Haití fue el primer país americano y del Caribe en alcanzar su independencia el 1 de enero de 1804, cuando Jean Jacques logró la separación de la isla de Francia. Seis años después, México iniciaría el mismo proceso con el cura Miguel Hidalgo a la cabeza y cuando terminó la lucha armada en 1821, con los Tratados de Córdoba, seguiría una cadena de países que alcanzarían el mismo ideal, de modo que septiembre es el mes de la patria para México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica que formaban para del Reino de Guatemala, bajo el virreinato de Nueva España.

Luego, el primero de julio de 1823, estos cinco países se independizaron de México adoptando el nombre de Provincias Unidas de Centro América, pero todos son herederos de la rica cultura que legó España.

La República de Chile también celebra su mes patrio en septiembre, el día 18 y ocurrió en 1810, cuando se firmó el Acta de Instalación de la Primera Junta Nacional de Gobierno en Santiago, y la proclamación de independencia de la monarquía española tuvo lugar el 12 de febrero de 1818.

En Brasil, el príncipe Pedro I se negó a viajar a Portugal el 9 de enero de 1822 y el 7 se septiembre declaró la independencia del país y se hizo la transición de manera pacífica convirtiéndose él en emperador, y esta monarquía constitucional se prolongó hasta 1889 siendo en más prolongado de América.

En el caso de México, fueron diez años de continua lucha en los que se vieron involucrados personas de todas las castas y jerarquías, primero bajo el comando del bajo clero entre los que destacaron el cura José María Morelos, quien también avanzó en el marco legislativo a través del documento, los Sentimientos de la Nación; el cura Mariano Matamoros que fue un notable estratega militar capaz de romper el Sitio de Cuautla; Fray Melchor de Talamantes, Fray Servando Teresa de Mier, el padre José María y Cos, el canónigo de la catedral de México José María Alcalá y Orozco, el padre Matías de Monteagudo quien además, fue uno de los firmantes del Acta de Independencia. Se calcula que unos 400 clérigos participaron en el proceso, ya sea de manera activa o a través de sus sermones en el púlpito ayudando a difundir las ideas libertarias.

Hay nombres que son poco conocidos, pero no por eso carecen de importancia: José María Mercado Luna, Nicolás de Nava, Joaquín Oviedo y Felipe de Jesús Cornero. En Puebla y Tlaxcala: José María Sánchez de la Vega, Antonio Martín Pérez Martínez, en Jalisco. en Oaxaca: el padre Manuel Sabino Crespo; en Veracruz José María Fernández del Campo, Mariano de las Fuentes de Alarcón y Pedro Sánchez.

En Zacatecas sobresalieron Guadalupe Díaz, José Pablo Calvillo; en Michoacán: Fray Vicente Santamaría, Antonio María Uraga o el mercedario Luciano Navarrete. La lista es demasiado larga.

Hay muchos héroes anónimos cuyos nombres apenas si aparecen en los libros más especializados de historia, pero es importante no perder la memoria y honrarlos aún desde el anonimato pues todos ellos nos dieron patria.