¿No hay que revictimizarla? ¡Ni Madres!
El presidente López Obrador volvió a expresarse en su mañanera del martes pasado sobre la crueldad hacia los animales no humanos. Podría afirmarse que incluso esta vez lo hizo con evidentes signos de preocupación
en la cara, seguramente tras conocer los más recientes hechos acaecidos al respecto. Insistió en que enviará (¿cuándo?) una iniciativa de reformas a la
ley (¿cuál?), no sé si en el sentido de prevenir o sancionar duramente los actos de abuso sobre las criaturas o en ambos considerandos, razón por la
que me permito, además de apresurarlo, insistirle en que al parejo intervenga el Código Nacional de Procedimientos Penales puesto que tan terribles acciones abarcan todo el territorio, y ya no solamente son efectuadas por furibundos adultos inconscientes, sino también ahora por menores de edad de cualquier género, pero, con un grado de perversidad
que no los hace merecedores de ninguna conmiseración, menos todavía la de evitar “revictimizarlos”, cuando fueron capaces no sólo de cometer la infamia, sino de subirla a sus redes sociales.
Y si por lo anterior se me percibe mal y enojadísima… es que lo estoy. No puedo manifestarme “políticamente correcta” porque me encuentro rebasada, tal y como seguramente lo estarán quienes supieron del caso al que concretamente me referiré hoy… uno más… y quienes apenas estén enterándose al leerme, pues ante el crudelísimo hecho denunciado en redes sociales este 15 de junio nadie puede quedarse tranquilo. Ni por un lado ni por el otro. Me refiero, sí, al canallesco asesinato de quien está siendo identificado a efectos de la denuncia popular como HUELLITAS, cachorrito que a sus escasas semanas de vida hubo de soportar una vil y agónica muerte a resultas del mal estar de una tal “Vanesa N” -estudiante del Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTIS 86), ubicado en el Municipio de Huauchinango, Puebla- que al no facilitársele tener a la mano un gato para torturarlo previo a matarlo, optó por divertirse procediendo a lo mismo con un indefenso perrito que sin la menor precaución le fue “dado en adopción” por un compañero. En las imágenes pude ver una brevísima imagen del lomito jugueteando con su demoniaca adoptante, momentos antes de realizarle profundos cortes a lo largo de su frágil cuerpecito, mismo que para su mayor comodidad procedió a colgar utilizando cordeles amarillos de los que suelen utilizarse para el tendido al sol de la ropa lavada. Una vez así, observó tranquila como se desangraba el pequeñito bajo dolor intenso, y sin mínima misericordia celebró su muerte con señas de satisfacción que hizo con una mano, contestándole incluso a quien la cuestionó preguntándole la razón de su proceder, que simplemente lo había hecho porque había querido.
No se requiere tener un grado de especialidad médica para concluir que la persona no está bien de sus facultades mentales, por lo que aquí cabría responsabilizar del hecho también a los padres o tutores, lo que tenga, por no haber estado al pendiente del desarrollo mental y emocional de quien hoy es un peligro absoluto para la sociedad, incluida su familia. De ahí que Sergio Salomón Céspedes, gobernador del Estado de Puebla, se pronunciara, un tanto horrorizado, solicitando a su Fiscalía General y al Tribunal Superior de Justicia investigar a fondo el asunto y en su caso ejecutar las sanciones correspondientes. Entiendo que bajo el tenor del espanto que este caso levantó y por respeto a toda forma de vida, compañeros de la fulana no sólo pidieron su expulsión del plantel escolar sino que acudieron a presentar la correspondiente denuncia ante la Fiscalía referida y que por su parte igualmente presentó la suya la Secretaría del Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Ordenamiento Territorial a través del Instituto de Bienestar Animal, desde donde se reprobó cualquier acto violento como el ocurrido, más… el problema es que pasados los días, como está sucediendo con todo y toditito en esta época, tan perverso evento quedará archivado o degradado, tal como está sucediendo con el CASO SCOOBY o con el de los perros apaleados hasta la muerte por bomberos en Monclova, Coahuila, o con el de MANCHAS que recién abordé, lo que me hace colegir que este violentísimo crimen terminará eximido de responsabilidad penal al tratarse de una menor presuntamente inimputable y a la que por ello, a lo sumo, se le ordenarán terapias, sin omitir que será híper protegida por sus familiares a cuenta del desprestigio social que vivirán y por su propio problema de conciencia al haberla descuidado, punto que debería tener responsabilidad jurídica y sancionarse ejemplarmente, aunque… en mis adentros pienso que hay gente que ya no tiene remedio. Es el caso.
producciones_serengueti@yahoo.com
marielenahoyo8@gmail.com