Opinión

La evaluación del quehacer científico (6)

Tengo tanto trabajo, que no puedo hacer mi trabajo. Este es un sentimiento constante en los científicos. En esta parte me voy a referir a una diversidad de actividades en las que participamos los científicos y que en general no tienen validez alguna para los sistemas de evaluación, ni siquiera porque constituyen un servicio a la comunidad, ya que las actividades que relato adelante no son el trabajo directo del investigador, pero invierte mucho tiempo en ellas y los beneficiarios son los demás. No es queja, lo hacemos con mucho gusto, pero me parece que todo esto debería de considerarse como parte del beneficio social de la ciencia y como tal, darle un valor al menos como el que ahora le dan a la divulgación.

Un laboratorio del CICY.

Un laboratorio del CICY.

Exámenes. Cada alumno de doctorado requiere de un comité con 3 científicos que lo evalúan cada seis meses durante cuatro años, más el examen de candidatura a la mitad y el de grado al final. O sea, cada alumno representa al menos 10 exámenes y para cada uno hay un escrito que el investigador debe revisar previamente. Un investigador puede ser parte de cinco, diez o más comités tutorales. En la UNAM los exámenes ocurren cada semestre en período de dos semanas. En otras instituciones ocurre algo parecido. Eso significa que cada semestre hay dos semanas (o sea, un mes del año) en las que debe uno acomodar varios exámenes que van de 1 a 2 horas cada uno. La pandemia nos trajo la ventaja de las videoconferencias, con lo que al menos en años recientes no hay que desplazarse, pero eventualmente vamos a volver a lo presencial.

Comités. Participamos en diversidad de comités. Para el ingreso de nuevos miembros a las Academias como la Mexicana de Ciencias o la Nacional de Medicina. La comisión de PRIDE de la UNAM en diversos Institutos y las homólogas en otras instituciones. La comisión dictaminadora del Sistema Nacional de Investigadores. Cuando participé en ella (2008 – 2010) significó durante tres años revisar y calificar entre marzo y agosto centenas de currículos de colegas y participar en la sesión plenaria todos los viernes de esos meses de 9 a 4 pm. En la Secretaría de Salud algunos participan cada año en la evaluación de las propuestas para la convocatoria de ingreso, promoción y permanencia, para la de estímulos al desempeño y la comisión para calificar entre 60 y 70 trabajos para determinar los mejores 35 que puedan presentarse en el encuentro nacional. Supongo que en otras instituciones que conozco menos pasa algo similar. Cuando Conacyt sacaba convocatorias participábamos en la comisión de evaluación en la que te tocaba manejar 30 o 40 proyectos para enviar cada uno a cinco revisores, leer todas las opiniones y con base en eso definir un orden de prelación para competir por recursos. Estas comisiones incluían dos encierros cada uno de 3 a 4 días, con dos o tres meses de separación, para discutir los proyectos y definir el orden de prioridad. Finalmente, están los comités de ética en investigación en el que muchos investigadores participan revisando los proyectos de sus colegas para cerciorarse de que los procedimientos propuestos en humanos o animales sean éticamente intachables.

Revisiones. Un buen investigador recibe cuando menos una solicitud por mes para revisar y criticar algún artículo que un colega ha enviado a evaluación a una revista de la especialidad. Así mismo, se reciben proyectos que colegas han enviado a sus agencias respectivas para evaluación. Esas son todavía más difíciles de hacer. Las revisiones requieren de al menos un día de trabajo para hacerla en forma adecuada.

Sociedades. Un investigador promedio participa en los congresos y evaluación de trabajos de cuatro o más sociedades. En el caso de salud, al menos dos en México y dos en el extranjero (vg.r en cada caso la de gastroenterología y la de hígado). Si hacen ciencia experimental a eso hay que agregar, dependiendo de su campo de trabajo, la de bioquímica, fisiología, farmacología, biología celular, etc. En física, química, biología, ecología, pasa algo similar. Con frecuencia nos piden ser evaluador de los trabajos sometidos y cada congreso tiene una duración de 3 a 5 días (entre evaluaciones, preparación de las presentaciones y asistencia a los congresos significa entre 20 y 30 días del año).

Seminarios y conferencias. Un investigador recibe varias invitaciones por año para impartir una conferencia magistral o un seminario en una universidad o centro académico de México o del mundo. Esto significa preparar el seminario y asistir al lugar, lo cual puede llevarle uno o cuatro días, depende en donde ocurra el mismo.

Otras actividades. Los investigadores tienen otras actividades propias de su posición y que no necesariamente son de investigación. Clases de pregrado para quienes están en universidades. Atención clínica para aquellas que estamos en hospitales. Trabajo de campo en caso de los ecólogos o arqueólogos. El trabajo administrativo, que lo han ido haciendo cada vez más complejo. Mientras más exitoso sea un científico, es probable que tenga un mayor número de donativos para realizar su trabajo. Cada proyecto representa una carga administrativa que incluye los informes financieros y los técnicos. Algunos proyectos pueden ser una pesadilla administrativa. En mi experiencia, paradójicamente, mientras menos dinero te da un proyecto es mayor el trabajo administrativo.

Los párrafos anteriores muestran que el tiempo que un científico tiene disponible para hacer ciencia es considerablemente menor del que se supondría. La imagen que muchas personas tienen de un científico es de que pasa todo su tiempo en un laboratorio haciendo experimentos, lo cual, mientras más exitoso sea, es menos real. De ahí, la caricatura publicada por el sitio de PhD Comics. El comic es chistoso, pero es real.

*La partes 1 a 5 fueron publicadas en este espacio el 5, 12, 19, 26 de julio y 4 de agosto de 2022. Pueden consultarse en www.cronica.com.mx

Lee también

Dr. Gerardo Gamba

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e

Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM