Opinión

Hacen falta 750 mil enfermeras y enfermeros en México

Cada 12 de mayo se conmemora el Día de la Enfermería. Una de las profesiones más nobles que hay, pues quienes la ejercen dedican todo su esfuerzo y capacidades, en la inmensa mayoría de los casos, al cuidado de las personas enfermas o que requieren de apoyos y cuidados especiales, que van desde curaciones hasta la atención especializada en etapas terminales de enfermedades crónico-degenerativas.

A pesar de su enorme relevancia, las y los enfermeros de México trabajan en condiciones sumamente vulnerables. Lo pudimos atestiguar durante la pandemia: se prefirió vacunar a maestros en estados con elecciones, antes que, al personal de salud, amén de que siempre se les regateó la posibilidad de contar con equipo de protección personal de la más alta calidad para evitar contagiarse con el nuevo Coronavirus.

Foto: Cuartoscuro

Foto: Cuartoscuro

Datos de la propia Secretaría de Salud muestran que más del 35% del personal de salud que enfermó de COVID19 durante la prestación de servicios en la pandemia era precisamente personal de enfermería, dato más relevante porque, debe recordarse, según también los propios datos oficiales, en México se ha registrado el mayor número absoluto de personal sanitario fallecido por la COVID19 entre los años 2020 y 2021.

Desde esta perspectiva es importante mencionar que, de acuerdo con los datos del INEGI, hasta el cierre del mes de diciembre de 2021, había 620 mil personas que prestaban servicios remunerados de enfermería. Destacándose el hecho de que el 79% de esa cantidad son mujeres, y el restante 21% son hombres.

Desde esta visión de las cosas, es importante también señalar que la práctica de la enfermería poco a poco ha ido incorporando a más hombres, pero sigue siendo una profesión que, como se observa, sigue estando mayoritariamente feminizada; lo cual se relaciona muy probablemente con la distribución jerárquica de actividades en el ámbito de la salud pues, durante décadas, la inmensa mayoría de médicos eran hombres, y sólo poco a poco se han ido generando condiciones de acceso más equitativo a la formación de profesionales de la salud.

En este escenario, los datos oficiales muestran que en el país habría 3.5 enfermeras y enfermeros por cada mil habitantes. Y aunque este indicador ha mejorado en los últimos años, de acuerdo con la directora de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia de la UNAM, Rosa Amarilis Zárate Grajales, en el país habría todavía una necesidad de al menos 750 mil profesionales más en este campo.

De la UNAM, de acuerdo con la directora de la ENEO, cada año egresa un promedio de 1,200 enfermeras y enfermeros; mientras que, en el país, de otras Universidades e Instituciones de Educación Superior, egresa un promedio de alrededor de 20 mil profesionales más, lo cual es indicativo de la urgencia de que el país invierta más en la formación de este tipo de personal, lo cual exige el incremento sustantivo del presupuesto a instituciones como nuestra Máxima Casa de Estudios.

Por otro lado, el INEGI indica que ésta sigue siendo una profesión ejercida mayoritariamente por personas jóvenes. En efecto, el 33% del total de quienes ejercen la profesión en el país, tienen entre 15 y 29 años de edad; el 27% tiene entre 30 y 39; el 25% tiene de 40 a 49 años; el 11% tiene de 50 a 59; mientras que únicamente el 4% tiene 60 años y más.

Este dato es muestra de la inmensa ventana de oportunidad que tiene nuestro país, pues podría avanzarse en ambiciosos programas de formación, capacitación y especialización, aprovechando que la mayoría tiene aún tiempo para adquirir mayores conocimientos y ejercerlos a lo largo de una larga vida laboral.

Pero lo anterior implica necesariamente invertir más en el mejoramiento de sus condiciones laborales, pues según los datos del INEGI, el 53% son enfermeras, enfermeros o personal paramédico profesional; el 15% son técnicos en enfermería, mientras que el 28% son auxiliares de enfermería.

Esta estructura incide directamente en el nivel salarial promedio que tiene este grupo de profesionales de la salud. En efecto, para todo el sector, el promedio de ingresos laborales es de apenas 64 pesos por hora trabajada. Sin embargo, esto varía de acuerdo con el nivel educativo.

De esta forma, para quienes tienen estudios profesionales, es decir, licenciatura, los ingresos promedios mensuales son de 11,743 pesos; para quienes cuentan con un nivel de formación técnica, el promedio mensual es de 9,922 pesos al mes; mientras que para las y los auxiliares de enfermería, los ingresos son de 9,034 pesos en promedio, por mes.

Lo anterior depende demás con el número de horas laboradas por persona. En ese sentido destaca que el 2% trabaja 15 horas semanales, o menos; el 14% lo hace entre 15 y 34 horas semanales; el 70% trabaja entre 35 y 48 horas por semana; mientras que un 14% se ubica en el rango que entre en la clasificación de condiciones críticas de trabajo, pues labora más de 48 horas por semana, lo cual es demasiado si se considera el estrés y la presión bajo la que deben trabajar en numerosas ocasiones.

Lo cierto en todo esto es que la enfermería es una de las profesiones de mayor prestigio y reconocimiento social. No hay quien no haya recibido el trato amable y reconfortante de una enfermera, y por ello, más aún luego del heroico trabajo que han hecho durante la pandemia, nuestro país debe hacer mucho más por quienes realizan esta fantástica actividad.

Investigador del PUED-UNAM 

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