorio Chong, Dulce María Sauri y hasta Claudia Ruiz Massieu entre quienes encabezan la resistencia al interior del partido tricolor.

Saben que, si no lo paran, Alito se propondrá a él mismo como candidato presidencial para el 2024, lo que augura un desastre electoral para el partido. Lo que le exigen es que se apegue a los estatutos y no los tuerza para favorecer sus intereses personales.

Para el PRI el 2022 fue un mal año, hay señales de que el 2023 puede irle peor.

Mejía dio su palabra

El método de la encuesta salió mal en Coahuila y la dirigencia nacional del partido ya prendió las alarmas para advertir: vamos unidos o perdemos.

Mario Delgado no se anduvo por las ramas y le pidió directo al subsecretario Ricardo Mejía, lo mencionó con nombre y apellido, que deponga sus ambiciones personales y se sume sin condiciones a la campaña del senador Armando Guadiana, ganador de la encuesta.

Delgado fue más lejos, recordó que Mejía dio su palabra de que respetaría el resultado y ahora tiene que respetarla.

La andanada surgió ante las versiones del subsecretario, en plena rebeldía, podría buscar la candidatura de otros partidos, incluso de la alianza gubernamental, lo que daría lugar a un rompimiento que augura una derrota