Opinión

Hermanos que disputan el trono

En la mitología existen diversos relatos que se refieren a conflictos entre hermanos y muchos de ellos están relacionadas con la lucha por el poder. El más conocido en la actualidad tal vez sea el de los gemelos Rómulo y Remo a quienes el mito les atribuye la fundación de Roma. Los hermanos se enfrascaron en una disputa por el trono de la cual salió ganador Rómulo. Las rencillas entre ellos nunca terminaron y en una trifulca Rómulo dio muerte a Remo.

A los gemelos Rómulo y Remo se les atribuye la fundación de Roma.

A los gemelos Rómulo y Remo se les atribuye la fundación de Roma.

En la mitología egipcia la rivalidad entre los hermanos Osiris y Seth desembocó en el asesinato del primero. Seth partió en pedazos el cuerpo de Osiris para reinar en solitario. Isis, la esposa de Osiris, juntó las partes y volvió a integrar el cuerpo de su marido para engendrar con él a su hijo Horus, que a la postre destronó a su malvado tío y llegó a completar el trabajo de resurrección de su padre.

En la mitología griega encontramos varios relatos de este tipo. Aquí van algunos ejemplos.

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La historia de los gemelos Atreo y Tiestes y su ambición por el dominio del reino los llevaron a cometer innumerables actos criminales. Ambos asesinaron a su hermano Crisipo que representaba un obstáculo en su camino de ascenso al poder. Por esta razón su padre Pélope los expulsó del reino y fueron a parar a Micenas en donde protagonizaron una lucha por dominar la ciudad. Tiestes cometió adulterio con la esposa de Atreo. Éste, en venganza, asesinó a sus sobrinos e hizo con ellos un guiso; invitó a la mesa a su hermano y Tiestes, sin saberlo, se comió a sus propios hijos. Las rencillas entre ellos continuaron hasta que Zeus inclinó la balanza en favor de Atreo.

Preto y Acrisio eran hijos gemelos de Abante rey de la Argólida. En su testamento el monarca dejó escrito que a su muerte sus hijos se turnarían el gobierno por periodos determinados, cosa que no ocurrió. Se dice que sus pleitos eran tan añejos que reñían ya en el seno materno. Acrisio fue el primero en ocupar el trono y se negó a cederlo a su hermano después de cumplido el periodo acordado. Preto huyó por temor a ser asesinado y regresó dirigiendo un ejército para reclamar su derecho de sucesión. Los hermanos libraron batallas sangrientas sin que ninguno lograra la victoria. Al final ambos aceptaron dividir el territorio y dieron por terminada la disputa.

Una batalla fratricida memorable fue la que libraron los hijos mellizos de Edipo, Eteocles y Polinices. El escritor griego Esquilo la inmortalizó en su tragedia Los siete contra Tebas. Es una historia parecida a la de Preto y Acrisio, pero con mayor dramatismo y desenlace distinto. Una vez que Edipo fue desterrado de Tebas como consecuencia de sus terribles crímenes: haber matado a su padre y casarse con su madre -cumpliendo al pie de la letra las inevitables profecías sobre su destino-, sus hijos acordaron reinar alternadamente durante un año.

A Eteocles le tocó asumir el gobierno primero, pero al finalizar el año se negó a transferirle el trono a Polínices. Se dice que Eteocles le ofreció a cambio -como premio de consolación- valiosos tesoros sagrados. Eso no fue suficiente y el conflicto entre ambos continuó. Polinices fue desterrado de Tebas y se refugió en la vecina ciudad de Argos. Ahí el rey Adrasto le dio cobijo, lo casó con su hija y le ofreció ayuda militar para recuperar el poder de Tebas que le había sido arrebatado por su hermano.

Adrasto logró reunir a los guerreros más renombrados y los condujo a la guerra, no sin antes superar la oposición de su cuñado y vidente Anfiarao, que lograba adivinar el desenlace trágico que tendría aquella aventura. Eteocles lejos de pensar en abdicar y ceder el poder, se atrincheró entre los muros de la ciudad y se preparó para la defensa. La lucha fue cruenta y Esquilo la narra con detalle. Las bajas fueron numerosas en ambos bandos.

De los siete caudillos argivos que habían ido a recuperar Tebas, cuatro habían perdido la vida. Para evitar mayor daño y presintiendo su derrota Polinices propuso a su hermano que la disputa se resolviera en un combate únicamente entre ambos. En la lucha cuerpo a cuerpo cada uno hirió de muerte al otro y con ello pusieron fin a su ambición de gobernar. El incumplimiento del pacto por alternarse en el poder los llevó a una lucha fratricida en la que al final ninguno de los dos ganó. Terminaron por eliminarse mutuamente.

Los hermanos conocidos como Alóadas (su padrastro era Aloeo), Efialtes y Oto, también murieron en una rivalidad en la que terminaron matándose entre sí. Padecían de gigantismo, una afección que hacía crecer su cuerpo de forma desmedida. En su irracional desmesura se propusieron asaltar el Olimpo y raptar a Hera y Artemisa. Como no eran tipos muy sagaces, Artemisa los hizo caer en una treta en la que ambos terminaron compitiendo por el amor de la diosa. Artemisa les hizo creer que uno de ellos tenía su simpatía lo que desató la envidia del otro.

Cuando en el cielo apareció una paloma blanca, cada uno de los gigantes, colocados en lugares opuestos, quiso demostrarle a la diosa quién era más diestro en lanzar la jabalina. Sin éxito lanzaron su arma hacia el cielo en busca de su objetivo, pero lo que lograron fue que la jabalina de uno se incrustara en el cuerpo del otro.

Al igual que Eteocles y Polinices, pero de una forma más torpe, Efialtes y Oto fueron incapaces de limitar, conceder y conciliar en sus ambiciones personales y consiguieron causarse mutuamente un daño fatal.

Todo esto viene a cuento porque en México pareciera que asistimos a la representación de los viejos mitos arquetípicos de la lucha fratricida. Han existido y aún vemos disputas políticas entre personajes que se dicen “hermanos”, se expresan mutuo cariño y respeto, pero se reclaman agravios mutuos, deslealtades e incumplimiento de supuestos pactos juveniles para alternarse en el trono.

En el teatro de la política nacional sólo nos falta ver qué tipo de desenlace tiene la obra que está en la cartelera. ¿Uno de los “hermanos” en disputa se saldrá con la suya o se terminarán anulando el uno al otro?.